Algunos tipos de psicoterapia podrían estar detrás de la creación de recuerdos falsos
INVESTIGACIÓN
Elizabeth Loftus: la psicóloga más polémica
Ha sido demandada e insultada y ha recibido incluso amenazas
de muerte. Elizabeth Loftus es una de las psicólogas más prestigiosas del
mundo. Pero también es una de las más controvertidas. Hablamos con ella.
La psicóloga Elizabeth Loftus.
Experta en el funcionamiento de la memoria, Loftus es uno de
los psicólogos siglo. Y más polémicos: su posición más controvertida es haber
denunciado que algunos tipos de psicoterapia podrían estar detrás de la
creación de recuerdos falsos, generalmente relacionados con abusos sexuales en
la infancia. Pero Loftus, matemática y psicóloga cognitiva, también cree que
los recuerdos falsos pueden tener sus ventajas. Por ejemplo, modificando el
comportamiento de personas que sufren trastornos alimentarios. De todo ello
hablamos en su despacho de la Universidad de California, Irvine.
XLSemanal. Dice usted que nuestra memoria funciona como
Wikipedia. ¿A qué se refiere exactamente?
Elizabeth Loftus. Tú puedes entrar en Wikipedia y cambiar o
corregir un artículo, pero otras personas también pueden hacerlo. Con los
recuerdos pasa lo mismo: nuestra memoria es maleable. No funciona como una
videocámara que graba lo que sucede para reproducirlo más tarde. Cuando
recordamos, cogemos pedazos de nuestra experiencia y construimos lo que
sentimos, que es nuestro recuerdo.
XL. Usted asegura que nuestros recuerdos pueden estar
contaminados. ¿Cómo llegó a esta conclusión?
E.L. En los setenta empecé a estudiar la memoria de los
testigos de crímenes y accidentes. Les mostraba situaciones simuladas y les
preguntaba. Nos dimos cuenta de que era fácil modificar sus recuerdos.
XL. ¿Qué tipo de recuerdos?
E.L. Por ejemplo, era relativamente fácil hacerles creer que
donde ellos pensaban que había una señal de stop, en realidad había un ceda el
paso. O que la persona que huía de la escena de un crimen tenía el pelo rizado
en vez de liso. Bastaba con hacerles sugerencias, preguntas capciosas o
utilizar el testimonio de otros testigos. Es lo que llamamos el 'efecto de la
desinformación'.
XL. ¿Los recuerdos falsos se construyen siempre a partir de
sugestiones externas?
E.L. Es lo habitual, pero no siempre es así. Nuestros
propios pensamientos pueden actuar como una fuente de desinformación. Podemos
distorsionar nuestros recuerdos tratando de entender lo que ha sucedido o
imaginando lo que podría haber pasado.
XL. ¿Y hay alguna forma de distinguir entre recuerdos falsos
y verdaderos?
E.L. Lo hemos intentado, pero sin resultados concluyentes.
La emotividad vinculada a los recuerdos falsos y a los verdaderos es similar, y
la persistencia en el tiempo también. Incluso hemos utilizado técnicas de
neuroimagen para comprobar si las señales neuronales difieren, pero no hallamos
diferencias.
XL. ¿Hay personas más susceptibles que otras a construir
recuerdos falsos?
E.L. Sí, pero solo ligeramente. Los que obtienen mejores
resultados en los test de inteligencia son un poco menos susceptibles a la
contaminación. Pero todos estamos expuestos a que nuestras autobiografías estén
contaminadas.
XL. ¿Y qué hay de la biografía colectiva, la historia?
¿También puede ser contaminada?
E.L. Claro, los recuerdos falsos colectivos también existen.
Piensa en las protestas de Tiananmén en 1989. Entonces hubo una campaña
gubernamental en China para cambiar la percepción social de lo que estaba
pasando. Y logró su objetivo: cambió los recuerdos sobre quiénes eran las
víctimas y quiénes los agresores. Los gobiernos pueden hacer eso.
XL. Uno de sus experimentos demuestra lo apegados que
estamos a nuestros recuerdos. ¿Por qué son tan importantes para nosotros?
E.L. Porque nos proporcionan un sentido de la identidad. No
podríamos funcionar sin ellos. Y la idea de que puede haber mucha ficción en
nuestros recuerdos incomoda a mucha gente. Las personas no quieren renunciar a
sus recuerdos, ni siquiera a los dolorosos.
XL. Pero, al mismo tiempo, no podemos confiar plenamente en
ellos...
E.L. No pasa nada por confiar en nuestros recuerdos. La
precisión no importa mientras funcionas con normalidad, pero hay veces en las
que un recuerdo muy concreto tiene mucha importancia. Por ejemplo, si de él
depende saber qué persona cometió un robo o si estás acusando a alguien de
algo.
XL. Usted denuncia que, en los Estados Unidos, cientos de
inocentes han sido encarcelados. Y todo porque fueron erróneamente
identificados por los testigos.
E.L. Está claro que no podemos prescindir de los testigos
oculares porque a veces son muy útiles. Pero hay que mejorar los
procedimientos. Las fuerzas policiales deben tener mucho cuidado de no
comunicar información a los testigos. Por ejemplo, contándole a un testigo lo
que otro ha dicho.
XL. Uno de sus experimentos más famosos es el llamado
'perdido en el centro comercial'. ¿Puede explicarlo?
E.L. Durante años vi en los juzgados cómo algunas personas
desarrollaban recuerdos falsos muy intensos, como haber sido víctimas de
violaciones mucho tiempo o de rituales satánicos. Pero no había ninguna
evidencia física ni de otro tipo, como hubiera sido lógico ante la brutalidad
de las historias que contaban. Quería estudiar ese tipo de recuerdos y buscamos
uno análogo, uno que fuera ligeramente traumático, por ejemplo, haberse perdido
en un centro comercial a los cinco años.
XL. Y se propusieron implantar ese recuerdo en alguien.
¿Cómo?
E.L. Pedíamos la colaboración de las familias. Por ejemplo,
la madre del sujeto que se sometía al experimento nos daba información de
experiencias reales que sí sucedieron durante su infancia y después le
presentábamos esos recuerdos junto al recuerdo falso como si todo fuera verdad.
Encontramos que uno de cada cuatro desarrollaba un recuerdo total o parcial del
evento. Algunos críticos nos acusaron de haber usado un escenario demasiado
común. Pero, desde entonces, hemos conseguido implantar recuerdos falsos sobre
ataques de animales salvajes o experiencias en las que el sujeto estuvo a punto
de ahogarse. Es posible hacerlo.
XL. Usted responsabiliza a algunos tipos de psicoterapia
(las retrospectivas, como la hipnosis) de la creación de esa clase de
recuerdos. ¿Por qué?
E.L. Imagina que una mujer llega a la consulta con un
desorden alimentario y está un poco deprimida. Y el psicoterapeuta le sugiere:
«Muchas personas que tienen esos síntomas fueron víctimas de abusos en su
infancia. Me pregunto si algo así te ocurrió a ti...». La paciente dice que eso
no le sucedió y el terapeuta contesta: «A menudo reprimimos los recuerdos de
experiencias dolorosas. ¿Por qué no probamos un poco de hipnosis, suero de la
verdad... que te ayuden a recordar el trauma?». Tarde o temprano, muchos de
estos pacientes desarrollarán imágenes de cosas que creen que son sus
recuerdos.
XL. Sostiene que no es posible que la mente borre sucesos
altamente traumáticos durante mucho tiempo.
E.L. Es que no hay ninguna prueba científica que respalde
esa teoría. Al menos, de momento. Llevan 80 años intentando demostrarlo, pero
aún no lo han conseguido.
XL. Es una opinión polémica que le ha granjeado muchísimos
enemigos...
E.L. Sí y ha sido muy desagradable. Los ataques furibundos
empezaron en los noventa cuando publiqué un libro titulado El mito de la
memoria reprimida. Me amenazaron de muerte, tuve que llevar guardaespaldas,
soporté un proceso judicial larguísimo cuando una mujer me demandó... No ha
sido agradable, pero me siento recompensada porque ha habido un cambio de
actitud.
XL. ¿Cree que esos ataques que ha sufrido son la reacción de
un gremio que ve amenazado su negocio?
E.L. Bueno, hay quien, como el profesor Richard Ofshe, ha
llegado a decir: «Si puedes convertir un paciente con un desorden alimentario
de 200 dólares en un paciente con personalidad múltiple de 200.000, ahí tienes
tu motivación». Pero yo creo que muchos psicoterapeutas realmente creían en lo
que estaban haciendo. Y algunos lo siguen creyendo.
XL. Me viene a la cabeza el caso de Woody Allen y las
acusaciones de abusos sexuales de su hija, Dylan Farrow, cuando ella tenía seis
años. ¿Qué opinión le merece el caso?
E.L. Creo que hubo una gran cantidad de sugestión en el
ambiente de esa niña y una guerra muy violenta entre sus padres. Y hay razones
muy serias para cuestionar que esos abusos realmente ocurrieran.
XL. No todos los recuerdos falsos son negativos. Según su
investigación, pueden utilizarse para combatir problemas como la obesidad.
¿Cómo?
E.L. Hace años conseguimos implantar en un sujeto recuerdos
falsos relacionados con la comida: por ejemplo, se puso enfermo tras haber
tomado un helado de fresa. Tras ello, el hombre no tenía tantas ganas de
consumir ese producto. También lo hicimos con el vodka... y funcionó. Y luego
hicimos lo contrario: implantamos un recuerdo falso agradable relacionado con
algo sano, como los espárragos, y la gente quería comerlos más. Pensé que se
podría hacer un buen uso de ello.
XL. Pero esa también es una idea muy controvertida...
E.L. Sí, cuando lo sugerí causó mucha indignación. «¿Está
animando a los padres a que mientan a sus hijos?». Quizá un terapeuta tendrá
reparos éticos, pero ¿por qué tendría eso que detener al padre de un
adolescente obeso? Además, ¡la gente miente constantemente! Solo que, a veces,
las mentiras pueden tener un buen propósito.
Cuatro formas de manipular tu memoria
-¿'Un' faro o 'el' faro? Un simple artículo puede cambiar
tus recuerdos. Loftus lo descubrió con un experimento. Sometió a un grupo de
sujetos a la visión de un accidente. Si el investigador les preguntaba si había
«un faro roto», los testigos negaban haberlo visto. Sin embargo, si se les
preguntaba por «el faro roto» confirmaban su existencia. En realidad, no había
ningún faro roto en la simulación.
-¿'Chocaron' o se 'estrellaron'? Durante otro experimento
similar, el equipo de Loftus preguntó a un grupo de personas: «¿Cómo de rápido
iba el coche cuando chocó?». La velocidad que estimaban era de diez kilómetros
por hora más alta de media si en la pregunta se sustituía la palabra 'chocar'
por otra: 'estrellar'.
-¿Culpable o tu cara me suena? Según Loftus, los testigos de
un crimen tienden a escoger un rostro que les resulta conocido. Lo demostró con
un experimento. Mostraba a los participantes las fotos de seis tipos mientras
narraba un crimen. Una de las fotos era la del culpable; las otras, de
inocentes vinculados con el caso. A los tres días mostró a los participantes
cuatro fotos y les pidió que señalaran al culpable del crimen que les había
contado días antes. Las fotos eran de tres tipos ajenos al caso y la cuarta, de
uno de los personajes inocentes de la historia. El 60 por ciento señaló al
inocente cuya foto habían visto antes y lo declararon culpable. Simplemente les
recordaba el crimen.
-¿Informados o desinformados? Loftus mostró a un grupo de
personas el vídeo de un robo en el que se producía un tiroteo. Después de ver
la grabación real, enseñó a los mismos sujetos una noticia de televisión sobre
el incidente que contenía errores. Cuando se les pidió describir el incidente,
muchos mezclaron los hechos reales del vídeo con los detalles falsos de la
noticia. Incluso al advertirles de que la noticia contenía errores, se
aferraron a los recuerdos falsos creados por los medios de comunicación.
Testigo de cargo
-La defensa llama a declarar a...
En 1973, Loftus declaró en su primer juicio como experta en
la memoria para cuestionar el testimonio de unos testigos presenciales. El
acusado fue absuelto. Empezaron a llamarla abogados de todo el país. Era lo que
buscaban. Loftus podía cuestionar el testimonio de los testigos sin atacarlos a
ellos personalmente. Lo hacía 'científicamente' y creaba dudas en el jurado. Ha
testificado en más de 250 juicios; entre ellos, el de Ted Bundy, O. J. Simpson
(en la foto), Rodney King, Oliver North...
-Un hombre acusado de asesinato... por un recuerdo inducido
En 1990, este hombre de 51 años llamado George Franklin fue
acusado de violar y asesinar a una niña de ocho, basándose en la declaración de
su propia hija: Eileen. Lo peculiar era que el crimen había ocurrido 21 años
antes. El recuerdo de Eileen había tardado dos décadas en salir a la luz. Según
el fiscal, ella lo había reprimido. ¿Reprimido? La defensa llamó a Loftus, que
no halló base científica para ello. Pero su testimonio no fue considerado.
Franklin fue condenado a cadena perpetua, pese a que no se presentó ninguna
evidencia física contra él. Era el primer caso en la historia en que se admitía
en un tribunal la 'memoria recuperada'. Comienza entonces una oleada de casos
de recuerdos reprimidos. Loftus decidió demostrar que se podían 'implantar'
falsos recuerdos y centró su trabajo en ello. Cinco años después, el caso de
Franklin se revisó por un tema formal. Entonces, la hermana de Eileen admitió
que el recuerdo se había recuperado mediante hipnosis, lo que habían negado en
el juicio. En 1996, Franklin fue liberado.
Para saber más: http://www.ted.com/talks/elizabeth_loftus.
Conferencia de Elizabeth Loftus en TED sobre el estudio de
los recuerdos (con subtítulos en español).
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