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Giordano Bruno evita siempre el esquema fundado sobre las agrupaciones en "tríos" y convierte las guías de la religión en cuatro, a saber, Amor, Arte, Mathesis y Magia. Es precisamente siguiendo estas cuatro guías como el mago religioso conseguirá alcanzar las más altas cimas de perfección y poder. Cada una de ellas está relacionada con una combinación de magia y furor platónico. Amor es la virtud viviente que se halla en todas las cosas y que al ser interceptada por el mago le guía desde las cosas inferiores hasta el reino supracelestial gracias a un furor divino El arte nos enseña de qué modo podemos llegar a unirnos con el alma del mundo. A través de la "mathesis" podemos aprender a hacer abstracción de la materia del movimiento y del tiempo, consiguiendo así la contemplación intelectual de las especies inteligibles. La magia es de dos tipos, uno óptimo y otro nocivo. La buena magia, unida a una fe regulada ya otros saludables tipos de "contracciones", corrige al errado, da vigor al débil y, a través del más grande de los demonios, el amor, une al alma con el poder divino.
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