Estamos como justo antes de la caída del comunismo, como antes de los últimos días de Pompeya, como antes del fín del imperio romano. Nos hallamos en una peligrosa y caótica etapa de transición catastrófica: en los momentos finales del capitalismo tal y como lo entendemos ahora. El cambio será brusco, súbito, precedido de varios macrocrashs consecutivos, iniciados en EE UU y los mercados asiáticos, especialmente Japón, India y Honkong. Tras un periodo de caídas en barrena y confusión planetaria, todo se irá al garete casi de un día para otro, como ocurrió con el comunismo.

Es importante señalar que no decimos que todo ocurra en 20o8 se inicia el proceso de desintegración, que será gradual pero súbito en los últimos momentos.

Con ello no morirá un sistema, sino una enfermedad secular, una concepción materialista errada de la vida, basada en la avaricia y el materialismo. Porque los capitalistas como Gore, Soros, Greenspan, Botín, los Rockefeller, los Rothschild etc…no son seres humanos, son enfermos de la acumulación de capital, infectados con el síndrome de Diógenes (=acumulación de basura) del dinero y el fundamentalismo del mercado.Y lo peor de todo es que son el modelo de los pobres y las masas, que los envidian.