lunes, 15 de junio de 2015

Aqui la anecdota: En los albores del cristianismo, en la Roma del imperio, convulsa y contradictoria; cuando algunos nadaban en la abundancia y otros desesperados; unos buscaban justificación de sus actos y otros buscaban consuelo de sus males, a traves de religión, prácticas y ritos; esta doctrina nueva se mezcló con tantas otras que antes que ella habían llegado y se habían instalado en la capital.

Con lo cual, y sobretodo por falta de comunicación, se crearon sectas y mas sectas, debido a interpretaciones y a mezclas y/o sincretismos. 
Uno de ellos, particularmente llamativo y de ahí que lo expongo era el que en la comunión lo que se hacía era recoger y mezclar el semen (si, no escandalizarse) de los presentes y hacer con ello la comunión.
Suena tremendo, verdad? (Y no obstante tiene sentido: "La chispa de la vida", te suena?). 

Si, hizo falta que se pusiera orden en tanto desquicio. Que una secta se impusiera sobre las demás y se instaurara un protocolo.

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