Deseos mercuriales forman extrañas amalgamas.
Los placeres elevan arquitecturas arborescentes.
Al fragmentarse sus deseos, también la esencia humana se fragmenta,
y necesita una operación de bricolaje que la unifique.
Los placeres elevan arquitecturas arborescentes.
Al fragmentarse sus deseos, también la esencia humana se fragmenta,
y necesita una operación de bricolaje que la unifique.
Etiquetas: reflexiones
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