miércoles, 23 de abril de 2008



En el tiempo de Isabel I y del emperador Carlos se estaba explorando el mundo con el descubrimiento del Nuevo Mundo la mente del hombre se agrandó, y se plantearon muchas preguntas para las que no había respuesta.

Ahora estamos en un momento en el que necesitamos abrir nuestras mentes otra vez, para no quedar atrapados por lo doctrinario.

No hay cortas respuestas escritas en piedra.

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