sábado, 12 de abril de 2008


Giordano Bruno (1548-1600: Explicatio triginta sigillorum, Sigillus sigillorum, De umbris idearum, Cantus Circaeus, La cena de las cenizas, De la causa, principio y uno, Del infinito, el universo y los mundos, Expulsión de la bestia triunfante, Cábala del caballo Pegaso, De los heroicos furores, Articuli adversus mathematicus, De lampade combinatoria lulliana, De innumerabilibus, immenso et infigurabili, De triplici minimo et mensura, De monade numero et figura; así como: Lampas triginta statuarum, De magia y De vinculis in genere, publicadas en el s. XIX, etc.)

...y su extraordinario peso en siglos posteriores.

Peregrino infatigable no sólo era un hermetista en el que había encarnado la Tradición viva, sino un apóstol de estas ideas.

Todo esto lo hace una figura de primer orden dentro de la Tradición Hermética, aunque sólo hasta hace poco F. Yates puso en relieve el Arte de la Memoria, disciplina de origen clásico y medieval que cultivó y difundió el "Nolano" (o Napolitano) como él mismo gustaba llamarse. Esta ciencia y arte es verdaderamente extraordinaria por las posibilidades supranemotécnicas que implica, más relacionadas con la magia que despiertan los símbolos y sus potencias más altas, ligadas a la metafísica, y a la "reminiscencia" platónica.

Estos "despertadores de imágenes" y su posibilidad de encadenar con otros planos de la existencia Universal fueron bastante conocidos y aplicados en el Renacimiento (aunque de herencia clásica).

Por otro lado la pintura y la estatuaria cumplían análoga función teúrgica.

Varios autores escribieron sobre el tema de la memoria, forjándose una corriente que participó de estos métodos que tuvieron importancia en su día, ya que estas técnicas herméticas de conocimiento no se popularizaron posteriormente; lo que no es así con las cartas del Tarot (llamado también el "Libro de Thot"), juego de láminas de sentido multidimensional y de efectos mágicos, que debe controlar el teúrgo que se ocupe de ellas.
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Es decir, que con este segmento correspondiente sólo al tema del Arte de la Memoria sólo mencionaremos algunos autores y obras: Anónimo, manuscrito De memoria artificiali, siglo XV; Oratoriae artis epitome, Venecia 1482, que llevaba un apéndice sobre Ars memorativa, de Jacobo Publicio; de Pedro de Rávena el Phoenix, sive artificiosa memoria, Venecia 1491, con muchas ediciones y traducciones a distintas lenguas; de J. Romberch su Congestorium artificiose memorie, 1520; de Cosmas Roselins el Thesaurus artificiosae memoriae, Venecia 1579.


Hay que hacer un punto y aparte para hablar de Julio Camillo (1480-1544: De l'humana deificatione, Sermoni della cena), el "divino" Camillo, inventor de un Teatro de la Memoria, aparentemente una construcción de madera llena de imágenes esotéricas pintadas en diferentes cajoncitos y a distintos niveles que indicaban un lugar, un espacio fijo en las operaciones de la mente, a la vez que se encontraba todo ello relacionado con distintos aspectos de la manifestación cósmica y los Principios y los planetas según son revelados en el Corpus Hermeticum. Sin embargo el Teatro tal cual él lo imaginaba en todas sus posibilidades no pudo ser, aunque sus ideas tuvieron muchísima importancia en el Renacimiento Italia no.

Finalmente queremos citar a un Adepto al que tampoco se le suele dar la relevancia que ha tenido; se trata de Elías Ashmole (1617-1692), un anticuario inglés que fue de los primeros en otorgar a la arqueología y al estudio integral del hombre y su mundo, un valor real y no el de simples "curiosidades". Fundador en Oxford del primer Museo de Ciencias Naturales del mundo, donó sus colecciones de plantas, animales y minerales y especialmente las de arqueología y arte y convenció a numerosos amigos para que lo hicieran, siendo tal la importancia de los objetos atesorados que el museo se dividió en dos, pasando la de Arte y Arqueología después de su muerte a llamarse con su nombre. Se trata del afamado y excelente Ashmolean Museum, de Oxford, que hoy en día exhibe públicamente sus colecciones. Pero no sólo reunió obras de la antigüedad sino textos y libros herméticos que hoy pueden consultarse, así como también los escribió (Institutions, Laws and Ceremonies of the Order of the Garter, 1672) y publicó: Theatrum Chemicum Britannicum (1652), que contiene las obras de los alquimistas ingleses más importantes.68 Su figura, poco investigada, adquiere mucho interés, cuando se sabe que fue gran dignatario masón de los primeros tiempos de la Orden (antes de Anderson y Desaguliers). Como se sabe, la Masonería tiene íntima relación con la Tradición Hermética y su simbólica, y puede verse como la transposición del Arte Alquímico, basado en el fuego y la transmutación metálica, al simbolismo de la Ciencia Constructiva, reflejo de la Construcción Cósmica. La importancia de la Masonería, como transmisora de la Iniciación y, más concretamente, de las ideas de la Tradición Hermética a las que ha permanentemente fomentado, ha sido fundamental, tanto en este siglo como en el pasado. El Hermetismo se prolonga en la Masonería en numerosos grupos e individualidades que, aunque siempre minoritarias, son difíciles de ubicar históricamente a ciencia cierta por las mismas reservas que ellos se imponen, en parte porque su tipo de pensamiento ha sido una y otra vez perseguido (creen que lo que la mayoría considera la más elemental realidad es solo ilusión) por la ignorancia de los muchos.

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