domingo, 20 de abril de 2008








LA RECETA

“Una pregunta sin respuesta, es una pregunta mal formulada”

“La receta” es un guión para hacer psicoterapia, una forma de teatro interactivo en que sus protagonistas también son autores y espectadores. Esta técnica es al mismo tiempo muy simple y extremadamente complicada. Es simple en el sentido de que representa una separación lingüística del problema de la identidad personal del paciente explorando el complemento desde el cual el problema o desafío adquiere su valor y sentido. Se escudriña si el polo opuesto y complementario al problema es un propósito alcanzable, y, si no lo es, se cuestiona la interpretación cultural que lo construye. Lo complicado y difícil es la manera delicada como se logra. Es a través del uso cuidadoso del lenguaje en la conversación terapéutica, que la curación de la persona se inicia y finalmente se logra. Lo nuevo del abordaje centrado en el rol, es que provee una secuencia útil de preguntas que consistentemente producen un efecto liberador para las personas. Se pueden cambiar las historias, chistes, ejemplos y las metáforas con las que el terapeuta encadena las preguntas, no las preguntas mismas, ni el orden, ya que para cada pregunta están previstas todas las alternativas de posibles respuestas, y según como se integren a las categorías de: aceptación, rechazo o desconfirmación, es lo que finalmente guiará al enlace que introduce a la pregunta siguiente. Seguir esta secuencia terapéutica es como construir un arco ladrillo a ladrillo. Si usted trata de llegar al último paso sin haber pacientemente puesto los primeros ladrillos, su arco no se sostendrá. El slogan de la receta sería que los problemas no existen, ya que si un problema tiene solución, entonces no es un problema, es un desafío, y, por otro lado, si un problema no tiene solución entonces no es un verdadero problema.

¿Que es lo que quieren de eso que dicen que quieren? (lo que se quiere detrás de lo que se quiere es un estado de ánimo)

Así como una pregunta sin respuesta, es una pregunta mal formulada, un problema sin solución no es un verdadero problema, y en ese caso el verdadero problema reside más en la interpretación y la emoción displacentera que le deriva que en el hecho mismo, que presupone una predisposición e inercia en el interpretar poco útil. Por otro lado si el problema tiene solución entonces más que un problema es un desafío, un objetivo alcanzable, y es tú responsabilidad. Si una vez en camino hacia el objetivo aparentemente bien planteado se te resiste cambia de estrategia o bien mejórala aún más, y si cambiando de estrategia aún sufres por no alcanzar tus objetivos significa que hay fuertes razones para no cambiar y la solución intentada está siendo el verdadero problema deberás cambiar la manera de interpretarlo y sentirlo. Los problemas no existen.

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