viernes, 9 de mayo de 2008


El primer embajador de España en la Corte imperial de Praga fue Francisco Hurtado de Mendoza, conde de Monteagudo y marqués de Almazán. Su carrera profesional en la capital del Reino de Bohemia comenzó en 1564 y finalizó catorce años más tarde. Inmediatamente después, en el año 1578, el cargo de embajador comenzó a ejercerlo el humanista español, Don Juan de Borja, quien editó en Praga su libro "Empresas Morales", del que las Bibliotecas Nacionales de Praga y Madrid atesoran varios ejemplares.. Juan de Borja financió asimismo la edición española del libro del licenciado Pedro de Cornejo sobre las guerras habidas en los Países Bajos.

El sucesor de Borja, el catalán Don Guillén de San Clemente vivió en Praga desde 1581 hasta su muerte en 1608. Fue sepultado en la Iglesia de Santo Tomás, sitaen la Ciudad Pequeña de Praga, en un sepulcro que originalmente el embajador había mandado construir para los súbditos de los reyes de España.

Su gran biblioteca la legó al Colegio Mayor que la Compañía de Jesús tenía en Praga. Don Guillén de San Clemente se afamó en Praga como propagador del pensamiento del famoso filósofo catalán del siglo XIII, Ramón Llull (juj), del que se consideraba seguidor. Gracias a esta iniciativa suya, con el lulismo pudo familiarizarse también el célebre pedagogo checo, Juan Amos Comenio.

J. M. Wacker de Wackenfels (1550-1619) fue un notable intelectual humanista europeo, filósofo, jurisconsulto y bibliófilo. Entre los años 1576-1597, después de sus estudios en Estrasburgo, Ginebra, Viena y Padua, influidos por las ideas protestantes, vivió en Wroclaw, en Silesia, participando activamente en la vida pública y polí­tica.

Tuvo contactos muy estrechos con los obispos de Wroclaw y fue miembro destacado del grupo de humanistas simpatizantes con las ideas del calvinismo.

Entre 1597 y 1618, como hombre polí­tico y jurisconsulto al servicio de los emperadores Rodolfo II y Matí­as Habsburgo, residió en Praga. Allí entró en contacto con los miembros del cí­rculo de admiradores de la filosofía de Giordano Bruno, llamados «jordanistas», entre ellos Guillén de San Clemente, embajador español en Praga.

En 1618, en los albores de la Guerra de los Treinta Años, se fugó a Viena, donde murió un año más tarde.

La colección de los libros de Wacker, copiosa y rara, sufrió diversos avatares. Después del estallido de la Rebelión de Bohemia y tras la fuga de Wacker, su destino inmediato es oscuro. Sabemos que la librerí­a, a diferencia de su dueño, quedó en Praga, y que desde allí se fue dispersando por varios fondos.

En los años setenta del siglo xvii una gran parte pasó a las colecciones eclesiásticas de Praga (conventos de los servitos, agustinos, teatinos o colegios jesuíticos, el de Clementinum incluido), como lo atestiguan varios exlibris y notas de procedencia.

A fines del siglo xviii, después de la supresión de las órdenes eclesiásticas decretada por el emperador Joseph II, un total de setenta tí­tulos distribuidos en cincuenta volúmenes que habí­an pertenecido a Wacker, ingresó en la Real Biblioteca Pública Imperial Universitaria del Estado, predecesora de la Biblioteca Nacional de la República Checa.

En ese grupo, se cuentan dos libros de origen español que pueden considerarse raros.

Se trata, en un caso, de la primera edición de la célebre historia de la Inquisición española escrita en latín por Raimundo (Reinaldo?) González de Montes, Sanctae Inquisitionis Hispaniacae artes aliquot detectae..., publicada por Michael Schirat en Heidelberg en 1567 (CCPBE cita solamente un ejemplar conservado en España; véase también VD G2660).

El otro libro es La Biblia, que es, los sacros libros del Viejo y Nuevo testamento, más conocida como Biblia del Oso, editada por Thomas Guarin en Basilea en 1569 e incluida en el í­ndice de libros prohibidos. De esta edición de Basilea no hay más que dos ejemplares conservados en fondos históricos de la República Checa: este de Wacker -que antes de integrarse en la Biblioteca Nacional pasó por la de los teatinos de Praga- y otro, procedente de la biblioteca personal de Enrique de Mayerswald, decano de catedral de Olomouc, legado en la primera mitad del siglo xviii al colegio jesuita de Olomouc y actualmente depositado en la Biblioteca Científica de Olomouc.

La Biblia de Wacker conserva su encuadernación original, fabricada en Praga, como lo testifica una filigrana de armas de la Ciudad Vieja de Praga visible en las hojas de guarda anteriores. Aún se distingue la leyenda «oficina del emperador» -activa entre finales del siglo xvi y principios del xvii-, taller al servicio de la corte imperial y de diversas celebridades de la Europa central.

Se trata de una encuadernación en pergamino dorado con un romboide floral, superlibros con las iniciales de su propietario en la tapa anterior y romboide ornamental en tapa posterior, con borduras ornamentales y florales.

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