martes, 22 de septiembre de 2009


UNA ESTATUA DE PROPORCIONES PERFECTAS, viene a estar como animada por un espíritu, se vuelve estatua mágica. Los magos introducen los espíritus en las estatuas, con ritos que reflejan la armonía de los cielos. Si se aplicase esto a las imágenes talismánicas internas, su poder consistiría en sus proporciones perfectas.

Bruno no alcanzó a presentarle su reforma religiosa-basada en el hermetismo- al Papa, por que antes fue quemado por la inquisición. El templo en que se celebrarían los rituales de su religión estaba dentro de la cabeza de cada uno.

Imaginen que cierran los ojos y a diez metros enfrente de ti, hay un hombre vestido de oriental tomado sonoramente una taza de té. Atrás hay un oso que se levante y posa sus cuatro patas en el suelo, a diez metros a la izquierda hay un búho leyendo un libro y al otro lado una persona que hecha humo por la cabeza y sus ropas, cada una de estas personificaciones es una puerta para entrar a una sala, cada una con cuatro distintas personificaciones de ideas y cada una de estas imágenes, también es una puerta a otra sala.

A su vez miro al cielo y cada planeta tiene la forma de un arquetipo, el padre, la ley, la madre, la virtud, etc. Como si yaciera dentro de nuestra imaginación la bóveda celeste y sus planetas combinándose en las orbitas que dibujan en el cielo.

Cada dios y cada diosa de la mitología griega representan un carácter humano diferente. Entre los 12 dioses y sus conceptos acompañantes, y la combinación de unos con otras, tenemos una buena aproximación a la mayoría de los diferentes comportamientos humanos posibles. Los dáimones (imágenes personificadas) siguen, en la sombra, presentes. Antes convivían imaginariamente en el mundo, en una realidad ambigua, no dual, sin categorías dentro/fuera, este/otro mundo.

Es una peculiaridad estrictamente occidental confundir lo físico con lo que es literalmente real, resultado de la polarización cristiana entre alma y cuerpo; fuera del cristianismo y de otras religiones monoteístas el alma es casi material como el cuerpo casi espiritual y ambos forman un todo daimónico; somos organismos fluidos que pasamos fácilmente de este mundo al otro, de la vida a la muerte; también nosotros somos daimónicos, realidades míticas. Los mitos nos dicen que vivamos sin resoluciones, en un estado de tensión creadora con nuestra doble dimensión. Cuando leemos una novela no construimos sólo la historia en nuestra imaginación, también transformamos al “yo” que lee.

Cada uno de nosotros es un manojo de fantasías y de viejos temores que transfiere y proyecta en sus relaciones cotidianas y personales.

El objetivo de Giordano era alcanzar la gnosis hermética, reflejar el mundo en la mente gracias a los procedimientos mágicos, entre los que se hallaba el aprendizaje mnemónico de las imágenes mágicas de las estrellas y convertirse de este modo en un gran mago y dirigente religioso capaz de efectuar milagros. Y Bruno predicó aquí su contrarreforma egipcia, su pensamiento del hermetismo mágico egipcio y trató de profetizar un retorno a las enseñanzas de Hermes, así como una ética y moral muy especial, que quizás fueron la base de la francmasonería que aparece en Inglaterra en los comienzos del siglo XVII.

"Lo mismo que el espacio exterior al mundo, si es que existe, debe estar, según mi opinión, lleno de seres inteligibles, es decir, afines a la divinidad de dicho espacio, así el imaginario se halla absolutamente ocupado por seres vivos" c

Se trata de construir una casa para Dios como escenario de íntimas meditaciones. El creyente se transforma en un artista de imágenes divinas para interpretarlo, entenderlo y experimentarlo en toda su complejidad.

Al morir Bruno, creo al mártir de su propia religión y legó su imagen talsimánica en forma de estatua mágica en el Campo de Fiori.

"El mundo está en mi cabeza. Mi cuerpo está en el mundo".

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