martes, 5 de junio de 2012


LOST Y LOS MUNDOS INTERMEDIOS: DANTE, MILTON, SWEDENBORG, BLAKE







[UNA ACTUALIZACIÓN Y DESARROLLO DE ESTE TEMA EN ENTRADAS SUCESIVAS A PARTIR DEL 20-1-11. IR A LA PÁGINA PRINCIPALhttp://manueldelgadoruiz.blogspot.com/


1. LAS FUENTES VISIONARIAS DE LOST
La otra noche en la Reina intenté esbozar el que os había adelantado sobre LOST, sobre todo a partir del famoso capítulo 9 de la sexta temporada, algo importante a subrayar en adelante, puesto que reconozco que no he visto todos los episodios de la serie y no tengo ni legitimidad ni competencia por hacer una lectura del conjunto. Mi hija mediana, Cora, consiguió engancharme a la serie, pero me ha sido imposible seguirla con la fidelidad que me hubiera gustado. Como lo que expliqué fue algo apresurado -habíamos empezado con retraso y el ambiente era más agobiante de lo habitual-, me extiendo ahora algo más y, de paso, comparto con más gente alguna de las consideraciones de las que os hablé. En primer lugar, que quede claro: no tengo la más remota pretensión de "aclarar" los misterios y arcanos de la serie. Es evidente que existe una voluntad por parte de los guionistas de generar expectación con cada nuevo giro en un argumento que, a veces, se puede antojar artificialmente laberíntico y dar pie al que hoy por hoy es una especie de pequeña multitud de "lostólogos", dedicados casi a tiempo completo a la exégesis de cada episodio y de la totalidad. En segundo lugar, téngase en cuenta una premisa: toda serie televisiva, con muy pocas excepciones, es una gran colección de referencias tomadas de aquí y allá, provenientes de películas, de otras series, de cómics o de obras literarias, una colección de alusiones, homenajes, plagios, guiños, etc. LOST sería una apoteosis de este principio: cualquier seguidor de la serie lo es de una sucesión de flashes, cada uno de los cuales tiene su conexión con algo que los guionistas han visto o han leído y que es metido en un túrmix para acabar produciendo, encadenando todos estos materiales, un precipitado parecido a un argumento. En el caso de la serie es descarada la deuda que PERDIDOS tiene contraída con películas como, entre muchas otras, STALKER, FORBIDENN PLANET, EL ÁNGEL EXTERMINADOR, DONNIE DARKO, THE PLANET OF THE APES, LOS CRONOCRÍMENES..., o con otras series televisivas, como la inglesa de finales de los 60 THE PRISIONER. O con novelas como La ISLA DEL TESORO, LA INVENCIÓN DE MOREL, EL PÉNDULO DE FOUCAULT, EL SEÑOR DE LAS MOSCAS, LA ISLA MISTERIOSA. O con cómics como WATCHMEN. Etc.
Por lo tanto sólo pretendo advertir la fuente plausible de algunos de sus elementos y probablemente de al menos uno de sus ejes centrales, sobre todo si el episodio en cuestión, el 6x9, es tan estratégico como los seguidores de la serie han insistido a señalar. Se trata básicamente de como la historia del origen de Ricardus, su avatar original como reo canario condenado inicialmente a muerte que, como los sobrevivientes del vuelo de Oceanic 815, recala a la Isla tras un naufragio. Es a partir de aquí que nos son presentados los personajes antagónicos de la serie que habitan la Isla y que parecen desarrollar en ella un singular duelo: Jacob y el Humo Negro. Quien haya visto este episodio, AP AETERNUM ("Por siempre jamás"), recordará que en él se explicita que esta oposición se plantea como enfrentando el Bien y el Mal, el Cielo y el Infierno. Se insinúa que la Isla es un frente de batalla en el cual estos dos personajes-principio llevan a cabo su lucha: el Humo Negro, asociado al Infierno y al Mal, intentando desperdigarse por el mundo tras haber escapado de la Isla, y Jacob haciendo todo el posible por impedírselo, lo que origina que el primero se plantee como objetivo obsesivo acabar con él.
También se nos apunta que a la Isla llega un número indefinido pero inmenso de seres que tendrían a sus manos la posibilidad de salvarse, sin que ninguno de ellos lo hubiera conseguido hasta el momento. Es decir, la Isla se explicita en este episodio como dos cosas: como un tapón del Mal -por emplear el símil que Jacob propone-, pero también como un lugar en el que quienes lleguen a él decidan por ellos mismos su propio destino, que se supone que es la de acabar absorbidos fatalmente por el Humo Negro. Esto implica que la Isla es un auténtico territorio liminar o de umbral, situado a la manera de bisagra entre tres mundos: el de los vivos –o cuando menos el de la vida ordinaria-, el cielo y el infierno, un ámbito fronterizo a través del cual estos tres universos entran en contacto sin que la Isla pertenezca propiamente a ninguno de los tres. Aquellos que se encuentran en ella son transeúntes entre mundos, sorprendidos intentando sobrevivir abandonando una zona a medio camino entre diferentes esferas, entre las cuales la Isla hace a la vez de unión y de separación.
Esta naturaleza de comarca que hace de puente y al mismo tiempo barrera entre universos antagónicos es lo que hace comprensible buena parte de los avatares que protagonizan los sobrevivientes del vuelo accidentado, a la luz de varias visiones filosóficas y literarias de este territorio intermedio que a buen seguro que los guionistas de LOST conocen y de los cuales se ha extraído el eje central de la serie. Creo que estos territorios intermedios serian el Antepurgatorio de LA DIVINA COMEDIA, de Dante Alighieri (acabado el 1321); el Limbo de las Vanidades de EL PARAISO PERDIDO, de John Milton (1677), y el Mundo de los Espíritus que encontramos en DEL CIELO Y DEL INFIERNO, de Emanuel Swedenborg (1758). Estos tres mundos intermedios están imaginados en épocas diferentes, pero responden a una tradición que se reconoce a si misma como tal y que está conformada por varias visiones místicas del Cielo, del Infierno y de las zonas de transición que conducen a ellos desde el mundo de los vivos. Un cuarto referente, también visionario, heredero y síntesis de los tres anteriores, seria el que representa la figura de William Blake y su BODA DEL CIELO Y DEL INFIERNO (1793).

2. EL AURA NEGRA, LA BARCA CON ALAS Y LA PLAYA DEL ANTEPURGATORIO

Empecemos por la obra de Dante. El Humo Negro estaría tomado directamente del Canto V del Libro del Infierno de la DIVINA COMEDIA, en el que se representa el Segundo Círculo del Infierno, que es en realidad su entrada -el Primer Círculo lo ocupa el Limbo- y el acceso a la parte de la averno destinado a los pecadores lujuriosos. Al libro de Dante se explica como los humanos que llegan hasta allá son recibidos por Minos y, tras haber escuchado su sentencia, son descuajados por un remolino oscuro, una especie de pequeño ciclón o borrasca oscura, una “infernal humareda” (§ 33) o “negrura malsana” (§ 75), que avanza impetuosamente a ras del suelo y que en el original se designa como "aura nera", que se suele traducir como "aire negro" o "viento negro". En concreto, leemos en el texto original, "Maestro, chi son quelle genti che la aura nera si gastiga?’. Es decir: "Maestro, ¿quiénes son esos a quienes el aire negro castiga?".
En este caso, la región intermedia seria el Antepurgatorio, descrito en el Canto II del Libro del Purgatorio. Según la visión de Dante, el Purgatorio es una isla y de él existiría una antesala: este Antepurgatorio, que es un playa. A esta playa Dante ve acercarse de lejos una luz blanca volante por el cielo (“vi una luz por el mar venir rápidamente, tanto que no hace falta que el mejor vuelo la envidie”, § 18). Poco a poco se va revelando como una especie de gran barca blanca, “que sin vela y sin remos avanza: las alas por el camino le son lo suficiente grandes”, es decir que llega volando gracias a sus grandes alas y que pilota un ángel. La nave alada aterriza en la playa de la isla y de ella descienden un centenar de almas. "La turba allí parecía forastera y tanteaba, mirando en torno como quien mira de encontrar sendero”. Ni que decir tiene que la similitud con la historia del avión que deposita traumáticamente a los protagonistas en la playa de la Isla de LOST es incontestable y es difícil de creer que los guionistas no fueran conscientes de ella.

3. EL LIMBO DE LAS VANIDADES, LA PUERTA DEL CIELO Y LA ESCALERA DE JACOB

Con respecto al PARAISO PERDIDO de Milton, esta tierra intermedia con la que se puede identificar en la Isla sería el Limbo de las Vanidades, uno de los lugares en los que recala Satán en su viaje hacia al mundo de los recién creados humanos, para entablar en él su última batalla contra Dios. Allá, como se sabe, pervertirá a Adán y Eva y los arrancará del Paraíso, del cual desde entonces no parará en su intento de convertirse en su amo y señor. El Limbo de las Vanidades lo encontraréis descrito al Canto Tercero. Es un sitio en el Orbe más exterior, en las "primeras convexidades" del cosmos por el que se desplaza aquel a quien Milton presenta como el Enemigo. A este lugar llegan, como si fueran vapores, las vanidades humanas, las cosas vacías y banales, y todos "aquellos que con ellas quieren construir su sueño esperanzado de fama o gloria, o de bienaventuranza aquí en la otra vida... buscando el elogio de los hombres solamente.., aquí es dónde encuentran recompensa oportuna para sus méritos, vacía como sus hechos". Es ahí donde todos estos seres vagan hasta su muerte final. También van allá a parar todos aquellos que creyeron que podrían entrar al Cielo disfrazados. Todos ellos fueron absorbidos también por el mismo viento errático que los trajo hasta allá. Este lugar sólo lo iluminan los rayos de luz que se filtran por el muro tras el cual se encuentra el Cielo. Es en aquel momento que Milton nos presenta en su poema al Enemigo descubriendo que allá está el pórtico celestial, del que parte aquella escalera helicoidal que Jacob viera en sueños subir hasta la cúspide y por la que subían y bajaban todo tipo de ángeles, arcángeles y querubines (Ge 28: 11-19): “Estos escalones parecían de la escalera por donde Jacob vio como ascendían y descendían Ángeles, estoles fúlgidos de guardianes, por la noche, en sueños, en los campos de Luz, durmiendo a la intermperie y se despertó gritando: ¡Esta puerta es la puerta del Cielo!” (p. 109).
La presencia del PARAÍSO PERDIDO debería hacer obvio que la traducción de "Lost" por "Perdidos" es del todo arbitraria; "Lost" seria "Perdido", por "The Lost Paradise". La relación de la Isla con la Edén aparecería también explicitada –pensad en el comentario de Hugo acerca de que los esqueletos abrazados que se encuentran enterrados son Adán y Eva-, además del mismo aspecto paradisíaco de la Isla, en la elección de Tenerife como el escenario para el capítulo 6x9. La Isla no sería entonces -tal y como ya ha sido remarcado por algún otro exegeta de la serie- otra cosa que San Borondón, la Isla Ballena o Isla Fantasma, la isla que nadie encuentra si la busca, puesto que sólo se aparece cuando no se espera y siempre entre Hierro y La Palma. Esta octava isla del archipiélago canario trae siglos motivando todo tipo de especulaciones y podemos leer sobre ella en buen número de crónicas de viajeros. Es la que Ptolomeo denominaba "Apròsitus", la "Inaccesible", que fue reconocida por el tratado de Évora como la "Non Trubada" o "Inaccesible", asociada a la Atlántida de los griegos, pero sobre todo al Paraíso Perdido.

4. EL MUNDO DE LOS ESPÍRITUS Y LAS PUERTAS DEL CIELO Y DEL INFIERNO

Si realmente la serie escenifica una especie de territorio bisagra entre los universos antagónicos del Infierno y del Cielo, en el que los humanos derimirían su destino hacia uno o hacia otro no a partir de una sentencia divina, sino de su propia libertad de elección, entonces no habría duda que los guionistas están tomando como punto de referencia uno de los asuntos centrales del emanentismo ilustrado y de la interpretación que éste hizo de textos visionarios anteriores como los mencionados de Dante y de Milton. En concreto, estaríamos hablando de Emanuel Swedenborg (1688-1772) y de una lectura de DEL CIELO Y DE El INFIERNO, una de las obras más conocidas del místico sueco. De ella se extraería el elemento teórico principal, por decirlo así, de la serie. A saber: el cielo y el infierno no están separados, sino siempre en contacto, en comunicación permanente en cada uno de nosotros. Dios no nos envía a nadie al Cielo o a el Infierno, sino que vamos nosotros solos, y lo hacemos a partir del ejercicio de nuestro propio arbitrio, como corresponde al librepensamiento ilustrado, recibe la fuerte influencia del neoerasmismo de socinianos y arminianos, las principales herejías racionalistas de principios del XVI. La filosofía de LOST se corresponde plenamente con la de Swedenborg: "Para que podamos ser libres para ser reformados estamos unidos al cielo y a el infierno. En cada uno de nosotros hay ángeles del cielo y espíritus del infierno. Por la vía de los espíritus del infierno nos encontramos nuestro mal; por la vía de los espíritus del cielo nos encontramos el bien, que es aquello que debemos al Señor. Por esta causa nos encontramos en un equilibrio espiritual, es decir en libertad" (Del cielo y del infierno, § 591).
A subrayar que en la imaginación swedenborgiana no hay lugar para la figura del Diablo. No existe un ser abyecto que gobierne el Infierno. Repito: nadie nos condena o nos salva; somos nosotros mismos que decidimos qué camino tomar, en función del amor que hemos cultivado, sea el de a un mismo o el de a los otros. Este tema del equilibrio es fundamental en LOST, como lo es en toda la obra de Swedenborg. "El equilibrio espiritual es esencialmente una forma de libertad, porque es entre el bien y el mal y entre la verdad y la falsedad. Así pues, la capacidad de proponernos el bien o el mal y de pensar lo verdadero y lo falso, la capacidad de escoger uno en vez del otro, esa es la libertad de la que hablo aquí" (§ 597). Me remito a la versión española de María Tabuyo y Agustín López (Del cielo y del infierno, Siruela, 2000).
Y es ahora donde procede introducir a cual de los escenarios de la obra de Swedenborg corresponde la Isla. En DEL CIELO Y DE El INFIERNO la comunicación y el tránsito entre universos antagónicos existe un territorio intermedio al que van a parar los muertos y donde esperan el momento de subir al Cielo o bajar al Infierno. Se trata del Mundo de los Espíritus, al que Swedenborg dedica la Parte II de su libro, titulada "El mundo de los espíritus y el estado del hombre tras la muerte". Según la visión que Swedenborg ".... el mundo de los espiritus no es ni el cielo ni l’infierno, sino un lugar o estado entre los dos. Es el lugar al que vamos inicialmente tras la muerte, siento a su debido tiempo elevados al cielo o lanzados al infierno en función de nuestra vida en este mundo. El mundo de los espíritus es un lugar a medio camino entre el cielo y el infierno y es también nuestro estado intermedio tras la muerte. Me ha sido mostrado que es un lugar a mitad de camino, al ver que los infiernos estaban debajo de él y los cielos encima, y es un estado intermedio porque mientras estamos en él no estamos todavía ni al cielo ni al infierno" (§ 421-422). Tenemos entonces que el Mundo de los Espíritus es una especie de gran sala de espera en el que los espíritus –que no son las almas, puesto que mantienen todavía allá su forma corpórea- esperan el momento de su traspaso al cielo o al infierno, pero no como consecuencia de ningún juicio divino, ni de la actividad perversa de ningún demonio, sino de sus propios actos y decisiones, "de nuestro entendimiento y nuestra voluntad", coherentes con los que asumimos en nuestra existencia terrenal. Allá, además, les es dado encontrarse con los amigos y familiares, hijos, esposa o esposo, parientes..., tanto vivos como muertos, pues "aunque separados, estamos juntos a todos ellos y podemos hablar con cualquiera" (§ 427).
La descripción de esta comarca intermedia es del todo compatible con la Isla. Los accesos al Infierno son una multitud de agujeros, cuevas, rendijas, grietas, pozos..., todos ellos disimulados, pero visibles sólo para aquellos que entrarán o caerán en ellos, "puesto que es sólo para ellos que se abren”. El Cielo, en cambio, está completamente cercado y a él sólo se puede acceder por una pequeña entrada y un pasillo estrecho que después se va bifurcando. Cada uno de nosotros, en nuestra mente racional, es una correspondencia de este Mundo de los Espíritus, puesto que cada quien tiene también en sí mismo estas dos puertas y estos dos caminos que conducen uno a la salvación, el otro a la condena, siendo cada uno de nosotros que escogemos entre una vía u otra. El tiempo de permanencia en este espacio intersticial varía. "En el mundo de los espíritus hay un enorme número, puesto que allá tiene lugar la primera reunión de todos, y allá son preparados y explorados todos. No hay término fijo para su estancia allí; algunos no hacen más que entrar en él, y enseguida son traídos al cielo o bien lanzados al infierno; otros permanecen allá tan sólo algunas semanas, otro varios años... " (§ 426).
También se podría especular con la afinidad entre el personaje de Ricardus y uno de los protagonistas de toda la obra de Swedenborg: el Hombre Eterno, la síntesis de la condición humana y la naturaleza divina de su espíritu. William Blake se referirá este ser como Albion.

5. LAS BODAS DEL CIELO Y DE El INFIERNO.

No es este el lugar ni el momento de extenderse sobre la importancia y la influencia de William Blake (1757-1827), discípulo y continuador, pero también disidente, de la obra visionaria de Swedenborg. Está claro que su visión del Cielo y del Infierno no es la misma que la de su maestro y hasta cierto punto parece invertir, en un sentido revolucionario, sus simpatías por uno de los dos bandos en conflicto eterno. En cualquier caso, si alguien tiene interés en profundizar en su apasionante obra y sus particulares visiones del Cielo y del Infierno, puede remitirse a las excelentes versiones de su BODAS DEL CIELO Y DEL INFIERNO o del MILTON.
Lo que quiero remarcar de Blake es que no es nada casual que ambos personajes centrales en la serie -el Humo Negro y Jacob- hayan sido el tema de sendas de sus pinturas más emblemáticas. El Humo Negro es el que vemos representado en una de las ilustraciones -la lámina LX- con que Blake acompaña la edición inglesa de la Divina Comedia, que se representa la llegada de Dante al Segundo Círculo del Infierno, datada entre 1824 y 1826, el título del cual es "Whirlwind of Lovers", es decir "El remolino de los amantes", que he reproducido más arriba en esta entrada del blog. En ella se representa el momento en el que Virgilio -de pie- y el propio Dante -que aparece desplomado, tras haber sufrido un desmayo por la impresión de que le causa el relato que escucha- reciben de boca de Francesca de Rimini la trágica historia de su amor adúltero con su cuñado Paolo Malatesta y el asesinato de ambos por el marido engañado. Es un tema que en el Romanticismo recogerán Ary Scheffer o Doré, siempre mostrando los amantes todavía abrazados, siento absorbidos por la turbulencia oscura que los arrastrará al infierno. Está claro, pero, que la ilustración de Blake es absolutamente esclarecedora de la fuente de la que los guionistas de LOST ha tomado la imagen del Humo Negro. Con respecto a la acuarela de “La escalera de Jacob”, también me permito reproducirla encabezando esta entrada. Es una obra que William Blake pinta al 1807 y que era la que aparecía a toda la prensa por informar de la exposición retrospectiva de Blake que hizo la Tate Gallery de Londres el año pasado.
Creo que es justo que reconozca en este momento que todo lo que ha pensado y escrito parte del momento en que mi hija grande, Ariana, me enseñó el trabajo de curso que había preparado por la asignatura "De la Il.lustración al Simbolisme", de Historia del Arte, que había dedicado al trabajo de Blake sobre el episodio de Francesca y Mateo en la DIVINA COMEDIA de Dante. Fue a partir de aquí que empecé a darle vueltas al asunto y llegué a estas apreciaciones que ahora comparto.


6. LA TRADICIÓN VISIONARIA: DE LOS ÓRFICOS A LA NEW AGE

Estas cuatro referencias a visiones del Cielo y de el Infierno y de sus mundos intermedios -Dante, Milton, Swedenborg, Blake- están absolutamente vinculadas entre sí. Pertenecen a una línea ininterrumpida de desplazamientos místicos a dominios invisibles pero determinantes de la vida humana, que se asocian al Bajo y a el Alto, a varias formas de Infierno y de Cielo y a diferentes concepciones del Bien y del Mal. Seguramente la raíz común sería una lógica de ascenso y descenso del ser tras deshacerse o apartarse del cuerpo -de manera definitiva o transitoriamente- que encontramos en todas las técnicas de éxtasis que solemos tipificar como chamánicas. En la cultura occidental se concretarían en corrientes mistéricas como la órfica en la Grecia clásica, continuarían en todas las religiones orientales que se popularizan a la Roma antigua -entre ellas la judeo-cristiana, sin duda, con todas sus variantes de descenso y ascensión, incluyendo los del propio Cristo-, continuarían en las corrientes gnóstiques y neoplatòniques antiguas que llegan A la Edad Media, determinarían en buena medida el Renacimiento de la mano de personajes como Paracelso; se introducirían en la primera modernidad con Jacob Boehme y todo tipo de corrientes heréticas racionalistas, alcanzarían la Ilustración y se transformarían en emanentistas, marcarían el ocultismo romántico y toda clase de escuelas literarias, estéticas, religiosas y filosóficas a lo largo del XIX -prerrafaelistas, simbolismo, teosofía, modernismo, espiritismo-, y se adentrarían el siglo XX de la mano de surrealistas, antroposofistas...- hasta llegar a la contracultura de los años 60, la estética psicodélica, la vindicació de las diferentes "puertas de la percepción", concluyendo en el momento actual en las trivializaciones de la New Age. Todo esto unido entre si por una misma línea del todo autoconsciente de sus diferentes etapas y de los elementos clave heredados de cada una de ellas.
Aprovecho para recomendaros el trabajo de un amigo y compañero de Departamento que ha trabajado la coherencia de esta línea místico-racionalista y su influencia a el anarquismo catalán de finales del XIX: hablo de Gerard Horta y dos libros suyos: De la mística a les barricades (Proa) y Cos i revolució (Edicions de 1984). Si remarco esto último es por señalar que la eventual presencia de estas alusiones que a simple vista podrían parecer pedanterías de alta erudición no respondería a que los guionistas de LOST ni yo mismo tengamos un amplio conocimiento en corrientes mistéricas extrañas o seamos expertos en historia de la literatura. Al contrario. Swedenborg es abundantemente homenajeado por Jorge Luis Borges o por Umberto Eco. Leeos Libro del Cielo y del Infierno, la compilación d’imágenes del cielo y del infierno que publicaron Antonio Bioy Casaste y Jorge Luis Borges editada por Emecé. Y hablando de Bioy Casaste. ¿No se suele coincidir en que LA INVENCIÓN DE MOREL es una de las obras más influyentes en el argumento de LOST? Pues recordad la quinta “hipótesis” del relato: “Los intrusos serían un grupo de muertos amigos; yo, un viajero, como Dante o Swedenborg, o si no otro muerto, de otra casta, en un momento diferente de su metamorfosis; esta isla, el purgatorio o cielo de aquellos muertos (queda enunciada la posibilidad de varios cielos; si hubiera uno y todos fueran allí y nos aguardasen un encantador matrimonio y todos sus miércoles literarios, muchos ya habríamos dejado de morir).”
Y permitidme acabar con una evocación personal. Recuerdo perfectamente el día de 1971, cuando tenía 15 años, en que, a instancias de mi profesor de Literatura, Carlos Gómez –¿qué habrá sido de él? ¡cuanto le debo!- fui a comprarme Matrimonio del cielo y del infierno, de William Blake, en la librería El Hogar del Libro, que estaba en la calle Bergara. En aquel momento aquella lectura no constituía una extravagància de sabiondo, sino todo lo contrario: era casi una obligación en un ambiente cultural en el que este tipo de lecturas entraba en el mismo paquete que las de Corso, Ginsberg o Alan Watts, o las canciones de The Doors. No creo, en este sentido, que el caso de los guionistas de LOST deba ser muy diferente. Que uno de los asuntos fundamentales de la serie sea el de la presencia de la Operación Dharma -un término tan asociado a la contracultura de los 60- y que su logo esté tan descaradamente tomado del I Ching es una prueba bien clara de ello.

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