sábado, 15 de marzo de 2008

ARTE HERMÉTICO DE STEN


La leyenda comienza en otoño de 1585 en Paris, Giordano Bruno escribe su "Arbor Philosophorum" (obra supuestamente perdida), la que se supone tenía contenido mágico-cabalístico-lulista y mnemotécnico. Lo cierto es que ese libro si existió (y existe), y no fue escrito por Bruno, sino por un famoso pedadgogo checo, a petición del tercer embajador de españa en Praga. Una copia de este libro fue encontrada hace un siglo en la colección personal de J. M. Wacker de Wackenfels, bibliófilo y jurisconsulto de Rodolfo II de praga, y frecuente tertuliano de los círculo de admiradores del HEREJE nolano en Praga. Este libro hermético, "Arbor Philosophorum" tuvo una gran influencia en el hermetismo escandinavo del siglo XVII.

La historía aparentemente es la siguiente: A comienzos de 1588. Giordano Bruno llega a Praga donde permanecerá por solo seis meses. Es recibido por el emperador Rodolfo II, interesante personaje filósofo, esoterista y alquimista y protector conocido de filósofos y magos. Le dedica al embajador de España y al emperador un par de obras sobre mnemotécnica y mathesis lulistico-bruniana. Como el emperador le dio dinero pero no cátedras u otro trabajo, se marcha el Nolano a Helmstedt a finales de 1588, no sin dejar las bases de una sociedad hermética que Bruno fundara antes en Alemania (los "Giordanistas") y que luego, según algunos, tomara forma y se expandiera como la Fraternidad Rosacruz.
El embajador de españa en Praga el catalán Don Guillén de San Clemente vivió en Praga desde 1581 hasta su muerte en 1608 y fue el tercer embajador de España en la Corte imperial de Praga. Don Guillén era confeso partidario de las ideas del hereje italiano Giordano Bruno, y además se destacó como un importante coleccionista y mecenas de las artes y promotor de las nuevas corrientes filosóficas. Praga nunca llegó a gustarle mucho y sus 21 años de estancia en la capital checa los pasó añorando regresar a España, pero en vano. Fue sepultado en la Iglesia de Santo Tomás, situado en la Ciudad Pequeña de Praga, en un sepulcro que originalmente el embajador había mandado construir para los súbditos de los reyes de España. Su gran biblioteca la legó al Colegio Mayor que la Compañía de Jesús tenía en Praga.

Don Guillén de San Clemente se afamó en Praga como propagador del pensamiento del famoso filósofo catalán del siglo XIII, Ramón Llull del que se consideraba seguidor. No olvidemos que tras muchos de los artificios nemónicos de Bruno están las ruedas combinatorias y concentricas del catalán Llull, sobre las cuales Bruno construía sus diagramas y edificios de la memoria. Gracias a esta iniciativa suya, con el lulismo pudo familiarizarse también con el célebre pedagogo checo, Juan Amos Comenio. Don Guillén de san Clemente convence a Comenio de escribir una versión pedagógica e ilustrada de las tecnología mental bruniana, puliendola de los elementos más místicos y extravagantes, y así lo hacen creando algunas copias privadas de un libro al que llamaron "Arbor Philosophorum". ¿Pero cómo pasa, esta revisión del pensamiento bruniano a Suecia? Ahora vamos a explicarlo, Juan Amos Comenio (1592-1670); es muy conocido por sus contribuciones a las técnicas de enseñanza que, junto con sus principios educativos; su Mundo visible en dibujos (1658), un libro para el aprendizaje del latín, parece ser el primer libro ilustrado para niños, en la que destacó la necesidad de acompañar la teoría en la enseñanza con la práctica: "la cabeza y el cerebro no pueden funcionar sin el corazón, ni tampoco sin las manos y la laboriosidad de éstas”. Juan Amos Comenio fue profesor y rector en las ciudades de Pierov y Fulnek, en Moravia, hasta el inicio de la guerra de los Treinta Años, cuando el ejército del Sacro Imperio envió a los habitantes de Moravia al exilio. Se estableció en Leszno (Polonia) y como obispo de los moravos ayudó a mantener la unidad de su grupo. En 1638 fue invitado a Suecia para participar en las reformas educativas. El gobierno inglés le hizo una invitación similar, pero en 1641, poco antes del inicio de la Guerra Civil inglesa, se marchó de la isla, volviendo a Suecia, donde trabajó hasta 1648. Al parecer mientras realizaba la reforma educativa Sueca, eneñaba a elegidos intelectuales las psicotecnologías Brunianas.

¿Cómo llega el libro a las manos del Maestro de Sten?.

Aquí va la hipótesis del mismo Sten:

J. M. Wacker de Wackenfels (1550-1619) fue un notable intelectual humanista europeo, filósofo, jurisconsulto y bibliófilo. Entre los años 1576-1597, después de sus estudios en Estrasburgo, Ginebra, Viena y Padua, influidos por las ideas protestantes, vivió en Wroclaw, en Silesia, participando activamente en la vida pública y política. Tuvo contactos muy estrechos con los obispos de Wroclaw y fue miembro destacado del grupo de humanistas simpatizantes con las ideas del calvinismo.

Entre 1597 y 1618, como hombre político y jurisconsulto al servicio de los emperadores Rodolfo II y Matías Habsburgo, residió en Praga. Allí entró en contacto con los miembros del círculo de admiradores de la filosofía de Giordano Bruno, llamados «jordanistas», entre ellos el catalán Guillén de San Clemente, embajador español en Praga. En 1618, en los albores de la Guerra de los Treinta Años, se fugó a Viena, donde murió un año más tarde.

La colección de los libros de Wacker, copiosa y rara, sufrió diversos avatares. Después del estallido de la Rebelión de Bohemia y tras la fuga de Wacker, su destino inmediato es oscuro. Sabemos que la librería, a diferencia de su dueño, quedó en Praga, y que desde allí se fue dispersando por varios fondos. En los años setenta del siglo xvii una gran parte pasó a las colecciones eclesiásticas de Praga (conventos de los servitos, agustinos, teatinos o colegios jesuíticos, el de Clementinum incluido), como lo atestiguan varios exlibris y notas de procedencia. A fines del siglo xviii, después de la supresión de las órdenes eclesiásticas decretada por el emperador Joseph II, un total de setenta títulos distribuidos en cincuenta volúmenes que habían pertenecido a Wacker, ingresó en la Real Biblioteca Pública Imperial Universitaria del Estado, predecesora de la Biblioteca Nacional de la República Checa. En ese grupo, se cuentan dos libros de origen español que pueden considerarse raros y un valiosísimo libro en dónde se explican las tecnologías mentales de en forma pedagógica, y que seguramente fue el texto secreto que más influencia tuvo en el hermetismo escandinavo.

De los libros españoles se trata, en un caso, de la primera edición de la célebre historia de la Inquisición española escrita en latín por Raimundo González de Montes, Sanctae Inquisitionis Hispaniacae artes aliquot detectae..., publicada por Michael Schirat en Heidelberg en 1567 (CCPBE cita solamente un ejemplar conservado en España; véase también VD G2660).

El otro libro es La Biblia, que es, los sacros libros del Viejo y Nuevo testamento, más conocida como Biblia del Oso, editada por Thomas Guarin en Basilea en 1569 e incluida en el índice de libros prohibidos. De esta edición de Basilea no hay más que dos ejemplares conservados en fondos históricos de la República Checa: este de Wacker -que antes de integrarse en la Biblioteca Nacional pasó por la de los teatinos de Praga- y otro, procedente de la biblioteca personal de Enrique de Mayerswald, decano de catedral de Olomouc, legado en la primera mitad del siglo xviii al colegio jesuita de Olomouc y actualmente depositado en la Biblioteca Científica de Olomouc.


El terecer libro anónimo, el que nos interesa, se títula "Arbor Philosophorum", igual que el libro perdido de Bruno, sin embargo no tiene autor, y es una extraña obra en la que aparecen figuras como diagramas o mándalas y cuyas letras e imágenes, emblemas y jeroglíficos, han de colocarse en esas formas. Su propósito es la construcción de una mente artificial a la manera de un edificio con una geometría mágica, ciudadd mental a la que hay que imaginar nítidamente, un templo nemónico capaz de albergar imagenes asociadas a cosas, conceptos y personificaciones, y cuya finalidad es la autoproducción de la persona, el libro enseña a organizar el material confiado a la memoria, a fin de fijarlo mejor en ella y facilitar las vias de comunicación entre sus contenidos, lo que contribuirá a la solución de los problemas que se le puedan presentar al usuario del método de condicionamiento mental.

Resumiendo: La hipótesis más plausible es que bajo las influencias del viaje a Praga de Giordano Bruno, el libro Arbor Philosophorum" fuera redactado por Juan Amos Comenio el ilustre pedagogo, quien le imprimió a la obra sus novedosas ideas educativas, y las ilustraciones, obra realizada por petición del embajador español en Praga, el catalán Don Guillén de San Clemente. Una copia de este libro fue a parar a manos de J. M. Wacker de Wackenfels el notable intelectual y bibliófilo, juriscunsulto de Rodolfo II. Cuando Juan Amos Comenio fue invitado por la corona sueca a realizar la reforma pedagógica en ese reino, mietras lo hacía, al mismo tiempo instruía a pequeños grupos de intelectuales en la filosofía Bruniana-Luliana y sus tecnologías mentales. Desde el siglo XVII esta filosofía practica se pierde, junto a los maestros que la enseñaban.

De alguna manera el maestro de Sten, se hizo de la copia del libro de la colección personal de J. M. Wacker de Wackenfels, reiniciando una centenaria tradición.

Yo ví el libro con mis propios ojos:

"Arbor Philosophorum" conserva su encuadernación original, fabricada en Praga, como lo testifica una filigrana de armas de la Ciudad Vieja de Praga visible en las hojas de guarda anteriores. Aún se distingue la leyenda «oficina del emperador» -activa entre finales del siglo xvi y principios del xvii-, taller al servicio de la corte imperial y de diversas celebridades de la Europa central. Se trata de una encuadernación en pergamino dorado con un romboide floral, superlibros con las iniciales de su propietario en la tapa anterior y romboide ornamental en tapa posterior, con borduras ornamentales y florales.

El saber decrito y ilustrado en el libro ya había circulado de boca en boca, por un siglo en el sur de Suecia, y el libro venía a ser un aval histórico de la existencia de un hermetismo netamente escandinavo, una filosofía práctica derivada de la interpretación "Clemente-Amos" de la filosofía práctica de Bruno.

Cuando el libro fue legado a Sten, este, siguiendo instrucciones postumas, mandó a hacer cartas con cada una de las 78 ilustraciones del libro, y comenzó a memorizar cada símbolo cada gesto, cada línea, cada color. Empezó a dormir cada noche con una imagen distinta, hablaba en nombre de ellas, imaginaba las imágenes cubriendo el cielo, completaba las imágenes saliéndose de los marcos , imaginaba lo que pasaba antes y después, como si la ilustración fuera la escena, de una fábula dramática. Imaginó los pensamientos, las emociones, la sexualidad y las acciones de las personificaciones icónicas.

Luego se propuso componer las imagenes como si estuviera construyendo un templo, tal como lo sugería el diagrama del libro. El resultado fue una figura como un mapa que permitía abarcarlo de una mirada. Un día todas las imágenes se unieron en un mándala que manifestaban un movimiento de rotación alrededor del centro, con multiples formas de ordenarse en un todo. Era un templo móvil en su interior, en cuyo cielo apareció el sol interior.

Etiquetas:

1 comentarios:

Blogger aaltaris ha dicho...

La luz ilumina no sólo entonces la imagen sino también la forma, por eso la luz aparece como la sustancia única y creadora. Es por el concurso de la luz que podemos captar las imágenes de las cosas naturales y divinas. Esta luz metafísica es condición necesaria y también suficiente. La luz física es sólo un accidente en la visión, pues en el sueño configuramos imágenes sin luz.

26 de abril de 2008, 7:27  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio