lunes, 11 de agosto de 2008


En el pensamiento del Renacimiento cristiano es claro que lo divino no se encuentra en nada menor a Dios, cuya esencia es única, pero el renovado Neoplatonismo de Cornelio Agripa, Marselio Ficino, y Giordano Bruno, trae consigo a los antiguos dioses y demonios localizados en las estrellas, planetas, y elementos y la teurgía asociada con ellos en la tradición hermética.
Haciendo uso de la teoría emanacionista del origen del ser y la idea pitagórica de que el alma del hombre quiere llegar a lo divino, ellos intentan continuar las ideas antiguas sobre dioses y demonios de la naturaleza que son manipulados por el hombre.

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