domingo, 17 de agosto de 2008

josé maria doria y rafael trelles


"Trelles reconoce que el artista de alguna manera es el dios de su propio universo. De aquí su gusto por construir objetos, juegos, cajas pobladas de posibilidades, de intentos mágicos y cabalísticos por subvertir el destino, por descifrar una situación o la intrincada trama de una personalidad. Allí en el lienzo es el causante de ese juego del azar y el destino. Sabe también que una vez se provoque el azar ya para siempre formará parte de su designio. Por eso el juego, el azar, la invocación de lo inusitado lo subyuga a tal extremo que ha preferido pintar estas alucinadas y videntes historias a partir de manchas, éstas seran el inicio, la incitación. Es el dios enfrentado al caos originario. Estamos en la antesala de una bella y terrible cosmogonía".

Doria dice que en esta dirección de enseñanza, ha creado dos juegos iniciáticos de mesa que me enseñaron como aprender jugando y que se agotaron rápidamente.

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