jueves, 14 de agosto de 2008

mándalas e interfaces


Los ordenadores, al permitirnos "replicar" a nuestras pantallas, aportan el segundo elemento que conducirá a la exteriorización de nuestra conciencia. La réplica requiere una forma u otra de interfaz. Resulta por lo tanto comprensible que gran parte del trabajo que se ha invertido en fabricar ordenadores mejores se haya centrado en la mejora de los interfaces, haciéndolos más "amenos para el usuario".

Simultáneamente, el "interface" se ha convertido en el lugar privilegiado del procesamiento de la información, y es ahí precisamente donde la frontera entre el interior y el exterior se ha vuelto confusa.

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