Las escuelas y los profesores suelen ser muy conservadores a la hora de integrar nuevas prácticas educativas. Probablemente, en el pasado, esto no se otaba demasiado porque los cambios eran más lentos y, solo de tarde en tarde significativos. Ahora la revolución tecnológica está provocando cambios tan dramáticos que cada día se está ampliando la brecha entre las formas de enseñar y las formas de aprender. Las redes sociales se han abierto un espacio significativo importante en las prácticas de nuestro jóvenes y niños y, a través de ellas, se están relacionando, participando en conversaciones, asumiendo causas y realizando, por cierto, un aprendizaje social del que la escuela está quedando excluida. Me parece grave.
La única respuesta que están dando la mayoría de las instituciones educacionales a este tipo de inquietudes estudiantiles es bloquear el acceso a dichas páginas web, habitualmente con excusas o explicaciones tan burdas que provocan en el alumno una nueva (otra más) desmotivación y pérdida de credibilidad en las instituciones educacionales. Digo esto porque he escuchado muchos de esos argumentos que no resisten el mayor análisis y que, en la mayoría de los casos, surgen del más absoluto desconocimiento de estos sitios y ya sabemos qué ocurre cuando opinamos (u ordenamos) de respecto de aquello que ignoramos.
No obstante, lo que me inquieta verdaderamente más es que se están perdiendo posibilidades de apoyar los procesos educativos de enseñanza aprendizaje con metodologías significativas, innovadoras, entretenidas y ex-aula, lo que les da una característica especial al mantenerlas vigentes en cualquier horario o lugar, ¿Cómo no va a ser eso algo importante? Lamentablemente muy poco se está haciendo por reconocer y explorar el potencial educativo de estas redes sociales.
Como no me gusta hablar de lo que ignoro, llevo unos tres meses intentando entender cómo funciona Facebook, cuántos de mis alumnos de 6º Básico y 2º Medio del Colegio Alexander Fleming lo usan, cuántos de mis ex-alumnos lo utilizan. Qué hacen en dicha red social, cuáles son sus gustos, prácticas, actitudes y me he sorprendido con las enormes posibilidades que tiene para reencontrar gente, comentar cosas y pasar un momento entretenido.
Lo primero que visualicé como interesante son los grupos. Cree tres grupos, uno para cada curso de 2º Medio y pretendo con él ir comentando las actividades de clases, especialmente pretendo ir encontrando un espacio para la reflexión respecto de los problemas que vamos enfrentando. La inscripción al grupo quedó como obligatoria para los alumnos, no así, en esta primera etapa, los comentarios.
Claramente los grupos están cerrados y solo se accede por invitación.
Lo segundo que visualicé con potencialidades son los eventos, a través de los cuales pretendo ir refrescando la memoria de mis estudiantes respecto de actividades, lecturas, pruebas, exámenes y todo aquello que es parte de la vida escolar y que anotamos en nuestras agendas.
Lo tercero que me llamó la atención, un poco más difícil de hacer, es conseguir convertir esas encuestas chistosas que llegan en material pedagógico. Casi todo lo que hay allí es desechable, puede salvarse algo, pero un día di con la clave: crear mis propias encuestas con contenido educativo, pero tenían que ser entretenidas, simpáticas, sencillas, no diferenciarse demasiado en la forma de las que gustan a mis alumnos, pero tener una fundada razón didáctica.
Una vez tomada la decisión, fue necesario poner ojo en mis estudiantes, hasta descubrir al genio informático capaz de llevar a efecto mis ideas.
En la primera clase con 2º Medio luego de tomada la decisión, descubrí en Hiram Pérez Tamayo, un chico de unos 15 años, a la persona adecuada.
Le propuse crear encuestas divertidas con la materia de clases y quedó tan entusiasmado que cada vez que podía me preguntaba cuándo empezábamos.
En 2º Medio uno de los contenidos que me corresponde ver en Lenguaje son los tipos de mundos literarios (Mítico, legendario, Cotidiano, Fantástico, etc.), elegí ese contenido y en papel diseñé un quiz llamado ¿Qué mundo literario eres?, en menos de 40 minutos estuvo listo y result´bastante divertido.
Lo interesante es que podré poner de nuevo en la atención de mis estudiantes un contenido que ya vi hace dos meses y este “repaso virtual”, será además entretenido, divertido y novedoso ¿qué mejor?
Los colegas que lo han visto lo han encontrado estupendo y yo estoy muy entusiasmado con él. Ya superó la etapa de pruebas y este fin de semana debutará en los grupos. Por cierto contaré el resultado de dicha experiencia.
Esto no termina acá. Le pedí a Hiram que intercambiemos papeles y el próximo lunes, fuera del horario de clases, él será mi profesor y me enseñará a llevar a cabo en la red mis ideas de papel, me enseñará a “hacer” estas encuestas (se llaman quiz) y sospecho que para él será interesante hacerle clases a su profesor. Para mí, la experiencia me parece formidable y no veo por dónde pueda perder algo en ella.
Probablemente vaya encontrando más cosas a fututo y, por cierto, en poco tiempo más habrá otra novedad y no quedará más que abordarla, como lo hicimos con las listas de correo, los blogs, los wikis, y cada cosa nueva que encontramos.
Siempre y en todos los casos he salido ganando con mis alumnos, primero sorprendidos, luego motivados y siempre dispuestos a aprender. Nunca, en todo caso, he dejado de planificar una sola clase, ni de enseñar de acuerdo a métodos más tradicionales, pero siempre dejamos unas dos horas a la semana (un tercio del tiempo asignado) para trabajar digitalmente.
Es que, en mi opinión, las habilidades sociales son parte del emprendimiento educativo y creo que ños jóvenes tienen más probabilidades de haber aprendido sus habilidades de redes sociales de sus amigos o compañeros que de cualquier instrucción formal o el apoyo de los adultos. Lo que no significa que los adultos nos quedemos fuera. ¿Hasta cuándo los profesores se quedan fuera de todo lo que tiene algún significado para los niños y jóvenes?
Por supuesto que estas prácticas son una oportunidad más, otra más, para reflexionar sobre la importancia de los usos práctico, crítico y ético
que debe tener toda actividad en la red y hablar de ello es una actividad valórica transversal de particular importancia hoy en día.
Stephen Carrick-Davies, director ejecutivo de Childnet International, institución que se ha dedicado a investigar esta temática, dijo: “Es de vital importancia para todos nosotros realmente tomarnos el tiempo necesario para comprender la manera en que los estudiantes están utilizando la última tecnología, las diversas características de estos nuevos servicios y apreciar cómo estas nuevas herramientas pueden ayudar a una buena interacción social y el aprendizaje.”
Es que a medida que la tecnología se convierte cada vez más en un ingrediente clave de aprendizaje tanto intra somo ex aula, debemos ampliar nuestros conocimientos sobre la tecnología factible de ser utilizada en la escuela porque puede aportar beneficios a los padres, profesores, docentes y directivos y la comunidad escolar toda.
Soy un convencido de que debemos atrevernos y si nos equivocamos, por cierto, ello también será un aprendizaje.
Etiquetas: facebook y la educación
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