domingo, 1 de febrero de 2009


Las grandes religiones ofrecen a sus fieles relatos en los que inspirarse para modelar su carácter y tomar decisiones. Así, la antigua Grecía ofrecía los modelos de Aquiles (valiente, orgulloso, vengativo) y Ulises (cauto, escéptico, perseverante), y el judaísmo configura su identidad a partir de los protagonistas del A. T. (el sentimiento de culpa, la paciencia, Job, y una fe a prueba de bombas, Noé o Abraham). El gnosticismo y, más tarde, Giordano Bruno, intentaron ofrecer diagramas mnemónicos repletos de historias de personajes arquetípicos que permitieran al individuo armonizar la compleja multiplicidad del yo.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio