miércoles, 6 de julio de 2011

la magia “ciencia del imaginario”

Eliade, prologuista del libro, fija las tres o cuatro claves determinantes del mismo: la identificación de eros con la magia en ese período concreto, las relaciones de estas teorías iniciáticas con la psicología contemporánea, el tajo que Reforma y Contrarreforma supusieron para el progreso de esos saberes renacentistas, y, en definitiva, “la gran censura del imaginario”, que condujo al nacimiento de la ciencia y de la tecnología modernas. No cabe entender esta última tendencia -peligrosa y deplorable en sus excesos-, con la imaginación creadora de ciertos “genios de la ciencia”, como fueron Newton o Einstein.



Al igual que algunos de los temas que plantea, Eros y magia... es un festín para el que lee y, en todo momento, éste pasa, a su vez, por ese nuevo reto que supone sintonizar con las teorías del autor. En su afán de alejarse de los prejuicios racionalistas y de plantearse una nueva historia de las ciencias, Culianu escribe una obra inclasificable, en la que el sustrato culto es tan sugestivo como osado. él parte de la premisa de los errores cometidos por ese racionalismo y de la mala comprensión del concepto de magia. Para él, la magia de la que se ocupa en su libro no es sino una “ciencia del imaginario” y el que la practicó en el Renacimiento, un “psicoanalista, un profeta” que se anticipa “a muchas de las profesiones modernas”. 


Compren-deremos, por ello, la actualidad y la utilidad de sus planteamientos, que nada tienen que ver, en sus resultados, con los frutos que el puritanismo y el protestantismo han dado en los campos de la ciencia y de las tecnologías occidentales. Aboga también por un sentido progresista de sus apreciaciones frente a la utilización, cómoda, en último extremo reaccionaria, del falso progreso.

La aparente sequedad de estos temas queda superada por la imaginación y la claridad con que son abordados. También por su sentido del humor. Recordemos, al respecto, capítulos o apartados de los mismos que llevan por título: “Fantasmas en acción”, “¡Más calor habrá en el infierno!” o “La controversia en torno a la asnidad”. Van desarrollándose en esta obra los temas con inteligencia y osadía, pero no por ello dejan de estar fundamentados en todo momento. La bibliografía -que suponemos enorme- sobre el Renacimiento italiano es aquí breve y selecta, mas las notas al texto proporcionan nuevas fuentes para aquellos lectores que prefieran ahondar en los temas. 


El autor difícilmente puede poner fin a éstos y, por eso, el libro es pródigo en apéndices. Es el lector, en último extremo, el que podrá hacer uso del libro a su gusto. El autor le reconoce este derecho: “Este libro, como cualquier otro, es una siembra de fantasmas que va dirigida a un segador desconocido. él es quien decidirá su uso”. 

Etiquetas:

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio