Así que cuando escribí los libros de La Historia Secreta, esto surgió de todos esos hechos y documentos históricos que descubrí. Especialmente en los libros de una escritora inglesa, Frances Yates, que escribió sobre Giordano Bruno y el arte de la memoria. Ella describe un mundo renacentista tan extraño que era incluso más extraño que la mayoría de los otros planetas y de la ciencia ficción que yo había leído en mi vida. Quería usar ese mundo como un vehículo para mis opiniones. Y tuve la idea de que podía escribir un libro basado en el concepto de que hubo un tiempo en que nuestro mundo y nuestra gente fueron distintos. Ya sabes, que era realmente diferente y que evolucionó gradualmente hasta el mundo que conocemos.
Así que en aquel entonces la alquimia funcionaba realmente. No ahora, pero sí entonces. Y lo que hacen mis personajes es intentar descubrir en el pasado algo que podría probar que hubo algún momento en que estos procesos mágicos, y ese mundo, realmente existieron. El truco efectivo del libro –me encantan los trucos, me gusta burlar a los lectores–, la clave, no es que las cosas fueron así alguna vez y después cambiaron, y que ahora sólo son diferentes. Más aún, parece como si siempre hubieran sido así y nunca hubieran podido ser de otra manera. Entonces la magia existía, ahora no la hay y parece que nunca la hubo. ¿Pudo existir la magia alguna vez? (Risas)
Éste es el motivo por el cual realmente es un mundo perdido.
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