“la televisión reta nuestro equipamiento metal, dominante y alfabético, y lo sustituye por nuestra propia oralidad colectiva, táctil. Está violando la autonomía sacrosanta que hemos adquirido con la lectura y la escritura?.

La televisión tiene el potencial no de adormecer ni crear ciudadanos irreflexivos, sino que transforma profundamente nuestras estrategias de procesamiento de la información. Siguiendo a su mentor, para Kerckhove, lo que la televisión ofrece no son mensajes sino masajes. Sin embargo, la edad de oro de la televisión puede estar llegando a su final. Esto, debido a la adopción rápida y universal del PC y el Internet.

Para el autor tendemos a tener una concepción lineal del tiempo y el espacio debido a nuestra escritura que va de izquierda a derecha. Dado que la escritura grecorromana afecta el hemisferio occidental del cerebro, esto, según Kerckhove, demostraría que la tecnología afecta el cerebro. Tanto nuestra percepción espacial como nuestro énfasis en la racionalización serían afectados por la escritura. Lo mismo estaría pasando con el Internet. Para el autor, “cualquier tecnología que afecte significativamente nuestro lenguaje debe también afectar nuestro comportamiento en un nivel físico, emocional y mental?. Según él, escribimos hacia la derecha y usamos una visión en perspectiva del espacio porque nuestro cerebro nos lo ordena