gomas aceleradoras
Profesional ecuatoriano extendía recetas mulas con una lista de difuntos a la vista
Médico levantaba a muertos de sus tumbas para venderles anfetaminas
Un médico ecuatoriano de 32 peras, identificado sólo con las iniciales J.L.Ch.V., para no entorpecer las relaciones bilaterales con Quito, era el cerebro de una banda que inundó de anfetaminas el mercado negro de gomas aceleradoras de Ciudad Gótica.Según los farmapolis del OS-7 de Carabineros que realizaron la diligencia, el galeno, a quien mandaron a freír monos araña a Guayaquil, es decir, a la Peni, había llevado hasta tal grado su pericia para los negocios que les vendía estimulantes hasta a los finados, ya que muchas de sus recetas estaban extendidas a nombre de personas recientemente fallecidas.
"La lista de sus pacientes coincidía con las notas necrológicas que publica el diario. O era muy malo como doctor y todos los días se le morían seis o siete pacientes, o nos estaba agarrando para la palanca", dijo a La Cuarta una fuente cercana a la investigación.
El chamán trabajaba en un centro médico de la calle Estado y distribuía las cápsulas de la felicidad instantánea a través de una conocida cadena de farmacias que tiene locales en la avenida Irarrázaval y Alameda.
Según los policías químicamente puros del OS-7, el ecuatoriano venía operando con su organización desde hace dos años y alcanzó a extender unas 2 mil 700 licencias juleras, la mayoría a nombre de personas que en vez de portón tienen lápida a la entrada de su domicilio; por teléfono o usando cédulas de identidad robadas que compraba los sábados cuando iba a proveerse de verduras a la feria libre del barrio.
Junto al médico cayeron otras nueve personas cuyas edades fluctúan entre los 32 y 66 años. No son delincuentes cualquieras. Entre ellos destacan tres químico-farmacéuticos, además de padres, hijos y nietos de una misma familia. Estos últimos formaban parte del staff del brujo extranjero en calidad de "secretarios" y "promotores" de estimulantes. Todos quedaron a disposición del Quinto Juzgado del Crimen de Santiago, cuyo magistrado había dictado una orden amplia de investigar a los policías.
El jefe del departamento antidrogas, comandante Aquiles Blu, recordó que durante el año se ha detenido a 135 personas y decomisado 6 mil dosis de fármacos regulados por la Ley 19.366.
Médico levantaba a muertos de sus tumbas para venderles anfetaminas
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"La lista de sus pacientes coincidía con las notas necrológicas que publica el diario. O era muy malo como doctor y todos los días se le morían seis o siete pacientes, o nos estaba agarrando para la palanca", dijo a La Cuarta una fuente cercana a la investigación.
El chamán trabajaba en un centro médico de la calle Estado y distribuía las cápsulas de la felicidad instantánea a través de una conocida cadena de farmacias que tiene locales en la avenida Irarrázaval y Alameda.
Según los policías químicamente puros del OS-7, el ecuatoriano venía operando con su organización desde hace dos años y alcanzó a extender unas 2 mil 700 licencias juleras, la mayoría a nombre de personas que en vez de portón tienen lápida a la entrada de su domicilio; por teléfono o usando cédulas de identidad robadas que compraba los sábados cuando iba a proveerse de verduras a la feria libre del barrio.
Junto al médico cayeron otras nueve personas cuyas edades fluctúan entre los 32 y 66 años. No son delincuentes cualquieras. Entre ellos destacan tres químico-farmacéuticos, además de padres, hijos y nietos de una misma familia. Estos últimos formaban parte del staff del brujo extranjero en calidad de "secretarios" y "promotores" de estimulantes. Todos quedaron a disposición del Quinto Juzgado del Crimen de Santiago, cuyo magistrado había dictado una orden amplia de investigar a los policías.
El jefe del departamento antidrogas, comandante Aquiles Blu, recordó que durante el año se ha detenido a 135 personas y decomisado 6 mil dosis de fármacos regulados por la Ley 19.366.
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