La Señal
Bajo un título tan ambiguo podrían agruparse muchas obras. Sin embargo, el título del que voy a hablar hoy aquí es de la novela “La Señal”, que sus autores me hicieron llegar hace unos meses. Prometí en su momento escribir una crítica de la misma, pero quería esperar, evidentemente, a haberla leído.
“La Señal” nos relata una historia en el más puro estilo conspiranoico que tanto hemos explotado en otros artículos de esta web. El germen de la historia es un misterioso proyecto real surgido en los Estados Unidos, en la Universidad de Princeton, llamado “Proyecto Conciencia Global”.
Dicho proyecto pretende establecer una relación entre el inconsciente colectivo y la realidad, estudiando la interacción humana con los instrumentos mecánicos y físicos. Y lo cierto es que efectivamente el sistema ha sufrido serias alteraciones ante hechos como los atentados del 11-S o el Tsunami de Indonesia, lo cual resulta, cuando menos turbador.
En la obra, este proyecto universitario se lleva un paso más allá y se muestra como una realidad tangible. Una enorme cantidad de sistemas informáticos, dedicados a generar números aleatorios, cuya secuencia se altera de forma evidente cuando está a punto de suceder un hecho trascendental para la humanidad. Cuando esto ocurre, se refieren a ello como una Señal.
En el libro, los encargados de gestionar esta red informática pertenecen a una división secreta del FBI conocida como el proyecto Lákesis. La acción comienza cuando una nueva señal aparece, con una intensidad mucho mayor a cualquiera de las detectadas hasta la fecha. El sistema de Lákesis ha sido perfeccionado para ayudar a encuadrar el origen de estas señales e intentar prevenir los hechos antes de que sucedan. El problema es que los agentes de Lákesis saben cuándo y dónde va a ocurrir algo, pero no saben el qué.
La gigantesca señal apunta a un pequeño pueblo, Browntown, cerca de la frontera de los Estados Unidos con Canadá, en el que algo enorme está a punto de suceder trece minutos después de la medianoche del 31 de diciembre. La agente Maia Kensington será la encargada de dirigirse allí para descubrir qué es exactamente lo que va a ocurrir e intentar prevenirlo. El problema es que solo cuenta con 26 horas y 46 minutos para conseguirlo.
En esta línea argumental, la anticipación de hechos futuros que ciertos agentes deben interpretar y prevenir, podemos encontrar una clara inspiración de obras famosas de la ciencia ficción como “The Minority Report”, del prolífico Philip K. Dick. Solo que aquí, en lugar de mutantes con capacidades precognitivas, tenemos a una serie de ordenadores como improvisados futurólogos.
Las premisas iniciales, por tanto, son interesantes. En cuanto al desarrollo y resolución de la obra, al estar ambientada en los Estados Unidos, los autores parecen haber querido salpicarla de tópicos. No faltarán los veteranos de Vietnam traumatizados por hechos de su pasado, el profesor universitario chantajeado por el gobierno para que finalice un proyecto para ellos, la telaraña de redes de inteligencia, los informes desclasificados y las alusiones a experimentos realizados en secreto por el gobierno con la población civil.
No obstante, la obra demuestra entre líneas la existencia de un trabajo de documentación detrás en el que, si habría que criticar algo, es la no inclusión de algún que otro pie de página que nos permita ampliar la información proporcionada. Porque al fin y al cabo, apetece bucear un poco más en esta red de secretos escondidos.
Pero para compensar esto último, y al más puro estilo cross-media, la obra cuenta con su propia página web promocional ligada a dicho proyecto, llamada asimismo “Proyecto Conciencia Global”, en la que podemos completar la historia leída en las páginas de la obra, descargar una aplicación para recibir la misteriosa señal en nuestro ordenador. Un esfuerzo de marketing notable para promocionar la novela e incluso acceder a zonas restringidas (probad a pulsar las teclas L y S de vuestro teclado dentro de dicha web).
Volviendo al tono conspiranoico… ¿Es esto un problema? No, siempre que entremos en el juego y nos dejemos llevar por la historia. Y para una fanático de la conspiranoia como yo mismo esto resulta toda una delicia. La historia, aunque a nivel literario podría criticarse en cuanto a su redacción o profundidad de los personajes, es lo bastante ágil como para mantener nuestra atención en todo momento sin grandes bajones de ritmo y con la constante búsqueda de la verdad en la que el lector se ve irremediablemente implicado, lo cual ya de por sí es una cualidad importante.
Los autores, Ángel Gutiérrez y David Zurdo, son escritores con formación científica que cuentan ya con un par de libros a sus espaldas. Están especializados en los misterios históricos y los fenómenos paranormales, lo que marca claramente el tono ficticio-pero-que-podría-ser-real de sus obras, y les ha llevado a colaborar con publicaciones como la revista “Más allá”, representación de la pasión por lo paranormal en estado puro.
En definitiva, si os gustan las novelas de intriga, la conspiranoia sobre extraños proyectos secretos gubernamentales y los pequeños toques de ciencia ficción (nunca tan grandes como para hacer inverosímil el relato) dadle una oportunidad a la historia que nos proponen estos dos autores españoles.
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