miércoles, 20 de julio de 2011


FILOSOFÍA

Giordano Bruno, cuatrocientos años después

Por Marcos Valenzuela
He aquí aquel que excedió los límites del aire, penetró en el cielo, recorrió las estrellas, traspasó los confines del mundo
El 17 de Febrero de dos mil diez se cumplen cuatrocientos diez años del fin de una vida llena de peregrinajes, huidas y búsquedas, de una filosofía llena de sabiduría, alejada de un discurso teórico, y considerada como forma de vida hasta sus últimas consecuencias: la hoguera de aquella, suponemos fría, mañana de invierno en Campo dei Fiori, en Roma.
Giordano Bruno, filósofo italiano, nació en el año 1548 en Nola, pequeño pueblo no lejos del Vesubio.  “Rebelde, pendenciero, valiente, obstinado, imprudente, viajero incansable, erudito, inteligencia superior, pensador audaz pero contradictorio, científico precursor, mártir de la libertad y la verdad” como lo define  Cristián Gazmuri (1), es el inicio de la larga serie de adjetivos que podrían intentar descifrar lo extraordinario de su periplo vital y filosófico. O, según sus propias palabras: “He aquí aquel que excedió los límites del aire, penetró en el cielo, recorrió las estrellas, traspasó los confines del mundo, tras haber desvanecido la fantástica muralla de las primeras esferas, de las octavas, las novenas, las décimas y [aún] otras que habrían podido añadir  vanos  matemáticos y la ciega visión de los filósofos vulgares (…) “. (2)
Nuestra tarea en este artículo será la de ofrecer una guía de acceso a su obra y a los estudios, novelas y demás expresiones artísticas en las que Giordano Bruno y su filosofía hayan sido eje angular. Obviamente, en Internet aparecen numerosas páginas que hacen especial mención a los aspectos más característicos de su biografía, anécdotas de sus viajes, novelados e incluso llevados a la pantalla de cine. Pero dejaremos que la utilización de la red sea en esta ocasión la que nos ponga en contacto con sus escritos originales, ya que existen diversas páginas que enlazan con lo que se ha podido rescatar. De hecho, todas las obras de Giordano Bruno fueron catalogadas en el Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum.
Algunas de las páginas en las que podemos encontrar las obras de Giordano Bruno son:http://www.giordanobruno.info/nolano/opere.htm, con artículos muy interesantes y http://www.clavismagna.info/ promocionada por un experto en Giordano Bruno como Guido del Giudice; estas dos en idioma italiano, país donde los estudios en torno a su obra están muy desarrollos. También la web del Instituto Warburg, pionero en los estudios dedicados al Arte de la Memoria, nos ofrece su “ópera”:http://warburg.sas.ac.uk/mnemosyne/Bruno/bruniana.html, y  una gran cantidad de artículos dedicados a Giordano.  En lengua castellana falta una edición de su obra completa, y sólo el esfuerzo aislado de editoriales e investigadores como Ignacio Gómez de Liaño o Miguel Ángel Granada, entre otros, han puesto al alcance del público en castellano parte de la obra de Bruno.
Con este inmenso material se nos multiplica la idea de que este filósofo asombra tanto por su intensa vida como por lo elevado de su obra. Podríamos seguir el hilo dorado de las investigaciones de Giordano Bruno, en primer lugar, en el desarrollo de la nueva cosmología copernicana de una tierra en movimiento en la dirección de un universo infinito y homogéneo en el que cada estrella es centro de un sistema planetario donde la vida y el movimiento están presentes por doquier. A continuación, en la crítica del sectarismo religioso y de la pedantería intelectual, donde realiza una redefinición filosófica del lugar social de la religión cristiana. Otra desarrollo de su obra se encuentra en la dimensión teológica y antropológica del universo infinito y homogéneo, que, por su carácter de expresión necesaria de la causa divina, permite al intelecto heroico que lo conoce en su verdadera estructura la única unión posible con la divinidad y la perfección del hombre que constituyen en realidad el verdadero Paraíso y reino de Dios. Y finalmente, podríamos encontrar la práctica definitiva de toda su exposición teórica en las obras dedicadas al Arte de la Memoria.
“El arte de la memoria está en el mismísimo centro de la vida y muerte de Bruno”.
Frances A. Yates
La práctica del Arte de la Memoria
Es curioso observar que precisamente la parte práctica de todo el desarrollo intelectual y filosófico de Bruno haya sido la menos estudiada o correctamente explicada. Las Ars memoriae representan para él un medio para ir más allá de lo humano en la búsqueda de lo verdadero e inaprensible, para establecer vínculos, para llegar a una intuición universal de la naturaleza de las cosas.
Aquellas imágenes que cada uno de nosotros formamos automáticamente, vivificadas con la emoción, se conectan automáticamente con la esfera de las ideas, las cuales no son sino una sombra, umbra profunda, pero que finalmente, como una llama, mutan y asumen el control de la materia y la forma. Astros, números, figuras, devuelven toda la fuerza elemental de la naturaleza, operando en una materia que tiene la misma dignidad que el espíritu.
Bruno entiende todo esto, e intenta exprimirlo utilizando con desenvoltura, en todas las artes, todos los instrumentos que su tiempo le ofrece: la magia natural, la astrología, la matemática y, cómo no, el arte de la memoria. Pero no se contenta con los métodos artificiales llulianos o de otros mnemonistas que le precedieron, los elabora, experimenta, transforma.  El uso de la imaginación tiene para él un significado que va más allá de la simple correlación mnemónica. Desde la constitución de su “obra mnemotécnica” esto le acompañará en todo su pensamiento sucesivo.  Desde la alegoría de la Expulsión de la Bestia Triunfante a los emblemas del Furores Heroicos, como a los conceptos-estatuas del impresionante Lampas triginta statuarum, la asociación de palabra-imagen se transforma de simple técnica de la memoria en mecanismo de pensamiento, que consiste en elaborar y confrontar conceptos para llegar a nuevas verdades.
La meta de Bruno era fundar en la psique, mediante la organización de estas imágenes significativas, el retorno del intelecto a la unidad, porque el hombre es el “gran milagro”, su mente es divina. Entonces, la divina organización del Universo está dentro de ella, y un arte que reproduzca en la memoria esa organización divina se hará también de los poderes del Cosmos, que están en el propio hombre. ¿Cómo? Con la imaginación, “el vehículo del alma y del entendimiento, el vehículo de la luz y de la vida”. A diferencia de las artes de la memoria desarrolladas en la Edad Media, en el Renacimiento, según Yates, es la imaginación la que se convierte en “la más elevada potencia del ser humano para aprehender el mundo ininteligible a través de la captación de imágenes significativas”.
Arte de la Memoria y refundación de la filosofía
Ignacio Gómez de Liaño es, junto con Frances Yates, posiblemente quien más ha profundizado en las Artes de la Memoria con sus investigaciones histórico-filosóficas, que atraviesan todas las disciplinas comúnmente llamadas humanas: la psicología, la antropología, la sociología, la política, la estética, el arte, la ciencia.
Observa cómo este método ha servido durante siglos para enseñar doctrinas religiosas y filosóficas, para enseñar a acondicionar la psique no sólo mediante el conocimiento del mundo y de las diferentes doctrinas, sino también ayudando al conocimiento de uno mismo, y en este sentido no sólo desarrollando y estudiando las facultades cognitivas al modo de las Críticas kantianas, sino y sobre todo, de la relación entre el conocimiento objetivo (de los objetos del mundo) y el conocimiento de lo afectivo (estados y movimientos del alma) y su implicaciones prácticas.
Este método entiende que la construcción de la persona no sólo implica el desarrollo del conocimiento en su vertiente lógica-científica, sino que necesita de la misma manera aprender cómo son y cómo se nos dan los afectos, las emociones, la voluntad, las necesidades. Para desarrollar esta vertiente de lo humano y conjugarla con la del conocimiento objetivo, propone el desarrollo de la mnemónica, que no es un arte en el sentido de una técnica mecánica sino en el de lo artístico, y en concreto, de la música, y de ahí su “concepción musical de la persona”. La exposición sistemática de la filosofía teorética y práctica que había construido a lo largo de sus múltiples investigaciones y vivencias supuso la publicación de Iluminaciones filosóficas y de un resumen a modo de notas tituladoSobre el fundamento, y Breviario de filosofía práctica.
La técnica del Arte de la Memoria del De Umbris Idearum
Hoy en día, a más de cuatro siglos de distancia, Fabio Ferruci,  junto con Gianni Golfera, (3) nos propone una revisión del De umbris. Se trata de un esfuerzo revitalizante de un texto complicado para su aplicación práctica. El efecto resultante es la iluminación de los pasajes más esotéricos y aparentemente incomprensibles del texto bruniano y el sugestivo y vasto horizonte práctico que nos enseña. Partiendo de los análisis de las fuentes, recorre el camino junto al Nolano, aclara las técnicas utilizadas, demostrando cómo el arte de la memoria no es un instrumento obsoleto, y sí un sistema totalmente actual y fecundo en su aplicación, que, con la sorprendente capacidad de Golfera, restituye su utilidad práctica que el tiempo le había robado. Sus comentarios tienen un rasgo particular, ya que se advierte el entusiasmo de este sistema por aquel que lo utiliza cotidianamente. Hoy en día, medios como los ordenadores pueden evidenciar lo obsoleto de esta técnica, si ésta no respondiera a algo más importante y sustancial. Se quita el velo del arte, que va más allá de la simple habilidad mnemónica, llegando a establecer contactos y vínculos con la naturaleza y lo absoluto.
Las investigaciones realizadas por Golfera constituyen un precioso instrumento de introducción indispensable para quien quiera aprender y utilizar el método con la plena conciencia de tener unas bases teóricas e históricas, y además de todo reconocimiento en este campo, al genio extraordinario de Giordano Bruno, que restituye, iluminando la praxis, el sentido verdadero de la extraordinaria herencia del Nolano.
Notas
(1)    “Giordano Bruno, su época y la nuestra”. Cristián Gazmuri http://www.hist.puc.cl/cinfo/Articulos/gazmuri15.htm
(2)  Giordano Bruno. Mundo, Magia, Memoria. Biblioteca Nueva, 1997. Madrid. Edición de Ignacio Gómez de Liaño
(3)  L´arte della memoria di Giordano Bruno. Anima Edizioni. Milano, 2005.  Fabio Ferrucci

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