GIORDANO, POETA
La poesía emana de los furores del héroe (Eros-amor) como lo hace el perfume de una flor. La poesía no nace de las reglas, sino que son las reglas las que derivan de la poesía. Así, hay tantos modos o géneros de poesía como poetas. A los poetas se les conoce, no por la estructura formal de sus rimas, sino por los hilos invisibles del alma que la naturaleza pulsa con sus versos.
El poeta es el eterno enamorado que halla en los reflejos de lo fugaz las huellas de lo divino. Este amor por el dios que lleva dentro (Venus Urania) “infunde un ardor heroico en el alma, haciendo que quiera emular las virtudes y grandeza por el deseo que tiene de agradar y de ser digno de la cosa amada”.
Pero el amor que da alas al amante es infinito, y por lo tanto inalcanzable, y la felicidad sin límites viene de la búsqueda de lo inalcanzable: “no es necesario que nuestro intelecto pueda comprenderlo, basta que en el estado en que se halla (el amante) le sea presente la divina belleza extendiéndose por todo el horizonte de su visión”.
La hermosura corporal no puede ser causa de un amor duradero y constante; ni siquiera la del alma, pues el alma no es hermosa por si misma, ya que algunos sabios, hermosos y amables, en tanto que otros son estúpidos odiosos y feos. “Es necesario pues, elevarse a aquel intelecto que por sí mismo es bello, y que por si mismo es bueno. Este es aquel capitán único y supremo, que, sólo, puesto ante los ojos de los pensamientos militantes, los ilustra, enardece, fortalece y les asegura la victoria por el desprecio de toda la hermosura y el rechazo de no importar que otro bien. Esta es, pues, la presencia que hace superar toda dificultad y vencer toda violencia”.
La muerte que anhela el amante es la que procede del gozo supremo, la muerte del beso, la vida eterna fluyendo en las cárceles del tiempo. Esta muerte (que es vida para el héroe) es la retención de la Rueda de la Fortuna, cuando nada odia, nada teme, nada espera, “el cumplimiento de la perfección y acto que aguarda el rocío divino”.
GIORDANO, EL MAGO
Como ocurría con la poesía para Giordano hay tantas definiciones de magia como magos. Extraemos los siguientes conceptos generales:
El mago, que es equivalente al sabio.
La magia, llamada comúnmente “natural”, que señala al mago hacedor de maravillas mediante la aplicación de “activos” y “pasivos”, tal como en la Alquimia y en la Medicina.
La magia fantasmagórica o de las apariciones o de las apariciones, en la que el mago promueve la aparición de obras de una naturaleza o inteligencia superiores a las conocidas.
La magia natural propiamente dicha, que trata de obras que no sólo abarcan transformaciones externas, sino el espíritu interior que existe en todas las cosas.
La magia matemática o filosófica oculta, que es el intermedio entre la natural antes citada y la extranatural; utiliza palabras, figuras, sellos, caracteres o letras.
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