sábado, 7 de marzo de 2009


Un Maestro de precio Prohibitivo.

A mi modesto entender, una de las personas ha hecho, un aporte significativo al estudio de las funciones y el entrenamiento cognitivo, vivió en Suecia, y adelantado a su época no recibió en vida el reconocimiento que mereció.

Cuando yo vivía en Suecia y, sentía que mis técnicas terapeuticas eran limitadas, sobre todo cuando alguien con los ojos vidriosos me decía que, además de los síntomas TDAH, le dolía envejecer, o una mujer me decía que sus síntomas habían aumentado y que no podía soportar la infidelidad de su marido, me sedujo el título de un taller: Entrenamiento y Funciones Ejecutivas, impartidos por un tal Sten. Era carísimo. Y mi avidez por novedades terpéuticas era voraz. Me endeudé y me inscribí.

Antes de entrar a la habitación en que se impartiría el taller (que tuve que pagar al contado 4 semana antes), nos introdujimos en una muy oscura sala, un lúgubre bunker en la que se intuía la silueta de un hombre viejo sentado en una silla, todo el lugar irradiaba una austeridad que rozaba la pobreza, y con lo que costaba el curso ya me sentí estafado, y ya estaba pensando la forma de hacer que me devolvieran el dinero (había dejado de ir al gimnasio, y había pedido un préstamo al banco, para poder pagarlo).

Sten, comenzó con una perogrullada: Hay que aprender, si se tienen dificultades con las funciones ejecutivas, a anticipar las reacciones y pensamientos de los demás y actuar en consecuencia, y luego como cambiando de tema dijo: este lugar tan oscuro me recuerda una curiosa reunión con un brujo chaman a la que fui invitado por un amigo empresario dedicado al turismo étnico y que me debía dinero, recuerdo que en esa reunión ritual, estaba casi tan oscuro como aquí (sólo en ese momento explicó que se ha cortado la luz hace unas horas y no vuelve hasta mañana) y el brujo invito a uno de nosotros a acercarse junto a él , pero nadie subió, más el brujo dio la mano al aire y comenzó a hablar con un hombre inexistente, de pronto, entre la penumbra todos comenzamos a ver claramente a un hombre junto al chamán, e incluso escuchar las cosas profundas que le decía, de pronto (habíamos perdido casi la noción del tiempo) el chamán dijo: amigo… ¡desaparece!, y el hombre fantasma, se borro de nuestras vistas.

Cuando terminó la reunión, y así como Anthony Blake remata sus espectáculos diciendo que todo es producto de tu imaginación, El Brujo nos dijo: los chamanes son los únicos que hacen desaparecer lo que nunca existió, y luego dijo que sabía que algunos habíamos entrado con cámaras, y nos quitó los rollos de película que llevábamos, Mi amigo dijo que todo el espectáculo que habíamos visto lo dirigía él y pensaba protegerlo con leyes de propiedad intelectual.

Fue bastante intrigante el final de aquel montado ritual, aunque a nadie se le hubiera ocurrido que nos devolvieran el dinero que habíamos pagado por vislumbrar las esferas, no nos sentíamos estafados. Gracias a la oscuridad de la cueva, se abrieron las puertas a emociones nuevas y misteriosas. (y en ese momento creí ver claramente desde la semi oscuridad, aparecer los ojos de Sten, que se clavaron en mí, como diciendo: sé que estabas pensando que te devolvieran el dinero).

Y Sten continuó: Cuando le pregunté a mi amigo (organizaba estas sui generis reuniones místicas) por el chamán, me dijo que era un tipo de ciudad, que antes vendía suscripciones, y que era muy bueno con la chepica alemana, ya que no quedan verdaderos chamanes o son muy borrachos. De hecho el antiguo Chaman era de verdad, pero se enfermó, y funciona mejor éste, siempre es incómodo botar a alguien.

Cómo sea, Sten, al igual que el chamán, tampoco dejaba grabar sus clases y seminarios, y los albaceas que ahora cuidan su legado, son muy cuidadosos para autorizar a otros a exponer sus ideas.

Sten fue uno de los primeros expertos en técnicas de entrenamiento mental. No se equivocó sten, durante aquel caro seminario en las penumbras hizo que se me despertaran sentidos olvidados y ahora casi sin esfuerzo recuerdo todo lo que viví , los trucos de cartas sin cartas que realizaba, sus anécdotas tragicómicas, sus ejercicios en que debíamos dar múltiples significados a una situación, sus mini recetas para organizarse, y sus paranoias metafísico humorísticas. Aquel taller casi se ha implantado en mi cerebro, y cada vez que lo recuerdo descubrió cosas nuevas. Y agradezco la confianza que me dio en vida y en público, para reproducir algunas de sus ideas. Lo más sorprendente era que las únicas tecnologías en que se apoyaba eran sus historias, descripciones y nuestra imaginación. De hecho describía imágenes en el aire, y narraba hasta la música.

Cuando salí de ese taller, rápidamente olvidé los momentos más impresionantes, yo estaba acostumbrado a una solemnidad científica ortodoxa, y en el taller de Sten me pareció, cabe decir, sólo una vez fuera de la sala oscura, que había mucho bla bla.

Tratando de hacer un resumen que contar a los amigos recordé que dijo por ejemplo, cosas que me parecían muy simples, como que para entrenar la imaginación, evocaramos en la noche la película de lo que hicimos durante el día, o reconocer las monedas con el tacto, y con un tono especial y un gesto con la mano, dijo como en broma: o repetir en la pantalla de vuestra imaginación, todo este taller, para sacarle rendimiento a su dinero.

Varias semanas después no se que paso, que se me vino esta escena a la mente. Creo que automáticamente implanto lo que en PNL llaman comandos ocultos. Cuando pensaba en todo el dinero gastado y que parecía que en nada nada, se me venía casi imperceptiblemente la imagen de Sten invitándome a hacer rendir el dinero, o eso creo yo.

Debía reproducir el taller en mi imaginación.

Los garabatos que escribí en mi cuaderno en la semi oscuridad, me han ayudado a recordar algunos detalles de lo que pasó. Gran parte de lo que escribí era ilegible, pero con el tiempo he llegué a descifrar bastante. Desglosé el taller en temas numerados, y pude ponerme en contacto con lo sucedido ahí. Para lograrlo tengo que poder entrar en especie de ensueño y de pronto es como si volviera a ser un alumno en el taller de Sten, todo dentro de la sala de proyección de mi cráneo. Fui a consultar a un hipnotizador, y escuchando la grabación de la sesión he reconstruido nítidamente las escenas que tendían a evaporase. Parece que la teoría de las imágenes de Sten tenía razón, de lo que nos ocurre nada se pierde, y después de mucho entrenamiento, realice lo que puedo llamar verdadera magia mental y fue la vez que repetí todo el taller en mi cabeza, y todo por un décimo de lo que costó el taller original.

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