El pasado 22 de marzo de 2018, un mes después de publicar la entrada acerca de los cursos Genius, recibí correo electrónico de un entrenador senior de Genius 21, en el que me comunicaba su sorpresa indicándome que lo que describía en el articulo no se correspondía con su experiencia, añadiendo que no obstante iniciaría “investigaciones” al respecto con la finalidad de verificar la información, así como de intervenir “ante posibles errores”. Aunque, paradójicamente, en la carta que había enviado a todos los colaboradores justo seis días antes de escribirme ese mail, este responsable de los cursos Genius afirmaba que ya “[había] empezado un proceso de revisión organizativa completa de nuestra empresa, con el fin de que en el futuro la relación entre nuestros clientes y colaboradores se establezca sobre bases diferentes”. Dicho de otro modo, que si bien por un lado me comunicaba que dudaba de lo que yo describía, al mismo tiempo reconocía haber empezado un proceso de reforma interno.
Desde entonces, Genius encargó un informe sobre la entidad comercializadora del curso a un periodista, empezaron a cambiar algunas cuestiones vinculadas a la retribución económica de ciertos colaboradores (hasta ese momento, inexistentes), se constituyó un “Comité de Ética” e incluso un “Comité Científico”. Aunque luego entraremos en mayor detalle, varias cuestiones de inicio: el firmante del informe privado sobre Genius es un periodista y si bien se presenta como Doctor en Psicología, conviene aclarar que no es psicólogo. En cuanto al Comité de Ética y el Científico de Genius 21: la verdad, nunca conocí un Comité Ético o Científico formado exclusivamente por una única persona. Eso sí que es llamativo. Pero suena bien, suena a que estamos hablando de una organización educativa o científica y a que el firmante del informe es un Doctor. Además, y si Genius no tiene nada que ver con la Psicología ni con la Psicoterapia, según ellos mismos no cesan de repetir, ¿para qué nombrar entonces a una psicóloga con formación en psicoterapia para el Comité Ético de Genius 21? .
De hecho, en su página web, y tomando expresiones textuales del informe completo del periodista encargado de sostener las buenas prácticas de Genius 21, se refieren a ser “víctimas de algunos ataques […] campañas de desinformación y verdadera denigración […] fake news […] de personas convencidas de que el aprendizaje y el sistema educativo no debería cambiar”. Particularmente, no se entiende a qué ataques deben referirse, pero conviene no perder de vista que estamos hablando de formadores que ni son educadores ni mucho menos profesores, aunque ellos mismos se refieran en ocasiones a que pagan a sus profesores; ya que si fueran profesores, entonces sí que serían esperables las propuestas para modificar aquellos aspectos del sistema educativo que no fueran adecuados, pertinentes o suficientemente efectivos.
El discurso de Genius continúa asegurando “haber sufrido daño de algunos grupos anti-sectas, en su búsqueda obsesiva por la primicia y la persecución en denunciar a toda costa fenómenos sectarios a menudo inexistentes bajo la premisa de que “todo es secta”. Es llamativo esta forma de presentar el problema -insisto en que deriva textualmente del informe del susodicho periodista-, y por alusiones, entiendo que deben referirse a mi persona, lo cual es doblemente interesante: primero, porque en reiteradas ocasiones he subrayado que mi tarea es pro-persona y no anti-sectas, pero sobre todo, porque se sugiere que he descrito a Genius 21 como una secta. Quizá sería importante que el periodista se hubiera fijado en los descriptores del artículo que escribí, en donde no sólo figuraba la etiqueta Genius 21, sino también la categoría de seminarios transformacionales en grupo grande. Después hablaremos de este punto.
La empresa de Your Trainers Group | Formación y Marketing, que opera también bajo el nombre de Genius 21, se presenta a si misma “como un curso de memoria sin igual […] un método de aprendizaje que todo el mundo debería conocer  […] es el curso que transforma tu cerebro de un Seat Panda a un Ferrari”. En definitiva, el curso de Genius 21 es más que un simple curso de memoria: “es el curso de memoria que cambia la vida de las personas”. Es un curso que busca transformar la personalidad. Y su publicidad,  cuanto menos, promete una transformación completa de la persona a la que se supone mediocre (Seat Panda) para llevarla a la excelencia (Ferrari). Pero al parecer este proceso de transformación no tiene nada que ver ni con el ámbito de la Educación ni tampoco con el de la Psicología; ciertamente, cabe añadir que tal afirmación (del Panda al Ferrari) seguramente no, si bien los procesos que se ponen en marcha si que tienen que ver con el cambio de la personalidad de los participantes.
Dice el mencionado informe que “en ningún caso puede inferirse que el curso Genius sea una especie de varita mágica que lleve a ser un genio”, si bien la misma organización sostiene vehemente que “todos somos genios, simplemente hay que entrenar el cerebro”. Porque de acuerdo con ellos mismos, “Your Trainers Group lo forma un equipo de profesionales cualificados que facilitan oportunidades genuinas para experimentar el crecimiento personal. Se basan en 40 años de experiencia combinada e investigación del terreno, para desarrollar un curso de memoria que asegura ofrecer las herramientas que necesitas para ser feliz y alcanzar la paz mental”. Con respecto a que lleven cuarenta años de experiencia, es una afirmación un tanto chocante, ya que Luca Lorenzoni lanzó el proyecto de Your Trainers Group el pasado 2008; aunque también indicaron el año pasado que en los últimos cinco años habían atendido a unos 400.000 chavales. Desde luego, con una muestra tan numerosa, deberíamos tener ya unos resultados publicados de alto impacto siguiendo su publicidad. Y en cuanto a lo de alcanzar la paz mental … eso mejor lo dejamos para otro momento.
De su historia, y según refiere el mismo Lorenzoni en diversos lugares, sabemos que a sus 19 años (edad en la que flirteaba con grupos radicales vinculados al fútbol)  asistió a un curso sobre memoria a través de una publicidad callejera y desde ese momento “mi vida cambió definitivamente”, arrancando ahí su colaboración con la empresa que le reclutó a ese curso de memoria. Su historia de vida se ofrece como modelo de éxito a emular y los cursos de Genius son los que permitirán materializar todos los sueños. Aunque también su historia tiene variaciones interesantes, ya en algunos lugares sostiene que tuvo conocimiento de esos cursos por una publicidad callejera que le dio alguien por la calle, mientras que en otros lugares se refiere a que fue un amigo quien le animó a asistir a un curso de memoria. Llamativamente, otros estrechos colaboradores también describen trayectorias de vida que desembocan en el “descubrimiento transformador” de Genius.
En cualquiera de los casos, el curso al que asistió Lorenzoni es sin duda el curso de memoria y aprendizaje rápido de la empresa High Consulting, liderada por Mauricio Possenti. En este video, puede verse al mismo Lorenzoni ayudando a una persona a dejarse caer en el escenario, a la vez que un poco más tarde habla de la experiencia vivida con la Academia Life e incluso podemos ver a Massimo De Donno entre el público. Después de su paso por la empresa de crecimiento personal Life, Lorenzoni lanza su propio modelo de negocio a través de Your Trainers Group, cuyo funcionamiento es idéntico al que se observa en Life (véase por ejemplo el siguiente vídeo y compárese con el de Life, a ver si encuentran las diferencias con el de Your Trainers).
Your Trainers Group | Genius 21 utiliza una metodología que va más allá de las técnicas de memoria, aunque copiada íntegramente de los cursos Life, cuyas prácticas beben de Anthony Robbins y otros gurús del crecimiento personal de corte new age. Pero Genius sostiene que no tienen nada que ver con la Psicología, que no utilizan PNL (aunque en el perfil de Linkdin indique que se ha formado en PNL), que no se trata de una psicoterapia, que no implica práctica psicológica o psicoanalítica alguna o que inclusive disponen de un psicólogo en caso de necesidad, “para que reciban asistencia del más alto nivel”. Nuevamente, ¿para qué es necesario un psicólogo si estos cursos de memoria y aprendizaje no tienen nada que ver con la Psicología?. Francamente, su mensaje -lejos de ser claro y diáfano como el informe del mentado periodista sostiene- incide en áreas que sin duda van más allá de los meros recursos mnemotécnicos. Véase, por ejemplo, la siguiente afirmación: “en One podrá trabajar cuidadosamente en sus relaciones, aclarar sus metas y sueños, aprender a establecer relaciones que sean profundas, satisfactorias y basadas en el amor”.
De hecho, en sus demostraciones iniciales en Milán, donde se encuentra la sede central de la escuela Your Trainers Group, mencionan a renombrados profesionales como al psicólogo Giorgio Nardone o el psiquiatra italiano Alessandro Bartoletti como “miembros del Comité Científico para validar el curso de Genius”. Inclusive, sus propios instructores, según puede verse en el reportaje televisivo del canal suizo que expuso el tema de Genius,  sostuvieron que de hecho estos dos renombrados profesionales “examinaron el Curso y se avergonzaron de no poder ser ellos mismos quienes certificaran, reconociendo que las habilidades que se enseñan en Genius son muy elevadas”. Sin embargo, en el programa de televisión resultó evidente que tal afirmación no era cierta. Nardone indicaba, rotundamente, no haber participado nunca en tal Comité Científico ni tener en mente participar del mismo: “es sencillamente ridículo”, dijo. En su defensa, el mismo representante del grupo en Italia sostuvo que en realidad son referentes para Genius y que ellos tan sólo aplican sus enseñanzas de aprendizaje estratégico.
Sorpresivamente, el informe del periodista contratado por Genius afirma rotundamente que “los formadores del curso Genius deben pasar por un ciclo de formación de al menos dos años y tienen la obligación de obtener una certificación de competencia universitaria que declara su capacidad de experto en aprendizaje estratégico…que se acredita a través de la Università Popolare degli Studi di Milano”. Con esta explicación, el consumidor se puede quedar con la impresión de que estamos hablando de profesionales que deben formarse cuidadosamente, obteniendo una certificación universitaria. Nada más lejos de la realidad. Para que el lector se sitúe: las universidades populares, al menos en Italia, son por lo general asociaciones privadas que ocasionalmente pueden llegar a tener alguna relación con las universidades estatales para la emisión de créditos de capacitación; pero tan solo las universidades estatales pueden otorgar calificaciones académicas. Las universidades populares se dirigen principalmente a la población adulta, a la franja de personas jubiladas. Pero las universidades populares, a diferencia de las universidades estatales no pueden emitir títulos académicos, ni sus certificados tienen valor legal alguno.
Pero es que además resulta que la propia Universidad Popular de Estudios de Milán fue denunciada por expedir falsos títulos universitarios. Y no sólo eso, sino que la misma Universidad Popular de Milán fue condenada específicamente por falsa publicidad, siendo conocida en la actualidad como “la Universidad de la publicidad engañosa”. Por tanto, esa formación de dos años de los formadores de Genius es más que dudosa, si es que se toma como argumento que está encuadrada dentro de esa Universidad Popular de Milán.
Significativamente, cuando se emitió el reportaje en la televisión suiza acerca de Genius 21 el pasado mes de mayo de 2018, justo en ese momento se creó el Comité Científico de Genius 21, conformado por una única persona, una psiquiatra italiana. Nuevamente, si Genius 21 no tiene nada que ver con lo psicológico, ¿para que incluir una psiquiatra en un Comité Científico (unipersonal)?. Esta forma de funcionar es exactamente la misma que han aplicado en España, donde a raíz de mi publicación acerca de Genius se constituye un supuesto Comité Científico y más tarde un Comité Ético constituido tan sólo por una única persona (a la vez que también un AMPA de Genius 21, ¡lo que nuevamente daría a entender que estamos en un terreno educativo!).
La empresa no cesa de repetir que el ámbito que ellos trabajan es el del aprendizaje estratégico. Pero es que que las dificultades del aprendizaje tienen que ver con un área de intervención pedagógica y psicológica. Y las aportaciones del aprendizaje estratégico de Nardone y Bartoletti se enmarcan directamente en el ámbito de las intervenciones profesionales del ámbito de la Psicología. La aparición de formadores no profesionales no deja de ser más que la intromisión en un terreno en el cual no están cualificados. Para mayor abundamiento, el grupo promueve que el método de Genius puede resultar efectivo ¡incluso para trabajar la dislexia!. De hecho, si se van a la página web de la promotora, se darán cuenta que su dirección de contacto es la misma de Genius en Barcelona.
Lo cierto es que en el mencionado informe hay tantas generalidades que sería interminable enumerarlas todas. Por ejemplo, en cuanto a la conclusión quinta, tampoco se aporta mayor fundamento a la pretendida horizontalidad de la organización, teniendo en cuenta que estamos hablando de una empresa registrada de menos de diez trabajadores a la que sin duda mantener esos mínimos sueldos no debería ser problema con su volumen de facturación anual (si es que damos crédito a que tienen miles de alumnos anualmente). Llama la atención que el autor del informe trate durante varios puntos esta cuestión en términos que sin duda serían meritorios de una gestoría. Pero más allá de este dato anecdótico, es llamativo igualmente que entre el repertorio de estrategias para alcanzar posibles clientes a las presentaciones del curso, el mismo periodista no se refiera en ningún momento al acceso callejero insistente, hecho más que evidente en Barcelona en la zona de Plaza Cataluña, al igual que en otras provincias de España. O que incluso, a tenor de la dinámica de venta de cursos, el argumento del periodista que redacta el informe es que esta estrategia “es la que se usa en todas las instituciones de enseñanza”, situando al mismo nivel Genius 21 con una “compra de cursos de postgrado y master, seminarios, simposios, congreso, etc.”. Cuando uno de los problemas es que Genius 21 no es una institución de enseñanza, ni tan siquiera está adscrita al un modelo universitario como hemos visto.
Desconocemos la metodología de elaboración del mencionado informe (al parecer, su autor escuchó muchas horas de grabación); llamativamente, su versión íntegra fue retirada al día de haber aparecido la referencia en prensa, dejándose tan sólo las conclusiones en el espacio web de la organización. Y si bien solicité directamente una copia del mismo en forma íntegra, la única respuesta obtenida es que a todo caso es la organización quien debería facilitarla. Eso sí que es transparencia. En cualquier caso, en las conclusiones que todavía se encuentran en su página web, aparecen algunos elementos a rescatar. Por ejemplo, que antes de inicio el curso, “el cliente deberá cumplimentar el Test Amos”, hecho este novedoso ya que hasta el momento no se requería de tal requisito previo. Pero, nuevamente, estamos hablando de una batería psicológico-educativa que debería ser aplicada por profesionales del ámbito de la Educación o la Psicología, pero que es promovida por no profesionales de esos ámbitos.
El informe no cesa de repetir que en ningún momento “se puede alegar ignorancia ni engaño de ningún tipo”. Aunque hasta aquí, ya hemos visto varias irregularidades, tales como una publicidad engañosa, falta de preparación profesional para una tarea que se plantea transformar la personalidad de los participantes y posible intrusismo en un área educativa y/o psicológica.
Nuevamente, se remarca que “es muy improbable que un cliente potencial del curso Genius se vea inducido a comprar y realizar servicios sin haberlos comprendido”, lo que choca frontalmente con la poca claridad de la naturaleza de la organización misma y de la finalidad de sus prácticas específicas dentro de sus talleres.
Pero el mismo informe -del cual era totalmente innecesario eliminar mi nombre tachándolo en negrita-, se refiere al articulo que yo escribí en términos de “informe”. Aclaro que no escribí ningún informe. Pero en cualquier caso, mi artículo es descrito como “superficial, sesgado, con presunciones y fabulaciones y dentro de una perspectiva de sectarismo global”. El periodista me encuadra en un movimiento anti-sectas, por haber trabajado en en el pasado una entidad profesional que supuestamente me formó en ese discurso. En cualquier caso, esto si podemos decir que son afirmaciones personales gratuitas, fruto de un absoluto desconocimiento de mi trayectoria profesional. Contrariamente a lo afirmado por este periodista, el artículo está fundamentado justamente en mi práctica clínica profesional; es decir, sí está fundamentado en informaciones técnicas basadas en hechos.
“El informe [nuevamente, aclaro que no redacté ningún informe] redactado por el psicólogo […] intenta dejar fijado un elemento propio de los ámbitos sectarios”. Afirmación sin duda fruto de una lectura inexacta y parcial de mi artículo, pero más interesante todavía es que el mismo firmante indica que “todo asistente a una presentación del curso sabe que está en una sesión de ventas”. Entonces: se reconoce que ya no sólo hablamos de un curso de memoria, ni tan siquiera de un curso de aprendizaje acelerado, ni tan siquiera ya de un curso de crecimiento personal, sino ya en toda regla de un curso de ventas. Por tanto, de esa tan supuesta clara y nítida presentación de la organización (inicialmente, cursos de memoria para un mejor aprendizaje) ya hemos pasado a hablar de cursos de crecimiento personal y cursos de ventas. Al menos, ahora el consumidor ya tendrá más clara la naturaleza de la empresa de cursos de memoria.
Más increíble todavía es la afirmación con respecto a que “no estamos ante una religión sino ante una actividad comercial”. Pero, ¿quién dijo que estamos hablando de una religión?. Si bien se me califica de “incongruente” en este sentido, no encuentro por ningún lado que haya sostenido que estemos hablando de una religión. Más increíbles son todavía las disquisiciones en torno a mi incapacidad para discriminar en el relato de las personas afectadas, a las que no es no tan siquiera necesario responder, a la vez que se me atribuye “una militancia específica” (anti-sectas, se entiende). Se supone que he elevado la anécdota al estatus de categoría, lo que constituye una “conducta irresponsable…uno de los abusos clásicos cometidos por el movimiento anti-sectario mundial”. Huelgan comentarios. Al parecer, un periodista dispone de mayores elementos para un adecuado diagnóstico diferencial en el ámbito clínico. Mi formación debe ser, o bien insuficiente, o bien me han de(formado) entidades profesionales que el periodista describe como anti-sectas. ¡Y además formo parte de un movimiento mundial anti-sectas!.
Es a partir de la conclusión 33 que el firmante del mencionado informe lleva todo su análisis al terreno de las “sectas destructivas”, para concluir que “en la entidad comercializadora del curso Genius en España no se da ninguno de los aspectos conductuales propios de los procesos manipuladores típicos de las dinámicas de secta destructiva […] sólo desde la ignorancia o desde la mala fe puede atribuirse a esta entidad mercantil la etiqueta de secta”.  Este es un punto interesante, porque eso lo afirma el mismo periodista. Como bien saben también las familias con las que he trabajado, en ningún momento he indicado que Genius sea una secta destructiva, sino que más bien les he aclarado que sus prácticas se acercan más al polo del sectarismo que al de una práctica transparente. De hecho, las prácticas de esta empresa se mueven en una zona intermedia, una zona característica de los seminarios de transformación en grupo grande, sin duda la categoría descriptiva que mejor recogería la naturaleza del grupo en cuestión, un fenómeno que ciertamente intersecciona con las sectas pero también con otras modalidades de eventos de crecimiento personal, talleres al estilo new age y cursos de venta motivacionales.
En otro lugar ya hablé de estos seminarios de transformación en grupo grande, así como de los riesgos inherentes para algunos clientes potenciales. En aquella ocasión se trataba de un grupo radicado en Sevilla que promueve supuestos talleres de coaching -un término que sorpresivamente aparece también en el informe del periodista-, si bien su dinámica de funcionamiento se acerca nuevamente más al polo del funcionamientos sectario antes que al de una empresa que ofrezca servicios de coaching profesionales. Ya en aquella ocasión, la empresa cursó una demanda por supuestas difamaciones, demanda legal que perdieron y en donde, además, en la sentencia definitiva quedó de manifiesto la presión emocional ejercida sobre los participantes, así como la posibilidad de respuestas iatrogénicas entre algunos de los cursillistas.
Este tipo de talleres de transformación personal en grupo grande conforman una modalidad de funcionamiento que en los últimos años empieza a extenderse en nuestro país y ante los cuales conviene que el consumidor esté informado de la auténtica naturaleza de tales cursos, así como de los criterios de indicación o contraindicación para la participación. En la práctica, todos estos talleres se ofrecen por personas que pueden emplear técnicas psicológicas, sin preparación profesional adecuada, con la idea de que el curso vale para todo el mundo por igual, sin filtros adecuados, entremezclando elementos de crecimiento personal con el discurso motivacional, en atmósferas cargadas emocionalmente que buscan la transformación personal para la venta, con una puesta en escena donde hay importantes elementos de marketing y en donde siempre se justifica la bondad del sistema sobre la base de numerosos testimonios positivos.