Etiquetas: El arte de la memoria de investigación e interfaces digitales, EL ARTE DE LA VISUALIZACIÓN DE DATOS, gramática de la imagen
sábado, 2 de octubre de 2010
miércoles, 4 de marzo de 2009
Las personas con las que te relacionas tienen una imagen de ti. La han elaborado a través de todas las interacciones que habéis tenido, en los últimos días, meses o quizás años. Incluso hay personas que sin conocerte tienen una imagen de ti que han creado cuando han oído hablar de ti o alguien les ha hecho un comentario en el que tú aparecías.
Estas imágenes no son la realidad, aunque parece muy reales.
Tú tienes una imagen de todas y cada una de las personas con las que te relacionas, ya sea que mantengas un contacto de forma regular, o que vuestra interacción sea puntual y anecdótica.
Esta forma de pensar en imágenes nos simplifica mucho el proceso de pensar: ya no tenemos que ir una y otra vez a buscar la esencia de alguien, no hace falta que nos interesemos por conocerle a fondo, pequeñas cosas en su proceder nos disparan ciertos recuerdos y la imagen está servida. A partir de ese momento la interacción ya no será entre dos personas, sino entre dos imágenes: la que ella tiene de ti, y la que tú tienes de ella.
Cuando te relacionas con tu pareja, con un amigo, con un compañero, ya no tienes que analizar quién es él en este momento. Eso podría ser tedioso y requeriría una inversión de energía por tu parte,... es mucho más ágil tomar la imagen que tienes de estas personas y analizarlas según dichas imágenes, así, cuando te llama tu amigo Pablo, mentalmente puedes decirte: "Ah, es Pablo, ya se como es él,..." y entonces sacar toda la información del archivo mental que tienes sobre Pablo y actuar en función de esos datos.
Al hacer eso dejas de ver a Pablo en este momento, para ver la imagen que tienes de Pablo.
Cuando Pablo se relaciona contigo hace exactamente lo mismo, tú para él eres la imagen que ha elaborado con el paso del tiempo.
Por otro lado tú tienes tb una imagen de ti mismo,... las has ido construyendo con el paso del tiempo, y así te dices a ti mismo que eres de determinada manera y no de otra, que te gustan ciertas cosas y no otras, que eres bueno para hacer algo, y menos bueno para otros menesteres... Esta imagen que tienes de ti mismo tampoco es la realidad. Tu no eres tu pasado,... tu pasado no existe. Lo que recuerdas que has hecho o has dejado de hacer es solamente la ceniza de lo que tal vez sucedió, modificada y distorsionada por tu pensamiento,... son retazos, sombras, no son la realidad de quien eres tú.
Cuando otra persona hace un comentario de ti, ¿lo hace sobre quién tú eres, o sobre la imagen que tiene de ti?. Piénsalo detenidamente. ¿Cómo puede llegar a conocer tu esencia una persona, si con el paso del tiempo en vez de percibirte a ti se queda observando la imagen que tiene de ti? La imagen de alguien no es su realidad, esto es un hecho. La imagen siempre es una representación necesariamente empobrecida y distorsionada.
Entonces, ¿qué es lo que sucede cuando alguien hace un comentario sobre ti que a ti te resulta molesto? ¿Está esa persona hablando de ti, o de la imagen que tiene de ti? Está hablando de la imagen que tiene de ti, obviamente.
¿Qué es lo que nos molesta cuando alguien nos insulta? ¿Es el hecho de que alguien tiene una imagen de nosotros, que es distinta de la imagen que nosotros tenemos de nosotros mismos? ¿Nos resulta doloroso que su imagen y nuestra imagen no coincidan? En cualquier caso ninguna de las dos imágenes es la realidad. Tú no eres tu imagen, y mucho menos eres la imagen que otro tiene de ti.
¿Qué es lo que nos agrada cuando alguien nos elogia? Esa persona está actuando sobre una imagen. Si su imagen y la que tienes tú de ti van de la mano y son positivas, ¿eso nos gusta? Es la misma trampa.
¿Eres capaz de ver a las demás personas sin la imagen que tienes de ellas? ¿Puedes dejar a un lado lo que crees que son y aceptar lo que están siendo en éste momento?
¿Eres capaz de verte a ti mismo sin la imagen que tienes de ti, sin tu historia de limitaciones, de dolor, de miedo, sin las opiniones que les has comprado a otras personas? ¿Puedes dejar a un lado lo que crees que eres y tb lo que te gustaría ser, para ver realmente lo que eres?
Eres lo que eres en este momento,... no eres tu historia, no eres lo que quieres ser, eres lo que eres. ¿Puedes observarte sin juzgarte, sin decir que está bien o que está mal, qué te gusta o qué no te gusta? ¿Puedes aceptar lo que hay en ti sin analizarlo,... sin querer cambiarlo en absoluto?
¿Puedes hacer lo mismo en tu relación con los demás? ¿Eres capaz de ver a tu pareja sin la imagen que tienes de ella, hecha con el paso del tiempo? ¿Puedes ver lo que ella es ahora, sin la ceniza del pasado, sin su sombra?
¿Puedes estar libre de la carga del pasado? ¿Tanto de la negativa como de la positiva, tanto de lo que te gusta como de lo que no te gusta y enfrentarte a lo que de verdad es?
Conocernos a nosotros mismos, cómo pensamos, cómo sentimos, entendernos en nuestra relación con los demás, descubrir cómo nos hacemos sentir bien y como nos hacemos sentir mal,... considero que son aspectos realmente importantes, sobre los que vale la pena reflexionar.
Etiquetas: gramática de la imagen, Imagen eidética, IMAGINERÍA MNEMÓNICA
martes, 2 de septiembre de 2008
Televisión
Esto del internete cada vez da para cosas mas interesantes. los muchachos de esta web han creado un programa interactivo que se nutre de las aportaciones de los internautas entre otras cosas. Aire fresco en el mundo de la imagen. Si quieres unirte a la experiencia entra y pon tu granito de arena digital.
Etiquetas: gramática de la imagen
viernes, 2 de mayo de 2008
a menudo, confunden las palabras españolas carta y letra, dado que ambos
significados están representados en inglés por el vocablo letter. Cuando intentan
transferir al español dicha estructura semántica, terminan utilizando un falso
cognado. Una manera de evitar tal confusión es con el uso del método de la palabra
clave. El estudiante usa la palabra inglesa ‘cart’ como la palabra clave y genera una
imagen visual como la de una carta postal gigante dentro de un carrito de compras
‘cart’ en un supermercado. De esta manera se presenta al aprendiz la imagen de la
palabra carta y también se la asocia con su significado de ‘carta postal’
Etiquetas: gramática de la imagen

Ya no se trata sólo de saber leer palabras. Entre otras nuevas formas de alfabetismo, se trata también de saber interpretar las constantes imágenes con que nos bombardean los medios masivos. Los analfabetas de la imagen -aquellos que no pueden descifrar sus mecanismos ocultos- tienden a perecer ante ese bombardeo y a convertirse en víctimas fáciles de la manipulación. Un ciudadano crítico es también aquel que sabe “leer” imágenes.
LEER LA IMAGEN: OTRA FORMA DE ALFABETISMO
José Padrón G.
En Revista PEQUIVEN, Noviembre – Diciembre, 1990
La función de la imagen
Las imágenes no nacen solas ni son anónimas, aun cuando no veamos a su autor. Detrás de cada una de ellas hay siempre unos individuos que la producen y que actúan sobre la base de una intención bien definida. Previamente han estudiado a quiénes va dirigida la imagen, cuáles son sus maneras típicas de reaccionar y en qué condiciones o circunstancias se debe producir la “comunicación por imágenes”. Así, detrás de toda imagen hay siempre alguien que desea lograr algo de alguien.
Pero, ¿qué cosas se puede desear lograr a través de imágenes? Todo depende de aquello que los teóricos llaman “contexto”. Un contexto es una situación particular definida por indicadores geográficos, temporales, psicológicos y sociales, en la cual se manifiesta una intención. Un contexto tiene la virtud de explicar toda una clase de acciones e interacciones entrelazadas entre sí en función de una intención.
Veamos, a modo de ejemplo, algunos de esos contextos típicos que suelen generar diferentes clases de acción comunicativa mediante imágenes. Una primera situación contextual está marcada por las relaciones de compra/venta o de producción/consumo. En este contexto se generan todas las imágenes de la publicidad comercial y de la promoción industrial-mercantil, siendo la intención básica la de vender un producto o servicio. Casi por principio, esta intención tiene poco o nada que ver con la calidad del mismo, con su utilidad o, mucho menos, con la veracidad del mensaje. Aunque algunos productos son, de hecho, mejores que otros, la imagen publicitaria no refleja esta relación de modo directo, ya que su intención es persuadir y no describir la realidad objetiva.
En cambio, en los contextos informativos en general, que están marcados por las relaciones de transmisión de información, sí se pretende una supuesta descripción o explicación de la realidad objetiva. Un caso particular de esta clase de contextos es el de enseñanza-aprendizaje, donde la intención básica es instruir, tanto si se trata de situaciones educativas como si se trata de situaciones de adiestramiento organizacional o de orientación de usuarios. Aquí se generan todas las imágenes instruccionales que ya conocemos por los textos escolares, los materiales de entrenamiento, los manuales de usuarios, etc.
Otro caso particular de contextos informativos es el periodismo, donde la intención básica es la difusión de hechos y análisis de acontecimientos. Por supuesto, el periodismo audiovisual depende en mucha mayor medida de las imágenes que cualquier otro tipo de comunicación informativa. En un plano de intenciones muy subyacentes, es probable que toda imagen informativa cumpla funciones de manejo de actitudes y opiniones a través de la distorsión de la realidad objetiva -tanto en contextos educativos como en los casos periodísticos- de acuerdo a los intereses del sector dominante. Sin embargo, en un plano superficial es de suponer que la intención básica está referida a la descripción o explicación de la realidad objetiva.
Otra cosa diferente ocurre en los contextos de entretenimiento, marcados por las relaciones de uso del tiempo libre, donde la intención básica es distraer, recrear o hacer pasar el tiempo. En estos contextos la realidad descrita no es objetiva, sino de ficción; aun cuando se trate de historias reales, la parte objetiva es sólo una base de construcción de imágenes, ya que los modos de presentarla y de organizarla constituyen fuertes elementos de alteración que la convierten en una realidad ficticia, en mayor o menor medida. Aquí se generan todas aquellas imágenes del cine y la televisión convencionales, algunas de las cuales pretenden divertir o hacer reír, otras conmover, otras aterrorizar, etc.
Hay muchos otros contextos típicos generadores de imágenes, tales como el de las relaciones políticas y de poder (imágenes electorales), el de las relaciones organizacionales (logotipos y emblemas), el de las relaciones disciplinarias (señales de tránsito) y muchos más, incluyendo, por supuesto, el de las relaciones sentimentales y amorosas (tarjetas de salutación). De todos modos, lo importante de esta idea es que toda imagen tiene una intención que define su función de acuerdo a las características de un contexto. Es decir, las imágenes persiguen siempre obtener algo de alguien en relación con una red de circunstancias preestablecidas. Según esto, un buen “ lector” de imágenes sabe identificar las intenciones de fondo y reconocer cada contexto; en consecuencia, es capaz de determinar hasta qué punto esas intenciones son compatibles con sus propias necesidades y en qué medida él participa o se involucra en ese contexto.
La gramática de la imagen
Toda imagen se somete a unas reglas, igual que como ocurre en la lengua hablada o escrita. La gramática de la imagen, del mismo modo que cualquier idioma, conforma ese conjunto de reglas que definen cuáles son sus elementos constitutivos y de qué manera pueden combinarse entre sí para que la imagen tenga algún sentido y cumpla con su función.
Cuando leemos o escribimos una frase cualquiera, notamos que a través de ella se expresa una realidad determinada. Pero además notamos que, también por medio de ella, su autor expresa un cierto modo de ver esa realidad o de hacérsela ver a su interlocutor.
Por poner un caso, no es lo mismo decir que “este vaso está lleno hasta la mitad” que decir, por ejemplo, que “este vaso está medio vacío”. Aunque la realidad objetiva es exactamente la misma en ambas frases, la manera de presentarla difiere radicalmente en cada caso. Elementos tales como los sustantivos, verbos y adjetivos conducen a expresar la realidad objetiva, o sea, el “contenido” de la frase, mientras que el criterio de selección de vocabulario, el orden de las palabras, la entonación y cosas por el estilo conducen a expresar la manera en que se quiere hacer percibir esa misma realidad, o sea, la “forma” de la frase.
Algo parecido ocurre en la gramática de la imagen: siempre habrá un objeto o realidad que se muestra al espectador y habrá también una forma de mostrarla. Los personajes, la escenografía, la iluminación, el vestuario y el maquillaje son elementos que definen el contenido de la imagen, es decir, son CATEGORIAS visuales. En cambio, el “plano”, el “ángulo”, los “movimientos de cámara” y las “transiciones” de una imagen a otra son los elementos que determinan la forma de la imagen, es decir, son FUNCIONES visuales.
Supongamos, como caso ilustrativo, que una imagen nos quiere hacer ver a un pequeño príncipe, lo cual vendría a ser el objeto o contenido de la misma. Para ello se recurre a las categorías visuales: un personaje niño; una escenografía, vestuario y maquillaje principescos; una iluminación sugerente. Además, se recurre también a un cierto plano o encuadre: se le puede mostrar en su contorno principesco (Plano General) o solamente hasta la cintura (Plano Medio) o solamente su rostro (Primer Plano), por ejemplo.
Se recurre también a un cierto ángulo de la cámara con respecto al objeto: se le puede mostrar de frente (Angulo Frontal) o de lado (Angulo Lateral) y desde arriba (Picado) o desde abajo (Contrapicado), etc. Los diferentes valores del plano y del ángulo se combinan entre sí, de tal modo que surgen incontables formas de hacer ver un objeto. Técnicamente, el plano y el ángulo se denominan FUNCIONES SINCRÓNICAS (independientes del tiempo), que son específicas de la fotografía, la pintura y, en general, de las imágenes fijas. Este tipo de imágenes sólo cuentan con esas dos funciones visuales.
Las imágenes móviles, en cambio, que son propias del cine y la TV, se encadenan entre sí una detrás de otra formando secuencias visuales. Los mecanismos de que dispone esta gramática para lograr tal encadenamiento son las FUNCIONES DIACRONICAS (ligadas al tiempo): se puede pasar de una imagen a otra mediante un movimiento de cámara (zoom, paneo ... ) o mediante un efecto de transición (corte, disolvencia, fundido ... ).
Así, lo que distingue al cine de la pintura, por ejemplo, es que en ésta sólo se dispone de funciones sincrónicas, mientras que en aquél se dispone, adicionalmente, de las funciones diacrónicas. Aunque todo lo que se ha mencionado parezca muy simple y aunque, en realidad, toda la gramática de la imagen pueda concebirse en términos de categorías y funciones visuales, los análisis técnicos de la imagen utilizan desarrollos muy complejos sobre la base de estos mismos elementos.
A pesar de su complejidad, la gramática de la imagen puede comprenderse fácilmente si recurrimos a la figura de la "manipulación". Si lo pensamos bien, nos daremos cuenta de que una cámara de fotografía o de filmación es un equivalente perfecto del ojo humano, de tal modo que cuando el autor de la imagen manipula su cámara, en realidad está manipulando los ojos del público.
Tal manipulación tiene lugar en un doble sentido: por una parte, lleva al público a que vea la realidad que a él -al autor- le interesa, con lo cual le impone unas determinadas CATEGORÍAS visuales; y, por otra parte, no le muestra esa realidad imparcialmente, sino en la manera en que a é1 le interesa que la vea, con lo cual le impone unas FUNCIONES visuales: manipula la vista del público mostrándole esa realidad por sectores (eligiendo un plano) y determinando hasta dónde se va a ver; además, se la muestra sólo desde las posiciones que é1 decida (eligiendo un ángulo).
Con estas funciones sincrónicas, el espectador percibe una determinada distancia y un determinado punto de vista suyos con respecto al objeto. Si añadimos también las funciones diacrónicas, podemos entonces figurarnos que el autor manipula la vista del público acercando o alejando sus ojos del objeto en la oportunidad que le convenga (zoom), haciéndole desplazar su mirada de izquierda a derecha o de arriba a abajo (paneos y tilts) y haciéndole percibir una cierta estructura del tiempo y un determinado esquema de relaciones de sucesión entre los hechos (ritmo, ordenamiento lineal y transiciones).
No sabemos si esta analogía de la manipulación por categorías y funciones es sólo una metáfora o si, en cambio, es una alarmante realidad. . . Por algo se ha hablado mucho del “dominio de la imagen”, el “control por las imágenes”, el “imperio de la imagen” y expresiones por el estilo. En cualquier caso, esta figura nos demuestra la estrecha relación que hay entre las funciones de la imagen -en términos de contexto e intención- y la gramática de la imagen en cuanto conjunto de reglas que hacen efectiva dicha función y permiten lograr cualquier intención.
Existen muchos otros elementos que deben tomarse en cuenta para la "lectura" de imágenes. Hay, por ejemplo, toda una serie de factores de orden físico-electrónico que no son nada despreciables para el sentido de la imagen, tales como el color, la composición de los puntos y, en general, todo el sistema relativo al medio material de transmisión-percepción. Si a esto añadimos la posibilidad de integrar el sonido (locuciones, música, efectos sonoros) a la gramática de la imagen, tenemos a la vista un asombroso aparato que puede ser usado a favor o en contra nuestra y que contiene una poderosa capacidad para informar y persuadir, para educar y manipular, para entretener y pervertir.
Una vez más se revela entonces la necesidad de "alfabetizar" en la imagen. Esta alfabetización debe apuntar hacia el logro de competencias para desmontar ese poderoso aparato, es decir, para identificar sus elementos constitutivos y sus posibilidades de combinación, para comprender su proceso de funcionamiento y penetración y, en fin, para prevenir o desmantelar los efectos inconscientes a través de los cuales cumple su función. En esto, básicamente, consiste la capacidad para "leer" imágenes. En el fondo, no es más que una modalidad de eso que suelen llamar “actitud crítica ante la vida”.
Etiquetas: gramática de la imagen
miércoles, 16 de abril de 2008
Etiquetas: gramática de la imagen, marketing, politica, publicidad