domingo, 3 de octubre de 2010

la magia de los mercados

martes, 20 de abril de 2010

EE.UU., tras acusar a Goldman, analiza otras firmas de Wall Street

Caso fraude de valores:
EE.UU., tras acusar a Goldman, analiza otras firmas de Wall Street

En el centro de la investigación se encuentran los CDO, instrumentos de deuda garantizada.  

Carrick Mollenkamp, Serena Ng, Scott Patterson y Gregory Zuckerman La Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) investiga una serie de acuerdos con valores hipotecarios orquestados por algunos de los mayores nombres de Wall Street con el fin de determinar si los inversionistas recibieron la información apropiada. La SEC acusó el viernes a Goldman Sachs Group Inc. de cometer fraude civil.

El caso de fraude de valores presentado contra Goldman Sachs reveló un secreto a voces en Wall Street. Cuando el mercado inmobiliario comenzó a mostrar grietas hace unos años, algunas firmas financieras importantes diseñaron productos que buscaban permitir que clientes clave, como los fondos de cobertura, apostaran a un colapso del sector.

Entre las firmas que estructuraron instrumentos hipotecarios que pronto perdieron la mayor parte de su valor figuran Deutsche Bank AG, UBS AG y Merrill Lynch & Co., que ahora está en manos de Bank of America Corp. Se desconoce si la SEC también investiga alguna de estas transacciones.

Los acuerdos les reportaron a estas firmas comisiones totales superiores a US$1.000 millones, afirman corredores.
Los inversionistas que compraron estos instrumentos a menudo sufrieron cuantiosas pérdidas. Ahora, las demandas privadas, junto al caso civil contra Goldman, arrojan un poco de luz sobre la estructura de algunas de estas operaciones.

Esos polémicos acuerdos contribuyeron al cuasi colapso de American International Group Inc., que había asegurado por lo menos US$1.000 millones de valores emitidos por las firmas de Wall Street en 2005 que fueron ensamblados con la participación de fondos de cobertura, según documentos a los que tuvo acceso The Wall Street Journal y personas al tanto. El gobierno estadounidense acabó por rescatar a AIG. 

Los inversionistas que compraron estos valores -y apostaron a que los precios de las viviendas se mantendrían altos- salieron perjudicados.

Robert Khuzami, director de aplicación de normas de la SEC, afirmó el viernes que la agencia analizará con detenimiento acuerdos similares a los de Goldman realizados por otras firmas de Wall Street, aunque no queda claro qué transacciones tiene bajo la mira.

Instrumentos cuestionados

En el epicentro del escrutinio de los reguladores están las obligaciones de deuda garantizadas, más conocidos como CDO. Estos son valores respaldados por grandes paquetes de bonos hipotecarios y otros activos, incluyendo complejos derivados cuyo precio se basa en el desempeño de estos bonos. 

En las postrimerías del auge inmobiliario en EE.UU., algunos fondos de cobertura trabajaron con los bancos para crear CDO que les permitirían apostar a una caída del mercado de bienes raíces. En algunas ocasiones, los fondos de cobertura compraron seguros contra cesaciones de pagos, llamados CDS, cuyo valor sube si los bonos, y por ende los CDO, se debilitan. 

En la estructura de Goldman en el centro de la acusación de la SEC, las firmas de calificación de riesgo rebajaron 99% de los valores hipotecarios subyacentes para enero de 2008. 

Algunos de los CDO creados por Deutsche Bank, Merrill Lynch y UBS se desplomaron apenas meses después de ser creados. Para enero de 2008, las calificadoras de riesgo también habían rebajado la mayoría de los activos que conformaban estos instrumentos, según informaron analistas. 

Los corredores y banqueros de Deutsche Bank estuvieron en alerta por problemas en el sector inmobiliario a partir de septiembre de 2005, antes del derrumbe del mercado. En ese entonces un prestigioso analista redactó un informe en el que advertía sobre las pérdidas que se avecinaban en el mercado de hipotecas de alto riesgo o subprime. 

Entre 2005 y finales de 2006, la filial estadounidense de valores del banco alemán creó varios CDO que ofrecieron protección sobre bonos hipotecarios contra los cuales algunos fondos de cobertura, que eran clientes de la firma, estaban apostando, señalan fuentes cercanas. 

Uno de esos fondos de cobertura era Paulson & Co., ligado a John Paulson, que también habría participado en la selección de activos del CDO de Goldman Sachs, según la acusación de la SEC. 

Un portavoz de Deutsche Bank señaló que todos los inversionistas que participaron en estos acuerdos, no sólo Paulson, ofrecieron sus ideas acerca de los activos hipotecarios que iban a respaldar los CDO. Un vocero de Paulson, en tanto, aseveró que
"cada uno de los CDO sintéticos tiene una parte que apuesta a favor y otra que apuesta en contra". 

Goldman, Deutsche Bank, UBS y Merrill defendieron con firmeza las transacciones, que a menudo se arreglaron de forma privada y no cotizaron en una bolsa. Las firmas sostienen que revelaron las inversiones implicadas y que los inversionistas eran lo suficientemente sofisticados para conocer los riesgos. 

Goldman niega las acusaciones de la SEC, al decir que brindó toda la información y que no tenía obligación de decirles a los compradores quiénes eran los vendedores de los polémicos instrumentos.
 

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viernes, 5 de marzo de 2010

noticia del 2007.... ¿nadie sabía de la crisis?


Afirmarse los Pantalones (*)


Seguir la evolución de la economía en la prensa financiera internacional ofrece por estos días más suspenso que la mejor novela del género. El misterio no consiste en saber si se va a desatar o no una crisis, sino cuando va a ocurrir y que dimensiones va a alcanzar. Esto último nadie puede estimarlo con exactitud, sin embargo, existe al respecto una gran preocupación entre los principales analistas. Parece importante que el público chileno conozca los principales rasgos de la situación. En especial, tienen derecho a ser informados descarnadamente acerca del riesgo al que se encuentran expuestos sus fondos de pensiones. Las autoridades deben tomar ahora las medidas que correspondan para evitar daños mayores.
La crisis ya se ha desatado en el punto más sensible: el crédito se ha interrumpido bruscamente. El New York Times ha publicado (8/8/07) un gráfico que lo dice todo al respecto: En julio pasado, las emisiones de bonos totales de las corporaciones estadounidenses bajaron a la cuarta parte respecto del nivel alcanzado un par de meses antes, y los bonos para compras de empresas, hipotecarios, y otros considerados riesgosos, se redujeron a menos de la décima parte. Lo primero significa que el crédito disponible para las corporaciones de la principal economía del mundo se redujo de 120.000 millones de dólares en mayo, a 30.400 en julio. Los segundos se redujeron desde casi 30.000 millones en mayo a 2.400 en julio. Ambas cifras significan una reducción equivalente ni más ni menos al 80% del PIB chileno del año pasado ¡en un solo mes! Estos apretones en el crédito son generalmente los detonantes de las crisis. Marx los describió vívidamente, "mientras en la víspera lo despreciaban pues todo lo compraban y vendían a crédito, ahora los capitalistas braman por dinero como ciervos sedientos por agua fresca."
No es difícil imaginar el impacto de un corte tan brutal. Los primeros afectados han sido aquellos que precipitaron la crisis con su irresponsable comportamiento anterior: los que otorgaban préstamos hipotecarios. En pocos días se han declarado en quiebra y cerrado definitivamente varios de los principales administradores en los EEUU. Solo uno de ellos, que cerró la última semana de julio, de un día para otro echó a la calle a todo su personal, más de 6.000 trabajadores. Otros afectados inmediatos han sido los que se dedicaron estos últimos meses a comprar empresas aprovechando el crédito barato y aparentemente inagotable. Hacia fines de julio, los bancos que habían comprometido el financiamiento para la compra del gigante automotriz Chysler anunciaron que no hubo interesados en comprar los bonos que emitieron con ese objeto. Lo cual significó que ellos mismos tuvieron que poner la mayor parte de los fondos de su propio bolsillo, puesto que a los pocos bonos que lograron colocar en el mercado les aplicaron un descuento tal que les significó perder todas las comisiones de esta gigantesca operación e incurrir en cuantiosas pérdidas.  El mismo día, informaron que tampoco pudieron recaudar fondos comprometidos para financiar la compra de una gigantesca cadena de alimentos. Estas dos operaciones frustradas suman casi 20.000 millones de dólares. Sin embargo, esta enorme suma representa sólo una pequeña parte de los fondos ya comprometidos por los bancos para financiar fusiones y adquisiciones, los que suman un total de 300.000 millones de dólares, el doble del PIB chileno. Ciertamente, no están en condiciones de financiar esa cantidad con su propio capital, a riesgo de quedar expuestos de modo inaceptable.
Nadie tiene claro en este momento hasta adonde puede alcanzar el problema, especialmente, por las dimensiones que han adquirido los llamados en general "derivados financieros" - de hecho existen al menos dos familias 1 de los mismos una de las cuales recibe ese nombre en sentido estricto. Se denominan de ese modo porque no tienen como respaldo capital real, como ocurre con los papeles tradicionales, sino que derivan su respaldo de otros papeles. Las acciones, bonos, y otros instrumentos tradicionales, representan maquinarias, productos, edificios, casas, y otros bienes reales. Los derivados, en cambio, tienen en su base precisamente acciones, bonos y otros de los anteriores...u otros derivados. Y así sucesivamente, en una pirámide sin fin. Es útil tener una idea de las dimensiones que ha alcanzado todo este asunto: el producto interno bruto (PIB) mundial alcanzó el 2006 a 48 billones de dólares - es decir, 48 millones de millones de dólares, aproximadamente unas trescientas veinte veces el PIB de Chile, y poco menos de cuatro veces el PIB de los EE.UU.. Los activos financieros tradicionales, por su parte, suman aproximadamente tres veces el PIB mundial, es decir, poco menos de 150 billones. Pues bien, el conjunto de los derivados financieros se estima en la actualidad en seis veces el PIB mundial, es decir, alrededor de 300 billones. Claro está, no hay que confundirse con esta alquimia. Al igual que los papeles tradicionales no duplican el valor del capital real que representan -- se denominan capital virtual -, mucho menos estos derivados pueden duplicar el valor del capital virtual sobre el cual a su vez descansan. El problema es que, como cualquiera podía prever, la base sobre la cual descansa este inmenso castillo de naipes se ha puesto ahora a temblar.
El asunto se complica más todavía por el hecho que estos derivados son manejados en parte por un nuevo tipo de empresas financieras, los llamados "hedge funds," que literalmente se traduce como "fondos de apalancamiento." Estos fondos operan prácticamente sin ningún tipo de regulación - las que si se establecieron para los bancos como secuela de la crisis de 1929. Los principales son apenas un puñado, a veces dirigidos por treintañeros vivarachos, con mucha energía, enormes cojones, y poco más que unas tremendas computadoras a sus espaldas. Sin embargo, manejan fondos que se estiman en 1.6 billones de dólares, el doble del PIB de México y mucho mas que lo que sueñan con manejar los bancos más grandes.
Los derivados en general son el invento muy reciente de una inteligente ingeniería financiera destinada a disminuir el riesgo de las operaciones crediticias. Sin embargo, cual Frankestein, sus creaciones adquirieron vida propia y dimensiones enormes, y hoy día tienen aterrorizado al mundo entero. En lugar de reducir el riesgo de operaciones sanas, se utilizaron para financiar operaciones bien oscuras, manteniendo la ilusión de un riesgo razonable. El sector emblemático fue el inmobiliario. Agrupando una cantidad de créditos hipotecarios, se crearon derivados - de una familia 1 que se denominan "obligaciones respaldadas por activos o "CDO" por sus iniciales en inglés - que representaban una parte pequeña de ese total, los que se ofrecían como inversiones más seguras que cada uno de los créditos individuales. Y lo eran. Sin embargo, no faltaron los vivos que descubrieron que utilizando dichos instrumentos, resultaba posible mantener un nivel de riesgo que aparecía razonable a los inversionistas, aún disminuyendo la calidad de los beneficiarios finales. De este modo, empezaron a ofrecer créditos hipotecarios a trocha y moche sin fijarse en detalles como comprobar la capacidad de pago de estos últimos. Y mientras el dinero corría a torrentes, bajaban sucesivamente la calidad de los receptores finales en la misma medida que se inflaban los precios de terrenos y construcciones a niveles descabellados, lo cual a su vez aumentaba el espejismo de seguridad de los préstamos, al inflar a su vez las supuestas garantías. Sin embargo, al igual que los árboles nunca tocan el cielo, llegó el asimismo el momento en que la burbuja inmobiliaria se pinchó. Los precios habían alcanzado niveles demenciales y bastó el aleteo de una mariposa para desencadenar una tormenta que puede resultar gigantesca.
El primero en dar la campanada fue nada menos que uno de los bancos de inversiones más grandes del mundo. Bear Stearns anunció hace pocas semanas, de un día par otro, que cerraba dos "hedge funds," que habían montado sus ejecutivos estrella, debido a pérdidas en el mercado inmobiliario. A los pocos días, anunciaba que el valor de ambos se había reducido ¡a cero! La semana pasada, el propio Bear Stearns anunció que un tercer fondo suspendía sus pagos, y la renuncia de su vicepresidente. Su reemplazante debutó declarando que la situación era la más grave que había visto en sus 22 años en el negocio. De inmediato se escuchó el eco ¡en Alemania! Un banco de Dusseldorf que pocos conocían (IKB), tuvo que ser rescatado de pérdidas en el mercado inmobiliario estadounidense por el gobierno alemán, cuyo superintendente de bancos pasó todo un fin de semana desesperado llamando banqueros hasta que logró reunir un paquete de salvataje de 11.000 millones de dólares ¡más o menos el superávit fiscal chileno del año pasado! Agotado, el "super" de bancos alemán declaró que era la situación más grave para la banca ¡desde 1931!
Las noticias se han venido sucediendo una tras otra. Un banco francés anunció que cerraba una financiera - denominada AXA, sigla que es de temer que pueda resultar ampliamente conocida en Chile, como se verá - por el mismo motivo. Luego vino un banco en ¡Australia! (Macquire) y  uno de los principales bancos franceses, PNB Paribas ha anunciado el cierre de 3 de sus fondos de inversión. Los bancos centrales del mundo han empezado a inyectar dinero en el sistema bancario en cifras inmensas para contrarrestar los efectos del derrumbe hipotecario estadounidense. Solo el  Banco Central Europeo ha inyectado en dos días 120,000 millones de EURO al mercado  en Europa  ¡50.000 millones más que los que inyectó tras el 11/9 del 2001!.
Los mercados bursátiles están enloquecidos. Un día se derrumban, al día siguiente se recuperan. En las últimas semanas han perdido alrededor de un 10% de su valor - lo que suma varios billones de dólares -, casi todas las ganancias acumuladas en el año, que no habían sido pocas. Los que más han perdido son los bancos, Bear Stearns ha bajado casi un 30% y el Citigroup, el mayor de todos, alrededor de un 25%. Es divertida la manera en que uno de los analistas más inteligentes del Financial Times los compara con el Coyote - si, el gracioso personaje que persigue sin éxito al Correcaminos. Según, él a los mercados les pasa lo mismo que al Coyote cuando sale disparado corriendo por los aires desde el borde del abismo, pero no cae sino hasta que se detiene y mira hacia abajo. Entonces se saca la cresta.
Bueno, y encima están los chinos. Este pueblo extraordinario, se levanta como el gigante definitivo del capitalismo a medida que este régimen en su tercer siglo finalmente está empezando a abarcar al mundo entero como modo de producción. Sin embargo, parece tener una debilidad irresistible por todo tipo de vicios. Ahora, decenas de millones de ellos se han aficionado a jugar en las bolsas. Un día de febrero pasado, la bolsa de Shanghai se derrumbó casi un diez por ciento. Muchos alrededor del mundo, incluidos los principales mercados accionarios, pensaron que se trataba del campanazo de inicio de esta crisis que se veia venir desde hace tiempo. Sin embargo, los chinos a la semana recuperaron todo lo perdido, y elevaron su bolsa a nuevos records históricos. Por estos días, si caen todas las bolsas en el mundo, los chinos hacen subir la suya, y cuando las otras se recuperan, la de ellos se derrumba. Cada uno de estos vaivenes en su caso es de 3%, 4% y hasta 6% algunos días, lo cual mataría del corazón a los más fogueados inversionistas de cualquier país. Sin embargo, en China a nadie parece importarle mucho. 
La situación ha intentado ser descrita en estas líneas más o menos como la vienen pintando los principales medios financieros del mundo y sus analistas más responsables. No hay ni un gramo de exageración en ello, como puede comprobarlo cualquiera que lea todos los días alguno de los periódicos mencionados. La situación es extremadamente grave. ¿Significa que se avecina una crisis de proporciones catastróficas? Como se menciona al inicio, eso nadie lo sabe. Lo que está claro es que la crisis ya empezó y que ya ha adquirido grandes dimensiones.
Si llegase a desatarse del todo, ello no significa tampoco que el mundo se va a venir abajo, ni mucho menos. De hecho, las crisis constituyen la manera en que el capitalismo resuelve todos los inmensos desequilibrios que genera durante su expansión desbocada - y vaya desboque que se han mandado en las décadas recientes, siguiendo las locuras neoliberales. Como todas las treinta y tantas anteriores desde que el capitalismo es capitalismo - la primera tuvo lugar en 1825 - , ésta tiene sus fundamentos en el corazón de dicho sistema. El mismo mecanismo que le permite revolucionar todo, lo conduce a atochar todo de tanto en tanto. Ello ocurre con la inevitabilidad del día y la noche, pero lamentablemente no con la precisión de un reloj suizo. En ese momento se crean las condiciones para que se desate la tormenta.
No todas las veces éstas se desencadenan, como todo el mundo sabe. Por muy amenazador que el cielo se presente. Sin embargo, cualquiera entiende que cuando el día está feo más vale prevenirse. Mejor quedarse en casita, pero si hay que salir, es conveniente llevar buen abrigo y zapatos y no olvidar el paraguas. El que no lo hace corre serio riesgo de empaparse.
En el caso de Chile, parece oportuno tomar todas las precauciones del caso. La primera de ellas en el interés público tiene que ver con las inversiones de los fondos de pensiones. Ya no se trata de insistir en la enorme irresponsabilidad que ha significado el conjunto de medidas que han permitido que más de la mitad de los fondos se encuentre invertido en acciones, y otro tanto en el extranjero. Ahora, por desgracia, el asunto es mucho más urgente. Ahora, por desgracia, el asunto es mucho más urgente. Se mencionó más arriba entre las reventadas, a una financiera francesa llamada AXA. Pues bien, en el listado de inversiones de las AFP en el extranjero, al menos a marzo del 2006 del cual se dispone, aparecen más de 435 millones de dólares invertidos en instrumentos emitidos por una financiera llamada..AXA - aparte de algunos millones de dólares en acciones del banco Bear Stearns. Por otra parte, la Superintendencia respectiva registra que entre el 25 de julio pasado, cuando alcanzaron su nivel máximo y hasta el 19 de agosto, los fondos de pensiones habían perdido 3,12 billones (millones de millones) de pesos, equivalentes a aproximadamente 6.030 millones de dólares (ver www.cendachile.cl). Es decir, en dos semanas han perdido más de dos veces el total cotizado el año anterior. Y la cosa sigue. El público tiene derecho a conocer exactamente cual es el nivel de riesgo a que están expuestos sus fondos. La autoridad debe informar al respecto, y si no lo hace, alguien debe exigírselo.

Manuel Riesco
Agosto 2007
(*) (*) Ver artículos del autor relacionados con el curso de la crisis financiera: Afirmarse los PantalonesAntes que sea Tarde, y Acabo de Mundo,Pies de PlomoCartas en el Asunto y El Curso de la Crisis, publicados por El Mostrador, La Nación, El Siglo, Crónica Digital, Generación 80 y otros medios.Ver  CENDA, Carta al presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, 29 de Agosto y Carta del 12 de noviembre. . Todos estos materiales están disponibles en y disponibles en www.cendachile.cl (ver más antecedentes recientes de la evolución de la crisis en www.cendachile.cl)

1- Una familia de derivados, conocida como "obligaciones respaldadas or activos," o "CDO" por sus iniciales en inglés consiste en papeles que representan una fracción de un gran número de otros papeles que si tienen respaldo real, por ejemplo, bonos hipotecarios o bonos de empresas. De este modo, el riesgo de los CDO dependen de la capacidad de pago promedio de los emisores de los bonos originales. Existen asimismo CDO al cuadrado, es decir respaldados por otros CDO y hasta CDO al cubo. El volumen de CDO se estima en 1,5 billones de dólares, de los cuales aproximadamente unos 0,6 billones están respaldados por créditos hipotecarios. 
La principal familia de estos instrumentos, que se denominan derivados financieros en sentido estricto, consiste en los llamados swaps de riesgo. Estos consisten en apuestas que dos partes toman respecto del comportamiento de una tercera. Por ejemplo, dos inversionistas apuestan en sentido inverso respecto del valor del dólar en un determinado plazo, de modo que si sube uno le paga al otro la diferencia y viceversa si baja. Otros pueden apostar a la capacidad de pago de sus bonos de una determinada empresa o país, de modo que si no paga, gana uno y el otro si paga puntualmente. La utilidad de estos instrumentos es muy grande, puesto que si una empresa, por ejemplo, tiene un contrato con precio fijo en pesos, pero éste requiere adquirir insumos en dólares, puede tomar un swap con un inversionista que le asegura que al momento de efectuar las importaciones, sus dólares no va a subir de un determinado valor. El inversionista en cuestión puede asimismo por su parte efectuar compras y ventas de dólares a futuro para precaverse a su vez en esta operación. 
El poseedor de un derivado sobre un crédito concedido a la General Motors - que le acredita a obtener una ganancia si la empresa paga su obligación a tiempo, o al revés si no lo paga, según sea el caso -, por ejemplo, no necesita ser el titular del crédito mismo. De este modo, adquirir uno de estos swaps requiere muchísimo menos dinero que conceder los créditos originales. De este modo, los que negocian estos instrumentos - generalmente los "hedge funds" - con relativamente poco dinero pueden adquirir intrumentos que representan valores muchísimo mayores. Por este motivo, en caso que acierten en sus apuestas pueden obtener ganancias inmensas. Sin embargo, también puede ocurrir lo opuesto, como está sucediendo en la actualidad (NYT 31/08/2007).  

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sábado, 2 de enero de 2010

Centros financieros y chantajes globalizados

Centros financieros: Londres corre el riesgo de perder su atractivo
Amigos en los malos tiempos

A principios de la década de 1960 el estatus de Londres como centro financiero estaba en suave declive, lo que reflejaba la importancia decreciente de Gran Bretaña en la economía global. Entonces el gobierno estadounidense impuso servicialmente la Regulación Q y el Impuesto de Igualación de Tipos de Interés, dos medidas que estimularon a los inversionistas a mantener una buena cantidad de sus dólares en el extranjero. Londres se convirtió en el centro del llamado euromercado, lo que atrajo a más bancos internacionales que Nueva York.

A pesar del clima terrible y la decrépita infraestructura de transporte, Londres ha seguido luchando como centro financiero. La ciudad aumentó su masa crítica en experiencia legal, contable y de administración de fondos, y grandes bancos de inversión estadounidenses tales como Goldman Sachs incrementaron firmemente su presencia. Londres no es sólo el centro financiero predominante de Europa.

Antes de la crisis crediticia, eran habituales las afirmaciones que la capital británica reemplazaría a Nueva York como el centro financiero del mundo.

Esa afirmación suena bastante hueca ahora, gracias a un cambio en el clima político y regulador. "La posición de Londres como un centro financiero está ahora bajo amenaza", asegura Robin Bowie, de Dexion Capital. Se estableció un impuesto especial a las primas de los banqueros, además de una próxima tasa impositiva del 50% a aquellos de altos ingresos, reglas de pensiones que crean tasas impositivas marginales y algunas palabras nada de amistosas de Adair Turner, jefe del regulador financiero de Gran Bretaña.

Una encuesta entre los suscriptores de Bloomberg en octubre encontró que Gran Bretaña había bajado al tercer lugar después de Singapur como el sitio con más probabilidades de ser el mejor centro financiero dentro de dos años. Un estudio de ejecutivos este mes que realizó Eversheds, una firma legal, encontró que Shanghai podía dar alcance a Londres dentro de los próximos 10 años.

Para aquellos afectados es la naturaleza arbitraria de los cambios tributarios lo que los ha desconcertado. "Siempre ha existido la creencia que Gran Bretaña lo consigue", señala Simon Ruddick, de Albourne Partners, una consultora de fondos de cobertura. "Con eso quiero decir que cualquier impuesto que se recaude entre los non-doms nómades, los administradores itinerantes de fondos de cobertura y banqueros con sueldos excesivos es todo maná fiscal caído del cielo".

Hasta ahora, Heathrow no se ha llenado con financistas que huyan del país (si el personal de British Airways y Eurostar se declara en huelga, tal vez sea difícil para ellos dejar el país). Pero a la gente le toma tiempo ajustar sus planes. Un estudio de analistas financieros en septiembre que realizó CFA Institute encontró que el 20% esperaba dejar Gran Bretaña durante el próximo año.

Los bancos británicos informan que desde que se anunció el impuesto a las primas, los rivales extranjeros han lanzado intentos enérgicos por cazar furtivamente a esa gente, utilizando impuestos más bajos como un aliciente. Un emprendedor de origen francés residente en Londres cuenta que tiene una carta sobre su escritorio del gobierno francés, en la que le ofrece un límite a sus impuestos si trae su negocio de vuelta a casa. Cree que es una "alerta roja" para Londres, que tiene una gran base de "franceses exiliados".

Tullett Prebon, una firma de corretaje, está ofreciendo a su gente la posibilidad de reubicarse fuera de Gran Bretaña, y observa que muchos habían expresado su inquietud por la "mayor incertidumbre por el futuro del régimen tributario".

Es probable que los fondos de cobertura, siempre las firmas más móviles, estén a la vanguardia de algún éxodo. BlueCrest Capital Management, importante grupo británico de fondos de cobertura, está estableciendo una oficina en Ginebra. Odey Asset Management, otro gigante de los fondos de cobertura, señala que está en el proceso de establecer una operación suiza, aunque es poco probable que deje del todo Gran Bretaña.

Impulsar a los ricos al extranjero tal vez satisfaga una necesidad política de venganza, pero podría dañar a los contribuyentes al final. El gobierno británico estima que el 1% superior de todos los contribuyentes (muchos de quienes trabajan en finanzas o industrias afines) pagará el 24,1% de todos los ingresos provenientes del impuesto a la renta en 2009-10, mientras el 5% superior pagará el 43% del total.

Una gran declinación en la recaudación tributaria no provendría de la partida de los pocos administradores de fondos de cobertura, sino de la pérdida de un gran banco. No hay señales de esto todavía. El jefe ejecutivo de HSBC está trasladando su oficina principal a Hong Kong en febrero, pero esta decisión es por "razones estratégicas" e implica sólo 12 a 15 personas. El banco señala que no hay "planes actuales" de trasladar la sede central del grupo en general. Pero tal vez sea un error asumir que ningún banco grande va a dejar Gran Bretaña.

Algunas de las quejas de los financistas de Londres son demandas especiales. Es más fácil amenazar con dejar el país que hacerlo realmente. Pero esas amenazas no se deberían tomar a la ligera. El estatus de la ciudad como un centro financiero no es un regalo de Dios.

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regular la información financiera que los medios dan sin fuente

El ex Superintendente de Valores y Seguros dice que normas del mercado admiten perfeccionamientos:
Ferreiro aboga por regular la información financiera que los medios dan sin fuente

Explica que tan importante como combatir el uso de información privilegiada es prohibir la manipulación del mercado, que puede generarse por noticias que, por ejemplo, inflen el precio de alguna acción.

Victoria Reyes P.

Para el ex ministro de Economía y ex Superintendente de Valores y Seguros, Alejandro Ferreiro, la regulación de nuestro mercado financiero aún requiere varios perfeccionamientos. Para partir, insiste en la necesidad de regular la actividad de los medios de comunicación en el ámbito de la información sobre las acciones. Esta y otras ideas las expuso ante la comisión investigadora por el mercado de valores, y explicó que cuando los medios llegan a acuerdos para no citar la fuente -más comúnmente conocido como el "off the record"-, se generan noticias que pueden afectar el valor de una acción. Y agrega que en otras partes del mundo no hay información financiera respecto de un emisor que no tenga clara identificación de la fuente.

-Usted ha dicho que se requiere impedir las "distorsiones informativas" que producirían los medios de comunicación en los valores de las acciones. ¿A qué se refiere?

"Hay un riesgo que no se ha ponderado ni tratado, y que resulta de la difusión de noticias sobre un emisor de acciones o bonos, donde el medio en general no cita la fuente de la empresa. Esta fuente habla de las proyecciones de utilidades o planes de inversión. Esta práctica "off the record" es peligrosa, puesto que se puede manipular el mercado para el efecto que pudiese tener esa noticia entre los potenciales inversionistas. Hay que tener ojo; alguien puede hacer querer bajar el precio de una acción difundiendo un rumor negativo, particularmente si está en posición de venta corta. En consecuencia, el no revelar la fuente tratándose de emisores de tipo de oferta pública es una práctica riesgosa; por tanto, la recomendación y el estándar internacional en la materia apuntan a que toda citadora referencial al valor de una acción sea realizado citando expresamente la fuente. De hecho, en algunas partes del mundo hay responsables de la comunicación institucional de la empresa y ellos dan a conocer esa información".

-¿Por qué es tan importante para efectos de la transparencia en el mercado que la fuente hable con "nombre y apellido"?

"Pues de esa forma se puede controlar el riesgo de manipulación de mercado. Por ejemplo, si "una fuente de la empresa" dice que descubrieron una mina de oro bajo la compañía, al otro día nadie sabe quién lo dijo pues el periodista guarda la fuente, pero el valor de la acción sube mucho, y muchos se aprovechan de eso. Es una manipulación de mercado eventualmente impune. Pero es muy distinto decir que el gerente de finanzas lo dijo, ya que en ese caso el riesgo de manipulación de mercado disminuye y si hubo manipulación, la persecución del responsable se hace más fácil".

-Usted planteó estas ideas frente a la comisión investigadora creada a propósito de la compra del uno por ciento de LAN por parte del presidenciable Sebastián Piñera. ¿El impedir que los medios publiquen este tipo de información sin citar la fuente es tan importante como el regular el uso de información privilegiada?

"El uso de información privilegiada es una figura hermana a la manipulación de mercado, ya que en ambos casos se afecta la equidad en las transacciones de los valores, y se impacta la fe pública en el mercado de valores. Y el uso de información privilegiada es tan relevante como la manipulación de mercado -que tiene que ver con difusión falsa o tendenciosa-, entonces debería merecer la importancia y regulación debida. Yo digo que una de las prácticas que favorecen esta manipulación es difundir noticias sin citar la fuente".

-También propuso establecer un blackout o período obligatorio de abstinencia de compra o venta de acciones para aquellas personas que conforman el entorno de la empresa y que puedan tener información privilegiada. ¿Es igualmente importante?

"Dado que por definición se considera privilegiada la forma de regular la información de los estados financieros, simplemente hablo de prohibir la compra y venta a las personas que están en el entorno, el tiempo que media entre que se empiezan a conocer los antecedentes de los estados financieros hasta su divulgación al mercado. Eso nos evitaría muchos problemas, es una norma simple, clara y práctica. Pero alguien puede necesitar vender o querer comprar, y en ese caso se puede avisar 24 o 48 horas antes de su decisión para que el mercado lo sepa. En definitiva, creo que la regulación aún admite perfeccionamientos. En el caso de LAN, efectivamente hubo una diferencia en considerar que la información de los estados financieros era por definición información privilegiada. En ese sentido, respecto de mi práctica, hay una mirada distinta, pero en algunos casos en los que participé evaluamos que si esos estados financieros alteraban predicciones que el mercado tenía sobre el valor de una acción, sólo en ese caso consideramos que el haber obtenido esa información y el haber transado con ella constituía una ventaja indebida".

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martes, 29 de diciembre de 2009

La política en manos de los mercanchifles

La política en manos de los mercanchifles

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Roberto Meza
Periodista. Magíster en Comunicaciones y Educación PUC-Universidad Autónoma de Barcelona.

Uno de los axiomas básicos de la economía es que los recursos son escasos y las necesidades, infinitas. Eso lo saben por experiencia quienes diariamente deben optar por más pan o pagar la tarjeta BIP. Otro axioma de la democracia es que la conducen “las mayorías”, es decir, los candidatos que consiguen más votos.

En las sociedades democráticas y de mercado, sustentadas en la libre elección, tanto de productos como de autoridades, ambos axiomas dan como resultado una transfiguración de la política. Por lo general pierde el dirigente que conduce mediante promesas poco luminosas de país posible, y ganan quienes ofrecen lo que “la gente necesita”, pues en la brega entre los intereses particulares y nacionales, tienden a sobreponerse los primeros. Esto es natural, porque las personas evitan el dolor de la escasez y maximizan el agrado de la difícil abundancia.

Surgen así dos tipos de políticos. Unos deseables para el desarrollo nacional, aunque impopulares, que informan a sus pueblos sobre la realidad de los recursos sociales y proponen soluciones viables, para conseguir objetivos de largo plazo; otros, muy populares, que presentan soluciones para “todos los problemas, ahora”, aunque cuando gracias a sus promesas consiguen la guitarra, estén obligados a tocar al ritmo de la dura realidad de los recursos disponibles.

Chile ha asistido a ambos tipos de liderazgo: políticos responsables que, conocedores de la realidad y sus imposiciones, advierten desde la partida que las necesidades infinitas de los votantes no pueden resolverse de un plumazo y ofrecen un país menos glamoroso, pero posible y financiado, conduciendo a la gente racionalmente hacia sus objetivos. Otros, que utilizando las técnicas de manipulación de los mercados, sondean los deseos de sus electores y según lo que aquellos exigen, diseñan programas que “solucionan todo”, atrayendo así simpatías inexpertas. Pero una vez en el poder, parafraseando a Juan Pablo II, la realidad es más fuerte y el programa “a la medida” se deshace como la espuma.

Mientras la mercadotecnia siga siendo instrumento de la política, los sectores indocumentados tenderán a votar por los que hacen mejor uso de ella, creyendo aún, ingenuamente, que “todo es posible” y que los recursos estatales son infinitos.

Tras la desilusión, previsible, viene el descrédito y la desconfianza. Políticos buenos y malos se desprestigian y los electores, cuyos intereses personales no pudieron ser satisfechos, se alejan de la política y los políticos y terminan desvalorando la propia democracia. Se abren las puertas a “salvadores” de toda naturaleza que enarbolan un “nuevo orden” para barrer con la “política corrupta”. Vuelven los aplausos, pero a poco andar, el nuevo orden se enfrenta a la realidad y el “salvador” tampoco cumple. Se esperaría que la gente aprenda. Pero aquello es imposible, porque pocos líderes políticos se arriesgan a la verdad y la derrota. Entonces el país se corrompe: los recursos escasos se distribuyen discrecionalmente, con preferencia de “los nuestros”, y la política se transforma en campo de batalla.

Esa “corrupción” tiene como uno de sus principales detonantes a la mercadotecnia trasladada a la política. Los políticos ya no conducen hacia realidades posibles, sino mediante encuestas, sondeos y focus group que detectan lo que “la gente quiere” para ofrecerlo irresponsablemente a cambio de voto ignaro. La propuesta inteligente, coherente del dirigente responsable cae en descrédito, es desabrida y sin pimienta, porque “es apenas lo posible”.

Por eso nadie dice que habría que desconfiar de un candidato que ofrece más protección social junto a un alto crecimiento, porque aquel, en su fuero interno, sabe que con más gasto del Estado, el crecimiento del PIB será más lento: en efecto, los recursos finitos que van a proyectos sociales (impuestos e ingresos del Estado vía Codelco y otras empresas) tienen rentabilidad económica inferior a corto plazo a la que podría extraerle el sector privado. Se disminuye así el incremento del capital y del producto.

Nadie se atreve tampoco a decir que no se puede promover una estrategia exportadora y al mismo tiempo, generar un mayor consumo, puesto que un dólar alto y estable encarece las importaciones, disminuyendo el poder de compra interno, aunque, por cierto, asegura que las empresas exportadoras sigan creciendo y ofreciendo más y mejor empleo, haciendo crecer al país más rápido. Tampoco se dice que no se pueden gastar todos los recursos del cobre ahorrados en dólares, porque, al traerlos a Chile, o tendremos una caída del tipo de cambio, afectando a los exportadores o aumentaremos la inflación, incidiendo en el poder de compra.

Para que hablar de la negociación en Codelco. Los trabajadores de la empresa estatal (teóricamente de todos los chilenos) rechazaron un bono por $11.5 millones y un crédito por $3 millones. La cifra permitiría entregar, con cada uno de los bonos, 23 mil almuerzos a igual número de estudiantes de escasos recursos. Pero la mercadotecnia política nos recomienda decir que se puede y deben pagar esos bonos y al mismo tiempo mejorar las raciones de los estudiantes más pobres. También exhorta a aceptar exigencias sobre deudas históricas y, en fin, a “eliminar la pobreza” mediante bonos y subsidios (como si la pobreza fuera un problema de dinero).

Pero no importa. De lo que se trata es ganar la elección. Sólo que una vez en el poder, las promesas no se pueden cumplir, como ya lo han mostrado por años quienes han tomado la guitarra, reiterando el circuito de la desilusión. Chile, no obstante sus US$ 14 mil per cápita actuales, no solo tiene mala distribución del ingreso, sino una peor distribución del conocimiento. Sin conocimiento, los ciudadanos son víctimas fáciles del engaño, especialmente si se usan las técnicas de venta en política.

Mientras la mercadotecnia siga siendo instrumento de la política, los sectores indocumentados tenderán a votar por los que hacen mejor uso de ella, creyendo aún, ingenuamente, que “todo es posible” y que los recursos estatales son infinitos. No basta la evidencia de la virtual quiebra de varios municipios, de Cenabast, Conadi y otras reparticiones públicas; no basta el inicio de un nuevo período de déficits fiscales; ni la caída de la productividad y lento crecimiento de la economía. Las evidencias de que los recursos no alcanzan parecen invisibilizarse durante períodos electorales. Por eso siguen ganando la conducción del Estado quienes mejor “doran la píldora” y ofrecen más y más soluciones a las necesidades de la gente.

No nos debería extrañar, pues, que, tras las muchas decepciones producto del choque entre promesa y cumplimiento, a más de la mitad de los chilenos le importe un bledo la democracia y que sobre 3 millones de jóvenes no voten, ni estén inscritos en los registros electorales. Saben que, en lo fundamental, cada cual se rasca con sus propias uñas, lo que si bien es un paso en la dirección correcta, se ha dado a través del desprecio a la política y no gracias a una mayor conciencia ciudadana.

Por eso, mientras los mercadólogos definan las elecciones y los dirigentes políticos no retomen la verdadera vocación de servicio público, liderando ideas posibles, de modo coherente, informado y consistente, la desidia ciudadana continuará in crescendo. Los destinos del país, en tanto, seguirán en manos de buen número de políticos-mercanchifles que fundan su accionar en ese tradicional lema comercial de que “el cliente tiene la razón”. Así, nos aseguramos de mantener una democracia inmadura y que el desarrollo como meta del Bicentenario –no obstante el ingreso a la OCDE-, siga delante nuestro por muchos años más.

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miércoles, 27 de mayo de 2009

giordano bruno y la magia financiera

¿Quo vadis crisis?

Por Alexander Schubert*

A lo largo del mundo, los gobiernos están tratando de contrarrestar la crisis económica mediante el intervencionismo estatal. Lo mismo sucedió después de la Gran Depresión del siglo pasado. Pero ahora lo hacen desde un nivel de participación en el producto interno (PIB) muchísimo más alto, y después de una acumulación de deudas incomparablemente mayor. Ahora se trata no sólo de compensar la pérdida de empleo e ingresos del sector privado. Se trata también y primordialmente de rescatar el valor de la riqueza acumulada en el sistema financiero durante los últimos decenios. Cual serpiente hambrienta, es casi seguro que los Estados se atoren en el intento.

Las actuales estrategias anticrisis están dirigidas fundamentalmente a compensar mediante recursos y crédito público la desvalorización de los activos financieros. Supuestamente, para parar la caída o paralización de la actividad económica y del comercio mundial, es primordial salvar las empresas financieras (bancos, seguros, fondos). Estas están amenazadas de colapsar por la caída de los precios de los papeles que constituyen sus activos. De materializarse la amenaza, se contraería el crédito de forma casi absoluta. Dado el alto nivel de financialización de la economía, ello significaría una pérdida casi completa del capital de la mayoría de empresas no sólo financieras, sino productivas y de servicios. El capitalismo se quedaría sin una buena parte no sólo de su crédito, sino de su capital. El nivel de actividad económica tendría que bajar a niveles muy inferiores a los actuales.

Aunque ya antes se sabía, lo que ha quedado demostrado por la actual crisis es la importancia que adquirieron en los decenios pasados los símbolos de valores supuestamente reales, pero de hecho inexistentes, como acciones, bonos y otros instrumentos de renta fija o variable. El valor de estos símbolos se confundió con su precio. Cuando este subía, todo el mundo pareció enriquecerse, y el crédito se ofrecía cual prostituta a los dueños de la nueva riqueza. Cuando bajaba, no importaba, porque como en el cuento de Ricitos de Oro la economía tendería al equilibrio. Cada vez más capital y ahorros privados buscaron hacer ganancias en el comercio de estos papeles. El correlato fue un aumento espectacular del bienestar financiado con deudas. Ahora la mayor parte de esos papeles no vale nada, porque no se puede esperar flujos financieros futuros basados en ellos. Los osos se comieron a Ricitos.

Desesperadamente se busca, por eso, sustituir los mecanismos del mercado incapaces de fijarle precio a esta riqueza imaginada por resoluciones administrativas supuestamente capaces de hacerlo. Para ello incluso se han cambiado las leyes y reglamentos de valoración de activos financieros. Además, se están ampliando los balances de los bancos centrales, sin respaldo legal alguno y totalmente al contrario de la ideología prevaleciente hasta hace no poco. También se están comprando acciones y bonos de empresas a precios artificiales, con grandes pérdidas para los Estados.

Esta situación crea un grave dilema no sólo económico, sino social y político. ¿Qué papeles comprar y cuáles no? ¿Cómo financiar esta compra? ¿Cómo administrar los bienes que se van adquiriendo? La legitimidad de los Estados se juega en este asunto. Es completamente ilusorio comprarlos todos, porque su valor nominal excede en varias veces el PIB mundial. Para adquirir estos papeles, los Estados deben poner en circulación los suyos. Es decir, deben aumentar su propia deuda. Ella está subiendo de manera explosiva. Los agentes estatales deben integrarse a directorios de empresas privadas semi o totalmente socializadas. Nadie sabe qué harán allí y es poco probable que algún Parlamento llegue algún día a saberlo. Veremos cómo la Justicia resuelve las decenas de litigios que habrán de producirse. Lo más probable es que colapse totalmente.

Mucha de la riqueza imaginaria creada en los últimos decenios está definitivamente perdida. Y la riqueza que actualmente se está invirtiendo en bonos estatales también. Los respectivos papeles van a desaparecer del mercado. Las pérdidas para empresas y hogares serán enormes. La destrucción de capital y ahorros de los hogares sacará de circulación un buena parte de la demanda que ha sostenido el crecimiento económico mundial en los años recientes. Será necesario reajustar todo el aparato productivo a una demanda menor. Tanto el empleo como los ingresos disminuirán por un largo período. El comercio mundial disminuirá drásticamente y con ello la estructura productiva basada en él sufrirá las consecuencias. El andamiaje del derecho internacional creado para facilitarlo ya está sufriendo agudas grietas.

Va quedando así cada vez más en evidencia que un modelo de acumulación en el que la producción de riqueza está íntimamente asociada a la producción de las deudas y profundos desequilibrios económicos, puede funcionar un cierto tiempo, pero no eternamente. El error de creer lo último lo han cometido muchos, desde Max Weber hasta teóricos contemporáneos de menor monta, para qué hablar de los operadores de este sistema, que sí hicieron su pingüe negocio con todo esto.

El intento del capitalismo por crear nuevas formas de riqueza ha terminado en un rotundo fracaso. Y habrá que esperar largamente hasta que se le ocurra algo nuevo. En el entretanto, las luchas al interior de las sociedades por asegurar lo que se creía alcanzado, necesariamente se agudizarán. Estados quebrados financieramente no son garantía de estabilidad. Habrá que despedirse de todos los conceptos de "gobernanza" tan en boga hasta hace poco. Bajo estas condiciones, esperar una pronta recomposición del capitalismo en crisis, es una ilusión. Antes habrá de destruirse su propio mito.

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