sábado, 26 de septiembre de 2009


La obra de Ignacio Gómez de Liaño, elaborada a lo largo de más de treinta años, es sin duda alguna, una filosofía singular que concibe la tarea del filósofo como un conocimiento de orden práctico que; debe llevar a una transformación de la visión del mundo y a una metamorfosis de la personalidad. Esta filosofía práctica tiene como interlocutor principal a Giordano Bruno, hallando en su obra mnemónica el punto de partida para un largo viaje que le ha llevado a transitar por las viejas y casi perdidas rutas del arte de la memoria, en las que confluyen las culturas de Oriente y Occidente. Para Gómez de Liaño el arte de la memoria es un modelo de filosofía práctica que a lo largo de los siglos, de Simónides de Ceos a Giordano Bruno y de los diagramas gnósticos a los mandalas budistas, ha puesto de manifiesto que las imágenes y sus correspondientes visualizaciones pueden servir a la autoformación humana ampliando de este modo el papel que la filosofía ha otorgado al concepto en detrimento de otro tipo de nociones asociadas a la imaginación: personificaciones, alegorías, simbolismos. De este modo su obra despliega en dos vertientes, una propuesta unitaria que debe converger en un humanismo, cuyos fundamentos sirvan de anclaje a una filosofía futura. Por un lado está la "genealogía del arte de la memoria," que despliega histórica y conceptualmente las diferentes variaciones que ha adoptado esta técnica de confeccionar imágenes asociadas a determinados lugares. Desde la Antigüedad a la Modernidad la reconstrucción de ese itinerario se convierte en un viaje apasionante en el que la filosofía, las religiones, y el arte confluyen. Por otro lado se encuentran los "fundamentos filosóficos", derivados de la genealogía, en el que se despliegan la categorías del conocimiento establecidas por el autor (la realidad como expresión de qualia y quanta, el pensar como sentir-entender, el Yo como nexo de objetos y estados,el hombre locativo...), dando lugar a una epistemología y a una ontología en la que se unifican los distintos aspectos del ser humano

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lunes, 8 de diciembre de 2008


El profesor ha dedicado los últimos años a estudiar un proceso que identifica como de “transculturación” entre Oriente y Occidente. Se centra en el arte por razones estéticas y epistémicas: el arte (ya lo señaló Baudelaire) un núcleo de sensibilidad histórica. El círculo de la sabiduría, su obra monumental, resulta también de una amabilidad serena. Eleva como poesía y atrapa como una novela policial; hay un aliento como de “sophia-detectivesca” en un investigador erudito que narra el descubrimiento de una afinidad cultural imprevista.

En una posición disonante respecto a las visiones de moda sobre el hecho transcultural intercivilizatorio, Gómez de Liaño califica de “vaga” y “difusa”, en gran medida “conjetural”, la influencia del budismo en Occidente; sin embargo, cree radical la que el helenismo ha tenido sobre la India en arte, arquitectura, astronomía, lógica, medicina, literatura, teatro. Y argumenta su posición de manera bastante hábil: se basa precisamente en estudios de importantes eruditos hindúes actuales. Hace unos años dijo al respecto a la revista Letra internacional (No.50-1997): “…los mandalas budistas se basan en los diagramas gnósticos o maniqueos, lo que, en mi opinión, se debe a que ignoran que el ideario de estos grupos se formulaba, al igual que el de los mantrayanistas, en forma de diagrama”.

Con esta orientación argumentativa enriquece la visión de Grecia al resaltar que no sólo trataron de avanzar en el desarrollo del pensamiento lógico, sino también en el “pensamiento memorístico”, “representativo” o, quizás mejor, “gráfico”; que no se reduce, como suele decirse, a auxiliar de la lógica. Todos los racionalistas clásicos consideraron que el pensamiento tiene una importante base metafórica y que el ejercicio de la razón no es independiente de la creencia en los mitos. Cita como fuente necesaria el Ars memoriae del poeta Simónides de Ceos y a los pitagóricos. Al respecto concluye: “En el siglo VI a.c. se inician, pues, dos vías (la una estrictamente filosófica y la otra psico-experimental) que acabaran confluyendo en los diagramas del gnosticismo, a través del eslabón intermedio de los misterios occidentales de Mitra”.

El profesor Gómez de Liaño me entregó su libro La mentira social que poseía una virtud compuesta: asumía los problemas políticos y morales que caracterizan al “intelectual clásico” y, por otra parte, se situaba en la vanguardia en cuanto a expresión literaria, metodología y referencia filosófica.

Fue el 2 de noviembre de ese intenso año que para mí fue el 1997 que lo visité en su casa del viejo Madrid. Todo allí era paciencia, sencillez y sabiduría. Habían libros y símbolos por todas partes. Fue muy sincero y aseguró que en el campo de la investigación social la cuestión no es tanto saber las cosas como atreverse a decirlas.

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miércoles, 3 de diciembre de 2008


La obra de Ignacio Gómez de Liaño, elaborada a lo largo de más de treinta años, es sin duda alguna, una filosofía singular que concibe la tarea del filósofo como un conocimiento de orden práctico que; debe llevar a una transformación de la visión del mundo y a una metamorfosis de la personalidad.

Esta filosofía práctica tiene como interlocutor principal a Giordano Bruno, hallando en su obra mnemónica el punto de partida para un largo viaje que le ha llevado a transitar por las viejas y casi perdidas rutas del arte de la memoria, en las que confluyen las culturas de Oriente y Occidente.

Para Gómez de Liaño el arte de la memoria es un modelo de filosofía práctica que a lo largo de los siglos, de Simónides de Ceos a Giordano Bruno y de los diagramas gnósticos a los mandalas budistas, ha puesto de manifiesto que las imágenes y sus correspondientes visualizaciones pueden servir a la autoformación humana ampliando de este modo el papel que la filosofía ha otorgado al concepto en detrimento de otro tipo de nociones asociadas a la imaginación: personificaciones, alegorías, simbolismos.

De este modo su obra despliega en dos vertientes, una propuesta unitaria que debe converger en un humanismo, cuyos fundamentos sirvan de anclaje a una filosofía futura.

Por un lado está la "genealogía del arte de la memoria," que despliega histórica y conceptualmente las diferentes variaciones que ha adoptado esta técnica de confeccionar imágenes asociadas a determinados lugares.

Desde la Antigüedad a la Modernidad la reconstrucción de ese itinerario se convierte en un viaje apasionante en el que la filosofía, las religiones, y el arte confluyen.

Por otro lado se encuentran los "fundamentos filosóficos", derivados de la genealogía, en el que se despliegan la categorías del conocimiento establecidas por el autor (la realidad como expresión de qualia y quanta, el pensar como sentir-entender, el Yo como nexo de objetos y estados,el hombre locativo...), dando lugar a una epistemología y a una ontología en la que se unifican los distintos aspectos del ser humano

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jueves, 26 de junio de 2008

extraido de http://auladefilosofia.blogspot.com


lgnacio Gómez de Liaño
(Madrid, 1946) es profesor de Estética en la Universidad Complutense de Madrid. Buen conocedor del gnosticismo y de las relaciones entre el pensamiento oriental y occidental.

Dedica su artículo a El jardín de las delicias, también titulado Variedad del Mundo o tríptico de la Creación. Habitualmente se interpreta El jardín de las delicias siguiendo la misma secuencia causal que presenta el Carro de Heno. Sin embargo esta es una obra mucho más compleja y esquiva. La interpretación habitual (Gombrich) sugiere que la lujuria del panel central es la propia de este mundo y causa de que la humanidad termine en el infierno. Este punto de vista tiene muchos argumentos en contra.

Liaño cree que El Bosco representa en el panel central la vida paradisíaca de un hombre ideal, arquetípico, creado a imagen y semejanza de dios. Las fuentes en las que se inspira El Bosco son la Edad de oro de Ovidio, La ciudad de Dios de San Agustín y las llanuras de Platón en el mito de Er.

Es el mundo que pudo haber sido si no lo hubiésemos estropeado con el pecado original.

Un argumento poderoso contra la interpretación que hace del panel central un reflejo de este mundo pecaminoso es su sexualidad fría, distante y experimental. Según Gómez de Liaño dicha visión del paraíso la tomó el Bosco de un curiosísimo texto de La ciudad de Dios de San Agustín en el que este afirma que el hombre adánico era capaz de mover sus genitales a voluntad y sólo ponía en marcha sus capacidades para la procreación, nunca para el deleite.
En el paraíso el hombre arrojaría el semen-y la mujer lo recibiría cuando fuera preciso y en la cantidad conveniente, siendo los órganos de la generación movidos por la voluntad, no excitados por la lujuria. [...] La abundancia de alimentos le libraba del hambre, y la de bebidas, de la sed, y el árbol de la vida le defendía contra la vejez. [...] Su carne gozaba de perfecta salud, y su alma, de tranquilidad absoluta. Como en el paraíso era desconocido el frío y el calor, así en su morador era desconocido el | pinchazo dado a la buena voluntad por el deseo o por el temor. No había allí ni tristezas ni vanas alegrías. [...] Dios nos libre de creer que en tal facilidad de mandatos y en tamaña felicidad los hombres no podrían engendrar sin el morbo de la lujuria. Esos miembros, como los demás, se moverían al arbitrio de la voluntad, y el marido se hundiría en el regazo de la esposa con tranquilidad de ánimo, sin el estímulo del ardor libidinoso y sin la corrupción de la integridad personal (San Agustín, La ciudad de Dios, Libro XIV, capítulos XXIV, y XXVI).

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extraído de http://auladefilosofia.blogspot.com

Ignacio Gómez de Liaño: Breviario de filosofía práctica


Ignacio Gómez de Liaño: Breviario de filosofía práctica. Madrid: Siruela, 2005.

Este libro se compone de dos conferencias en las que Liaño expone resumidamente lo esencial de su trayectoria filosófica.

La primera de ellas, titulada Composición musical de la persona, es un compendio de dos libros anteriores, Iluminaciones filosóficas (2001) y Sobre el fundamento (2002). Según Liaño la tarea de la filosofía es indagar qué significa ser persona y qué podemos hacer para modelarnos del mejor modo posible.

La segunda conferencia, titulada Diagramas para el conocimiento y la formación del yo es complemento de la anterior. Hace un recorrido por los diferentes diagramas mnemónicos que, para modelar al ser humano, han sido propuestos por gnósticos, budistas y Giordano Bruno. Su repercusión actual puede observarse en el Teatro-Museo de Dalí en Figueras o en psicoterapias de tipo jungiano. Las investigaciones que subyacen a este breve texto pueden encontrarse en sus trabajos sobre Bruno, Mundo, magia y memoria (1973) y El idioma de la imaginación (1983), y en las más de dos mil doscientas páginas que componen El círculo de la sabiduría (1998) y Filósofos griegos, videntes judíos (2000).

He tenido noticia reciente de Gómez de Liaño a través de un interesante artículo sobre El jardín de las delicias incluido en el volumen dedicado a El Bosco por la Fundación Amigos del Museo del Prado. Liaño asimila el misterioso panel central a uno de esos diagramas simbólicos gnósticos a cuya investigación ha dedicado más de veinte años. Considerando que era uno de los mejores artículos del libro decidí conocer un poco más en profundidad su pensamiento. La obra recomendada como introducción es este Breviario de filosofía práctica.

En Composición musical de la persona, la primera conferencia, Liaño dedica las primeras ochenta páginas a exponer una metafísica en la que podemos observar fuertes influencias de Ortega y Nietzsche:

"Yo soy yo y mis circunstancias", el papel decisivo del cuerpo y la sensibilidad, la muerte del yo... Nada extraño y todo en un lenguaje asequible.

El resto de la conferencia está dedicado a la parte más personal de su filosofía.


Es una filosofía práctica, es decir, busca ofrecer modelos para que la persona se autoconstruya del modo más armónico posible.

Las grandes religiones ofrecen a sus fieles relatos en los que inspirarse para modelar su carácter y tomar decisiones. Así, la antigua Grecía ofrecía los modelos de Aquiles (valiente, orgulloso, vengativo) y Ulises (cauto, escéptico, perseverante), y el judaísmo configura su identidad a partir de los protagonistas del A. T. (el sentimiento de culpa, Adán, la paciencia, Job, y una fe a prueba de bombas, Noé o Abraham). El gnosticismo y, más tarde, Giordano Bruno, intentaron ofrecer diagramas mnemónicos repletos de historias de personajes arquetípicos que permitieran al individuo armonizar la compleja multiplicidad del yo. Liaño termina la conferencia exponiendo el significado aproximado de un diagrama de Bruno.

En la segunda conferencia, Diagramas para el conocimiento y la formación del yo, Liaño cuenta cómo descubrió e informó a Dalí de la relación existente entre los diagramas de Bruno que había investigado en los setenta y el Teatro Museo de Figueras. Liaño dedicó los veinte años siguientes al estudio de los diagramas mnemónicos gnósticos (setiano-barbelognóstico, valentiniano, maniqueo) y los mandalas del budismo tántrico. Afirma que, sorprendentemente, los diagramas budistas tienen un claro origen gnóstico.

Dice Liaño que no es suficiente con conocer superficialmente estos diagramas, sino que es necesario practicar mucho para hacerse una idea cabal de su utilidad. Del mismo modo que no tenemos ni idea de lo que es capaz un piano hasta que le dedicamos abundantes horas de práctica, tampoco somos capaces de comprender la utilidad de un diagrama mnemónico sin habernos ejercitado antes con él. Pues esto mismo es lo que le ocurre al propio libro: a partir de la información que ofrece no soy capaz de entrever de ningún modo las enormes posibilidades soteriológicas de los diagramas mnemónicos.

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martes, 24 de junio de 2008

SACADO DE SOYLEYENDO.COM
Ignacio Gómez de Liaño
11 Jun 2008 02:23:52 pm


Alienta en Ignacio Gómez de Liaño el propósito de escribir el libro biblia-enciclopedia, con lo que acierta en su libro EXTRAVÍOS (Siruela, 2007), en el que todos los géneros literarios, y las diferentes ramas del saber, aparecen novelados, es decir narrados, temporizados y revitalizados.

Ahora que la poesía actual ha desnudado sus ramas, y que en ella es invierno, en esta obra crece la metáfora como en una bordura inglesa; la metáfora como ejemplo práctico, igual que en la filosofía oriental.

Hay una periodificación en la obra de Ignacio Gómez de Liaño, tal como aparece en sus diarios sobre Dalí, pues uno de los empeños de aquel es desarrollar el pensamiento de éste, para demostrar que el segundo no es solamente ocurrente sino también muy inteligente, y que su aportación se hallaría dentro de la “filosofía práctica” de la memoria, después de las de Bruno y Camillo cronologicamente, a cuyas orillas también aporta su rico limo la propia de I. Gomez de Liaño, acuñándola de una manera definitiva.

El mundo, las cosas del mundo son las que fundarían el yo, como perspectiva de aquellas que serían el centro de su atención; y así la memoria es la adherencia que llevan las cosas, su aureola; y por eso la memoria sería condición de pensamiento en su acepción kantiana.

Ocupó el lugar que dejo Alfredo Deaño, junto a Paulino Garagorri: para aquel, en su inspiradísima obra, INTRODUCCIÓN A LA LÓGICA FORMAL, el lugar desnudo de las variables que pueden cambiar de contenido, y la coherencia de las conectivas, pueden crear un teatro de la conciencia. En todo caso en la obra de G. de Liaño, se utiliza la doble negación, pues demuestra el FUNDAMENTO con la doble negacion lógica: si nada tiene fundamento entonces tampoco es válido argüir “que nada que tenga fundamento tenga fundamento“. Así que tampoco se aparta de la verdad lógica. Por eso el teatro de la memoría y el teatro de la conciencia no son en la obra de Ignacio Gómez de Liaño entidades contradictorias sino paradójicas.

En Ignacio Gómez de Liaño el lenguaje es como un fondo de armario, o como un ropero.

Hablar es vestirse, y vestirse entrar en un mundo, no solamente ponerse un traje.

Hay un lujo antiguo, como en la obra de Rafael Cansinos Assens.

Su filosofía , la de Gómez de Liaño, es filosofía del desinterés.

No es el genio alegre desbordante de vitalidad, el genio que nace del pueblo, sino martir romántico, como todo artista que nace de la burguesía,como el San Sebastián, pero convertido en deportista convaleciente, como en el “San Sebastían” de Dali. En fina ironía.

La burguesía ilustrada tiene “buena conciencia“. Aporta la idea del mérito individual, la meritocracia; así que se aparta del feudalismo que se apoya en la idea de privilegio heredado. Lo curioso es que ambas sensibilidades, tan enfadadas, desde hace dos siglos cohabitan en el mismo espacio político. Ignacio pone su espada entre ambas, como en los lechos de los antiguos amantes. Mejor que la frustrada revolución burguesa, de carácter esencialmente cultural, vuelva a recuperar los ardores de una virgen.

Filosofía del desinterés frente al materialismo dialéctico. Al introducir la incertidumbre en cuanto a la cantidad y grado de fundamento de las cosas.

Lujo antiguo, sol antiguo.

La literatura de I. G. L. está estructurada por círculos concéntricos al modo de una ciudad europea como lo es Riga, a título de ejemplo: hay huellas de la educación sentimental, de la escuela del buen gusto y del sensualismo espiritualista en la arquitectura modernista, y de un cierto encanto en la industrial, pero también hermetismo de algunas tradiciones milenarias en su casco antiguo, en los barrios judíos; y además monumentalismo, filosofía del estado, y axiomas y fórmulas matemáticas del arte actual, conjuntos vacíos. Tiene aspectos de ciudad parlante. Es decir que es una literatura no solamente para ser leída, sino también para ser habitada.

El orientalismo, también aquí presente,es una esponja, y la aspiración a la liberación a través del conocimiento; pero no hay renuncia al deseo, sólo determinación a no dejarse esclavizar por él.
Por otra parte, la búsqueda de la diversidad y de los matices es en esta obra una forma de libertad.

La estética supera aquí a la ética en honestidad, y no sería como la primera anterior a la ontología según Levinas, sino posterior.

La obra de Ignacio Gómez de Liaño es como una biblioteca, compuesta por libros interesantísimos y las lecturas atentas y personales hechas de los mismos. Da la idea de la lectura inspirada, también como obra de creación. La “novela de lectura” además es una aportación novedosa de Gómez de Liaño. Biblioteca parlante, facistol andante tirado por una misteriosa caballería, como una rueda, o dos…, del teatro de la memoria.

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martes, 29 de abril de 2008



Prodigio/milagro de las representaciones. Imposible demonizar al otro en el gran loto central.
Tal vez idéntico a un gran mantel damasceno circular de lino blanco y tejido en oro, gran ostia solar, gran cero integrador mandálico, perfecto en sus desarrollos numéricos. Como cierra Liaño,
con guiño de Mircea Eliade, "la misión y el poder de las Imágenes es hacer ver todo cuanto permanece refractario al concepto"

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Marcos el Mago, que en el siglo II había elaborado un diagrama numérico; y del que se conocen
algunas fonaciones siríacas mágicas de su sistema, que en relación con números y figuras podrían
permitir hasta estereofonizar un mandala, si se pudiera decir así, al circunambularlo. Los gnósticos

habían sistematizado fonaciones mágicas y en la magia greco-egipcia había fonaciones al hilo de
imágenes diagramáticas. Y es en el proceso de visualización en donde Nociones e Imágenes, la
Lógica (números) y la Simbólica (lugares), danzan y se combinan en imágenes travestidas una vez

más, hasta el buda central sobre la flor de loto, vulva/coño o padma tántrica o la maza significante

de la pureza de cuerpo, palabra y mente, o el sol en su hora nona como halcón, "y su nombre es
Feus phouth, el loto que ha nacido de la profundidad" .

Pero sabiendo que las
representaciones también pueden significar un hechizo fatal para el filósofo/estudioso,
místico/monje o qué.

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La suspensión del juicio --epojé-- aflora en la vacuidad --sunyata--, y la ataraxia --impasibilidad,
beatitud-- en el nirvana. Y estalla en el tantra de Kalachakra, en el que las Deidades Apacibles y
Sostenedoras del Conocimiento y las Deidades Terroríficas son sólo aspectos del uno del otro, y la
luz y la tiniebla una misma cosa, el terror un aspecto de la paz y la paz un aspecto del terror. "El
centro mismo de la Mente es el Gozo

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jueves, 24 de abril de 2008

Gómez de Liaño mantiene viva la vocación peleona en su última obra

Si la obra de un autor fuera un territorio, la de Ignacio Gómez de Liaño tendría lugares con nombres como Oriente, cifra, espíritu, psicodelia, comuna, cuerpo, andrógino, Apocalipsis. Espacios diversos para una obra muy vasta ya. En el centro, y presidiéndolo todo, la imaginación.

Es un juego, claro, porque los lugares también podrían llamarse Occidente, ciencia, provocación, Eros, el binomio sentir-entender, Dios. Y podría hablarse también de memoria en vez de imaginación ("son facultades que tienen mucho en común: una hacia el futuro; la otra, hacia el pasado", dice el escritor y filósofo). "La imaginación ha sido el gran tema de toda mi obra", explica. "No sólo como una facultad esencial para la creación artística literaria, sino como algo imprescindible para la formación personal y los movimientos sociales, para conservar la salud psicológica".

Hipatia, Bruno, Villamediana (Siruela), la última entrega de este pensador atípico y heterodoxo, reúne tres piezas dramáticas. Las recorre un hilo conductor: tratan de pensadores que se enfrentaron a unos poderes que pretendían reinar sobre las conciencias de su tiempo, y lo pagaron. Hipatia, matemática y astrónoma y directora de una academia de filosofía en Alejandría, fue linchada el año 415 por unos fanáticos cristianos. Giordano Bruno, el fraile que recorrió Europa defendiendo la filosofía natural, fue quemado en 1600 en Roma por hereje. Juan de Lassis, conde de Villamediana, molestó por su libertad de espíritu a la rígida corte de Felipe IV y fue asesinado en la calle Mayor de Madrid en 1622, con la complicidad del conde-duque de Olivares.

El interés de Gómez de Liaño por la imaginación lo ha llevado a recorrer un montón de caminos para explorar su inagotable riqueza: la investigación filosófica, la elaboración de su propia filosofía y la creación literaria (novelas, poemas, textos dramáticos). "Junto a la imaginación, he dado mucha importancia a las ficciones. Pero no como productos literarios ajenos, sino como parte esencial de la vida".

"Mantengo viva la llama de la experimentación", dice. Y una vocación peleona que demuestra al hablar sobre Hipatia, una de las piezas de su último libro: "La intolerancia de los cristianos que la asesinaron tiene mucho que ver con el fundamentalismo islámico de ahora". Él se coloca siempre del lado de los provocadores. Como Bruno y Villamediana, espíritus libres perseguidos por la mediocridad dogmática.

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domingo, 20 de abril de 2008

La construcción del templo de Jerusalén proyectada por el rey David es, ciertamente, la solución para centralizar el pensamiento religioso pero es, al mismo tiempo, el origen de nuevos problemas y la canalización de una forma de espiritualidad y religiosidad que encuentra en el tempo, a partir de ahora, el mayor punto de referencia para expresar y manifestar la fe de los creyentes. Con razón interpreta Liaño que con la construcción del templo de Jerusalén el pueblo hebreo da un salto de gigante y pasa de adorar a Dios en un espacio abierto -léase la tienda del encuentro, el arca de la Alianza, el ara de los sacrificios,...- a construir una casa para Dios como escenario al que debe acudir todo israelita en los momentos más importantes de las festividades cultuales.

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EL arte de la memoria como la capacidad del intelecto que permite al ser humano poder discernir entre el bien y el mal, lo positivo y lo negativo, lo constructivo y lo destructivo y todas las categorías de contrarios que se puedan imaginar. Desde este punto de vista el autor considera especialmente significativas las categorías visuales -las visualizaciones- que producen visiones. Desde este apartado el autor cree sumamente importante establecer una división de referencias visuales que han configurado la cultura y el pensamiento occidental: por un lado estarían las visualizaciones griegas de carácter más pragmáticas que afectarían a la dimensión doctrinal y educativa y por otro lado las visiones judías directamente relacionadas con la mística de la contemplación de lo divino y de todo lo relacionado con los elementos que superan la comprensión de las categorías humanas.
La razón, el intelecto, el desarrollo de la capacidad de pensar con rigor serían los elementos que configurarían un extremo de la concepción filosófica de la cultura griega que encontraría en el otro extremo la necesidad de experiencias imaginarias, de la fantasía y de la videncia en estado puro la otra fórmula para encontrar el equilibrio sobre el que asentar los presupuestos conceptuales de una forma de ser y de pensar nuevas. El descubrimiento de la ciencia como parte del pensamiento en la cultura griega fue -y es- el momento más importante en donde el ser humano puso las bases para que tras ellos surgieran las ciencias, las letras, las artes y todas las concepciones filosóficas que llevaron al nacimiento de la sociedad. No olvidemos que para muchos la filosofía es la madre de todas las ciencias. El equilibrio de la razón a la luz de una y otra concepción es, para el autor, el resultado -reflejado en la actualidad- en las nuevas categorías de pensar y de ver la realidad.

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sábado, 19 de abril de 2008

La acción, primero en su versión próxima al happening, después en su vertiente del poema-acción, y finalmente con la fórmula de la performance, se da en los setenta de una forma moderada, más bién episódica, frente al tremendo desarrollo de los años noventa, aparte de la actividad zaj (especialmente la de Ester Ferrer). A comienzos de la década, el artista norteamericano Alain Arias-Misson introduce a Ignacio Gómez de Liaño, y a un grupo de artistas que solían trabajar con él (Almodóvar (el cineasta), Fernando Huici, Herminio Molero etc...en la práctica del "teatro de calle" bajo la denominación de poesía pública. Dos trabajos recientes historian la "acción" en sus distintas vertientes: la conceptual, la poética, la musical, el body art, etc...Los dos son complementarios, tanto por sus distintas ópticas como por los autores que citan.

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miércoles, 16 de abril de 2008

Agudamente decía Flaubert que "el alma de los dioses está unida a sus imágenes". Bruno piensa que mediante los jeroglíficos de sus artes de la memoria está reinstaurando la religión "egipcia" del mundo y la mente, que le era conocida por los tratados atribuidos a Hermes Trismegistos, los diálogos de Plutarco y los escritos de los filósofos neoplatónicos.

Llama la atención e! parecido de los sellos de Bruno y los diagramas de la espiritualidad gnóstica de los siglos II y III. Debido a su formación como dominico, Bruno pudo conocer estos últimos a través de los Padres de la Iglesia (Ireneo, Clemente de Alejandria, Orígenes, Epifanio).

Sobre la base de los cosmogramas y de la numerología pitagórica, los diagramas gnósticos y los sellos brunianos constan de compartimentos numerados donde -como se ve también en los mandalas del budismo tántrico- se alojan figuras simbólicas.

Lo que en esos diagramas y sellos se ofrece es un peculiar itinerario del espíritu, comparable a la Subida del Monte Carmelo de San Juan de la Cruz, Las Moradas de Santa Teresa o el Vía Crucis de la devoción popular católica. En todos esos casos, los loci y sus respectivas imagines agentes sirven para activar procesos de identificación y proyección empática.

Ahora bien, frente al dualismo ontológico de gnósticos y maniqueos, Bruno se mantuvo firme en el monismo de las tradiciones neoplatónico-estoica y cristiana.

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La íntima conexión de imagen mental y condicionamiento de la voluntad

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"El hecho más visible de nuestro tiempo es, sin duda, la omnipresencia de las imágenes"

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En más de un aspecto, se le puede ver a Giordano Bruno como precursor del análisis psicológico, particularmente del preconizado por C. G. Jung y, en general, de las indagaciones de cuantos han tratado de desenterrar ese idioma del alma que consiste en imágenes mentales -con los afectos asociados a las mismas- y en redes de itinerarios trasconscientes.

Con sus artes de la memoria Bruno ofrece ese método riguroso: mediante la morfología de las imágenes, la sintaxis de los diagramas-itinerarios, la semántica de las figuras simbólicas -o abstracciones personificadas- y la prosodia de los afectos, el filósofo napolitano desarrolla una compleja y bien trabada metodología de la vida interior.

"La imagen no puede nacer de una comparación, sino de un acercamiento de dos realidades más o menos lejanas. Cuanto más lejanas y justas sean las dos realidades objeto de la aproximación, más fuerte será la imagen, más fuerza emotiva y más realidad poética tendrá". Observaciones análogas las hará Salvador Dalí, quien exacerba el impulso romántico al proclamar la convertibilidad omnidireccional -tan bruniana- de los signos perceptibles de la realidad y al querer hacer de la vida una obra de arte., ignacio gómez de liaño

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miércoles, 9 de abril de 2008


El hombre es una composición «polifónica» en la que los conceptos y los razonamientos cantan al unísono con las figuras y los lugares donde éstas moran

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El punto de partida está en los objetos y los estados. Los primeros son los términos del sentir-entender; los segundos lo son del sentirse-afectado. El sentir-entender sólo se puede aprehender a través de los objetos. Éstos y, sobre todo, los estados tienen identidades vagas si se las compara con las más exactas de los objetos de naturaleza matemática y lógica. Globalmente, el mundo es visto como una gigantesca arquitectura o composición de objetos. Los estados hacen referencia al «alma», cuya expresión más directa es la «carne».

Tras explorar las condiciones ontológicas de los objetos (entre otras el espacio y el tiempo) y de los estados (el placer/dolor, el deseo, la necesidad), y las «composiciones pasionales» que forman el tapiz de la vida anímica, el autor examina el pensamiento en sus modos de imaginación y memoria, y en los de entendimiento y razón. Luego estudia constituyentes esenciales de la persona como el «juego simbólico» basado en la imitación o representación, que pone las bases a los procesos de personalización y socialización; el lenguaje, formado esencialmente por nombres de cosas y nexos entre los nombres; y las dos formas principales del discurso, la lógica, que se basa en el principio de identidad objetiva, y la poética, que se funda, parcialmente, en ese principio y, más particularmente, en el de metamorfosis afectiva, a causa de la acción modificadora que ejerce el afecto sobre la percepción de los objetos.

El yo se destaca en el mundo como un «nexo o supernexo sentiente de estados y objetos» desde un punto del espacio y el tiempo marcado por el cuerpo. De ahí que la personalidad consista, como construcción del yo que es, en formaciones o composiciones arquitectónico-musicales de objetos y estados, sobre los que se puede actuar con metodologías propias de una filosofía refundada. En Sobre el fundamento, Liaño insiste en la cuestión de las relaciones entre unidad y multiplicidad, verdad e ilusión, y concluye que la mejor fundamentación de la persona es la que armoniza las disonancias más extremas y lleva al reposo -a un reposo dinámico- los opuestos.

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domingo, 30 de marzo de 2008


Nota al pie extraída del libro “Mundo, Magia, Memoria” , que resume a la perfección la voluntad de transformación, que aquí denomina “reescritura” o “reinvención” a la que nos referimos:

Los vínculos hacen copular el Poder y la Acción del universo, disuelven la finitud de las “cosas”, sacan de sus cuajos las fronteras establecidas, y, con frenesí suspendido de la Distracción Absoluta, dan nuevos rostros al universo, proyectan nuevos coágulos de lenguaje desde donde vivir de otra manera el mundo. ¿Transformar el mundo, cambiarlo? No es eso. De lo que se trata es de reescribirlo.

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